BUENOS AIRES -- Radamel Falcao está cada vez más lejos de continuar su carrera en el Chelsea. A la tibieza de Jose Mourinho en su intento por reducir el runrún y calmar la ola de rumores que sitúa al Tigre lejor de Stamford Bridge en el próximo mes de enero, se le suma una lista de nombres in crescendo con el objeto de entregarle un mensaje al hincha del equipo blue.
“A partir de enero estaremos mucho mejor que ahora, no lo duden. Saldremos de esta situación”. Edinson Cavani (Paris Saint-Germain). Pierre Aubameyang (Borussia Dortmund). Jonathan Calleri (Boca Juniors). Saido Berahino (West Bromwich Albion). De este grupo de nombres y apellidos ilustres saldrá el que, se presume, será el gran fichaje de Chelsea para encarar la segunda parte de una temporada atípica.
La impaciencia del entorno se ha convertido en un bumerán. La clave va a ser el manejo que haga Roman Abramovich, presidente y dueño del club, de esa ansiedad.
Han surgido cifras sólo alrededor de dos de estos nombres. La supuesta oferta de un sueldo a Edinson Cavani que supere en incentivos y bonus las 265.000 libras esterlinas semanales que recibe en PSG. Y los 20 millones de euros que la prensa británica asegura que hay reservados para la contratación del anglo-burundés Saido Berahino, delantero de West Bromwich Albion.
Mientras tanto, Falcao es consciente de que el último año y medio es el peor de su vida profesional. Funesto. Su crédito es la gloria pasada en un deporte en el que, generalmente, vale poco mirar hacia atrás. Sin embargo, su extraordinario tesón y su calidad humana le otorgan un margen de confianza en dos mercados.
España, país en el que vivió algunos de sus mejores momentos defendiendo la camiseta de Atlético de Madrid. E Italia, donde el staff técnico de un par de equipos importantes, cree que las características de sus equipos y el tipo de fútbol que se juega en el Calcio, pueden incidir en una hipotética recuperación del goleador que supo ser.
A Falcao lo relacionan en Italia con dos clubes concretamente. Fiorentina e Inter de Milán. En Firenze creen que puede recobrar importancia y volver a sentirse al ciento por ciento. En cierta forma, para la idiosincrasia local, el Tigre de Santa Marta en su mejor expresión recuerda la estampa de Gabriel Omar Batistuta, ídolo por siempre del cuadro viola. En Milan, Inter, que no puede dejar de lado su habitual inestabilidad interna y apetencia natural por cualquier jugador que pueda resultar atractivo en el mercado, se fija en él.
La decisión de evaluar la posibilidad de incorporarle a la disciplina nerazzurra es del staff, pero apenas supo acerca de ello, Jeison Murillo, compañero de Radamel en la selección Colombia, se posicionó a favor de su llegada. Cabe recordar la excelente imagen de que gozan los colombianos en el Inter gracias al aporte de, entre otros jugadores, Iván Córdoba y Fredy Guarín. Otro punto a favor para que Falcao, quien se siente un extraño desde que desembarcó en la Premier League, deje de sentirse de esa manera al lado del Lago di Cuomo.
En cuanto al Valencia, extiende sus tentáculos unidos al agente Jorge Mendes para poder abrochar el fichaje del delantero samario. Peter Lim, dueño y presidente del club che, descansa en el asesoramiento del omnipresente representante portugués, y le ha dado instrucciones para intentar devolver a Falcao a la Liga española para que juegue en el club en el que destacaran grandes jugadores sudamericanos desde Mario Kempes hasta Pablo Aimar, pasando por Romario y Marcelinho Carioca.
En Valencia se sospecha que las declaraciones de Mourinho pro continuidad de Falcao se dirigen a tranquilizar al jugador en lugar de agregarle presión, ya que se desconoce qué sucederá con él en los próximos meses. Nuno, entrenador del cuadro valenciano, no soporta al delantero internacional español Álvaro Negredo, y viceversa.
En Mestalla se masca que la deseada llegada de Falcao se orienta a darle salida al excanterano del Real Madrid para apagar el incendio que hay en el vestuario.
Los próximos días serán decisivos para saber la suerte del delantero colombiano, cuyo mal momento, unido a su reciente lesión, le dejaron al margen de la última convocatoria de la selección Colombia en las eliminatorias rumbo a Rusia 2018.