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El 'Chivo' Rosel equilibra virtudes de Peláez y grandeza de América

Mexsport

MÉXICO -- Carlos 'Chivo’ Rosel, con 20 años de edad y yucateco de nacimiento, reveló las razones del éxito de América en el futbol mexicano, pues indicó que es un club que sabe conducir a los jóvenes, tanto en lo deportivo como en el aspecto humano.

“No sólo nos enseña a vencer a los ‘archirrivales’, como Chivas o Pumas, sino también a ser protagonistas en cada torneo. En América aprendí muchas cosas que en Cancún me van a servir mucho. Teníamos trabajo de coaching, buena alimentación; nos inculcó el estudio, ser educados, dormir temprano y levantarnos temprano, en fin, cuidarnos las 24 horas del día para estar bien físicamente y el fin de semana enfrentar los partidos como se debe, porque el futbol es eso y nosotros somos figuras públicas", dijo.

Afirmó: “De cómo te cuides, de cómo andes en los entrenamientos, depende tu continuidad en un club", además de destacar la manera como la directiva le notificó la posibilidad de ir al equipo de Cancún, lo cual reconoció, marca diferencia en una institución de futbol. “Recuerdo que Ricardo Peláez me preguntó qué me parecía, si estaría dispuesto a ir a Atlante para tener continuidad y más ritmo de juego. Le di un ‘sí’ sin pensarlo, porque sí se necesita otro ritmo de juego. Yo estaba en la Sub 20, que es buena y prometedora, tenía un nivel muy alto, pero también se necesita salir para agarrar experiencia”.

--¿Qué representa para un joven como tú que el presidente de un equipo como América tenga el tacto y el interés de acercarse al joven y pedir su opinión?

“Es algo que se agradece mucho. Sinceramente, desde que llegué al América, desde Segunda División, él ha estado al pendiente de mí. Desde mi primer torneo siempre ha procurado ir a ver los partidos de Segunda, de Sub 20, ha estado muy al pendiente de la cantera. Podrán decir muchas cosas, pero lo que uno ve dentro del club es diferente”.

--¿Y quién te puso el apodo del ‘Chivo’?

“Un amigo mío de primaria, pues desde chico me salía barba”.

--¿Cómo empezaste a tejer su historia en el futbol?

“Siempre fui americanista, desde que tenía como cinco o seis años. Siempre me ha gustado muchísimo el futbol y siempre le he ido al América, pero en este momento veo las cosas diferente. La camiseta que me paga es la que tengo que defender y mi sueño más grande es trascender en el futbol, lograr grandes cosas. Tengo muchos objetivos claros y uno de los más grandes era debutar, gracias a Dios ya se me ha cumplido”.

--¿Qué te dijo Gustavo Matosas cuando te dio esa primera oportunidad?

“Me mandó hablar a la banca y me dijo que lo disfrutara como lo había estado haciendo en los entrenamientos, que hiciera lo que a mí me gustaba. Fue algo rápido, me llamó una semana a entrenar con ellos y en la misma semana me debutó”.

VALORES QUE TRAE DE FAMILIA

Carlos Rosel Bermont se dijo un chico con amplias expectativas de vida: “Tanto en el aspecto personal como en lo futbolístico y lo emocional, soy muy alegre. Mi ídolo es Ronaldinho y la alegría que tiene él por el futbol es enorme. Lo trato de seguir en la vida y en lo profesional, me gusta hacer la ‘bicicleta’ y todo eso. La alegría es uno de los aspectos que me caracterizan y eso mismo quiero contagiar en un grupo, en un estilo de vida y en un estilo de juego”, señaló.

Manifestó: “Mi madre, mis hermanos, mi padre, me han inculcado sonreír siempre, a pesar de las dificultades, porque esto no es fácil. Se ve fácil jugar futbol, jugar en el América y en el Atlante, pero no lo es. Al menos para mí, que voy empezando, pues es difícil estar lejos de la familia”.

Rememoró las dificultades que encaró cuando empezó a tocar puertas: “La primera vez que fui a probarme al América no me quedé. Me llevó el presidente deportivo del Club Mérida, Normando Rivas. Después fui a Pumas, donde pasé un año de sequía y no me dieron la oportunidad. Regresé al América con la misma ilusión, ya que siempre ha sido un orgullo poder vestir esa camiseta, y allí empecé a soñar, cuando el Profe Mario Lazca me dio la oportunidad de registrarme en ‘Segunda’. Después pasé por Sub 20, hasta que el Profe Matosas me debutó”.

--¿Qué te dijeron la primera vez que fuiste a América?

“Que estaba muy inmaduro y la verdad que sí, me faltaba confianza. En Pumas me tocó lo más duro, fui a tocar puertas y el Pato Báez me dio acceso a las Fuerzas Básicas. En Segunda División casi no jugué, pero ahí agarré un poco más de experiencia para llegar a América a probarme ya con más madurez. Me podría haber ido a otros equipos, pero siempre iba a regresar a probarme otra vez al América, porque es mi equipo de siempre”.

Narró que su proceso de adaptación a la ‘Gran Ciudad’ fue muy largo, “pues México es una de las más inseguras”. Además, tuvo que irse a vivir con una tía “porque aún no me daban lugar en la Casa Club, hasta que el Profe Mario me consiguió estar ahí y eso me ‘alivianó’ muchísimo. Mi familia siempre ha sido humilde, pero este deporte me ha sacado mucho adelante. No gozamos de fortuna, pero ya me ayuda mucho el futbol”.

Afirmó: “Lo poco que he ganado se lo debo a mi familia, a mi madre, que siempre ha visto por mí. También se lo debo a mis hermanas y a muchas personas en México, donde hice otra familia. Así le llamo yo porque siempre me apoyaron”.

Reveló que hasta ahora no ha conseguido tener un salario fijo mediante un contrato con sus clubes y más bien lo que percibe es una cantidad simbólica, aunque agradeció el apoyo de su representante, Martín Espinoza, “un ‘chavo’ con el que llevo trabajando seis meses y estoy muy a gusto con él”.

UNA NUEVA EXPERIENCIA

Rosel admitió que en la Riviera Maya “me ha costado un poco el calor, ya me había acostumbrado al frío y cuanta cosa hay en el ‘DF’, pero estoy muy a gusto, me ha tocado un gran vestidor, hay mucha unión y mucha competencia para ser mejor cada día en este equipo. Yo me fijo metas a corto plazo y de a poquito me voy ganando la confianza del técnico, hasta llegar a la titularidad. Vengo a sumar, pues Atlante merece estar en Primera División, creo que se le extraña mucho”.