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El recuerdo de cinco grandes partidos en Wembley, a horas de la Finalissima entre Argentina e Italia

La multitud en la primera final de FA Cup disputada en Wembley Getty Images

El duelo entre campeones continentales que protagonizarán Argentina e Italia ya de por sí es uno de los mejores enfrentamientos que se pueden dar en este año mundialista. Más allá de la increíble eliminación de la Azzurra de la Copa del Mundo, está claro que son dos de los mejores seleccionados del mundo y el ingrediente extra del título en disputa le da aún más trascendencia. Pero no es lo único que condimenta esta Finalissima.

El escenario, majestuoso, eleva el valor de este choque. Wembley es el estadio más prestigioso del planeta y cualquier partido que sobre su césped se disputa adquiere un estatus superior. Como si estuviera cubierto de una capa de mérito que lo excede. Entonces, la catedral tendrá su importancia en esta final.

El próximo año Wembley cumplirá 100 años. Es cierto que, aunque el estadio construido en 1923 bajo el nombre de "Imperial" fue demolido a comienzos del siglo XXI para darle paso a uno mucho más moderno en 2007, el espíritu es el mismo. En un siglo se han jugado allí encuentros legendarios de diversas competencias y el menú de opciones para elegir cotejos que recordar es muy amplio. Sin embargo, vale la pena hacer el ejercicio en las horas previas a una nueva definición y aquí van cinco grandes choques disputados en la catedral.

INGLATERRA-ALEMANIA, COPA DEL MUNDO 1966

Final del mundo le gana todo. Y una de las 21 disputadas hasta el momento fue en Wembley. Los inventores del juego llegaron a 1966 sin títulos importantes. Organizaron el Mundial con el único objetivo de saldar esa deuda. Y lo consiguieron en su casa, no sin polémicas ni una incómoda sensación de injusticia. Fue el 30 de julio de 1966, ante 97.924 espectadores y contra un clásico rival como Alemania Federal.

Helmut Haller abrió el marcador para los visitantes a los 12 minutos y poco después igualó Geoff Hurst. En el segundo tiempo, Martin Peters anotó el segundo y cuando parecía que estaba todo dado para la fiesta inglesa, Wolfgang Weber empató en el instante final y envió el partido al tiempo suplementario. Allí se produjo el hecho por el cual quedó en la historia la final. A los 11 minutos, Hurst sacó un remate que pegó en el travesaño y picó en el piso, en la parte exterior del arco. Sin embargo, el árbitro suizo Gottfried Dienst convalidó el tanto que abrió el camino de la victoria. Luego, Hurst marcó por tercera vez y la Rubia Albión levantó en la catedral el trofeo Jules Rimet.

LA FINAL DEL CABALLO BLANCO, FA CUP 1923

La imagen más representativa del primer partido de fútbol que se jugó en el mítico estadio no corresponda a un gol; a una jugada o a la entrega de una copa, sino a los incidentes que se produjeron en el campo de juego antes del comienzo de aquel match inaugural protagonizado por Bolton Wanderers y West Ham United. Al natural atractivo que significaba para los apasionados aficionados ingleses la definición del certamen, se sumaba el hecho histórico de presenciar el primer encuentro a disputarse en el nuevo coliseo. Por eso, aquel 28 de abril se reunión una monumental muchedumbre en Wembley.

El aforo de 125.000 espectadores se vio colmado muy rápido, pero la afluencia de público no cesaba y comenzaron a colapsar los accesos primero ya las tribunas después. La inminente llegada al estadio del rey de Inglaterra, Jorge V, encargado de entregar el trofeo, obligó a la policía a recurrir a su división de montados para tratar de dispersar a la gente del terreno de juego. El partido se jugó de todos modos, con la gente al borde de la cancha, y terminó con triunfo 2-0 para Bolton.

LA FINAL DE STANLEY MATTHEWS, FA CUP 1953

No hay muchos partidos que hayan pasado a la historia solo por la actuación individual de un futbolista. Son contados y no tienen discusión, cuando sucede es porque no hay forma de que no ocurra, no hay lugar a dudas. Quizás, el primero haya sido la final de la FA Cup 1952/53, que es recordada por la descomunal actuación de Stanley Matthews, figura extraordinaria de Blackpool en la victoria 4-3 sobre Bolton.

El ídolo inglés tenía 38 años, pero aún una larga carrera por delante. A los 10 minutos del segundo tiempo, su equipo perdía 3-1 y era superado. Sin embargo, en ese momento comenzó el show. Matthews lideró la remontada con gambetas y asistencias. Desde sus pies crecieron los tres goles del triunfo. Este partido fue uno de los primeros que tuvo transmisión por televisión, algo que fue clave para su trascedencia cultural en Inglaterra.

INGLATERRA-ITALIA, EURO 2021

Está muy fresco en la memoria y tiene un protagonista que se repetirá en la Finalissima. Fue hace menos de un año. La Rubia Albión había alcanzado su primera final europea, aunque parezca mentira. No jugaba una final desde 1966, en ese mismo césped, y la expectativa de volver a levantar un trofeo importante era gigantesca. Por su parte, la Azzurra buscaba su segunda corona tras la ganada en 1964. No había duda de que sería un encuentro inolvidable.

La pandemia de covid-19 todavía estaba allí, pero de todos modos Wembley estuvo repleto. Luke Shaw abrió el marcador a los dos minutos y la victoria de los Tres leones parecía más posible que nunca antes. Sin embargo, Leonardo Bonucci empató en el segundo tiempo y luego la maldición de los penales volvió a amargar al seleccionado inglés. Italia dio la vuelta olímpica en Wembley, un privilegio de muy pocos que buscará repetir ante Argentina en la Finalissima.

BARCELONA 3-1 MANCHESTER UNITED, UEFA CHAMPIONS LEAGUE 2011

En este legendario encuentro también fue estrella otro de los que estará el miércoles en el duelo de campeones. Lionel Messi sabe lo que es brillar y hacer historia en Wembley. Aquella fue la mejor temporada de uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Y como un acto de justicia poética tuvo su momento de gloria en la catedral y contra un rival inglés.

Con un gol de Messi, otro de Pedro y otro de Villa, el Barcelona de Josep Guardiola venció a Manchester United en una final espectacular, que sirve como síntesis para homenajear a todas las definiciones de la Copa de Europa que allí se disputaron. Por lógica, Londres es la ciudad donde más veces se entregó la orejona. Fueron 7 en total.