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Thiago Cardozo, el joven que perdió a su papá a los 13 años y rompió con Daniel Fonseca por amor a Peñarol

Hay cosas que solo el corazón puede explicar. La vida cambió rápidamente para Thiago Cardozo. Después de los años de felicidad del baby fútbol en el Escuela Industrial de su Juan Lacaze natal, ahí donde se enfrentó en un desafío contra el Cebolla Rodríguez y donde caminaba las calles vendiendo pasta frola, recibió un duro golpe: el fallecimiento de su papá. Thiago tenía 13 años.

Al poco tiempo le llegó una oportunidad. Corría el año 2010 cuando se subió a un ómnibus con otros cuatro compañeros de su pueblo y se bajó en Peñarol. Lo probaron en la Pre-Séptima y quedó.

Como pudo se fue adaptando a la capital. Fin de semana que tenía libre, fin de semana que se iba a Juan Lacaze. El jovencito Thiago Cardozo se empezó a destacar en el arco de las formativas aurinegras al punto tal que el técnico de la Selección Sub 15 de Uruguay, Fabián Coito, lo convocó.

Por ese tiempo el chico pasó a ser representado por el empresario Daniel Fonseca. En 2013 defendió a Uruguay en el Sudamericano y el Mundial Sub 17 de Emiratos Árabes siendo titular en ambos torneos. Un año después, con el desembarco de Jorge Fossati a la dirección técnica de Peñarol, lo convocaron para formar parte del grupo de goleros del primer equipo.

EL DÍA EN QUE ROMPIÓ CON FONSECA
En noviembre de 2014, Thiago Cardozo quedó sin contrato en Peñarol. En el club le hablaron sobre el interés por renovar el acuerdo. Pero el tema es que el tiempo pasaba y el contrato no aparecía. Para vivir, Thiago debió apelar a sus ahorros. “Viví cinco meses con mis ahorros, muy apretado con todo, pero no le quise pedir plata a nadie”, reconoció en una nota con El Observador en marzo de 2015.

Mientras esperaba para renovar el acuerdo con Peñarol, su representante Daniel Fonseca intentó sacarlo del club junto con Gonzalo Latorre.

“Daniel me presentó una oferta para irme de Peñarol a Atenas. Yo me iba libre y él me dijo que algo iba a recibir de Peñarol, pero decidí rechazar su propuesta para pelearla en mi club”, expresó Cardozo.

Fonseca citó al jugador a una reunión a la cual asistió con su madre. El chico le explicó al representante que en la semana habían pasado cosas que no le gustaron. El empresario le dijo un montón de cosas. A la salida de aquel encuentro, Thiago se reunió con sus amigos, entre los que se encontraba su actual compañero Kevin Méndez. La relación con Fonseca se rompió.

“El cambio de representante fue natural. Estoy muy agradecido con Daniel por toda la ayuda que me brindó en su momento. Yo estaba con él desde los 14 años y terminó un ciclo de mi parte. Yo me quería quedar en Peñarol y si bien tengo clara la política del club y la situación de los juveniles que no tienen muchos minutos, entiendo que va a ser un desafío muy importante. Me tengo fe para llegar a Primera División”, reveló Cardozo en aquella nota con El Observador.

FONSECA: “ME TOCÓ PERDER”
Finalmente, Fonseca terminó sacando a Gonzalo Latorre de Peñarol, pero no pudo hacer lo mismo con Cardozo. El empresario se expresó en el programa Punto Penal de Canal 10 diciendo: “Thiago perdió a su papá con 14 años y Fonseca siempre estuvo. Tengo mensajes de su mamá agradeciéndome. A Cardozo le dije que si se quería quedar en Peñarol se renovaba sin ningún estrés. Se fueron de mi casa a las 12 de la noche y al otro día me llamó la madre para decirme que no. Seguramente le dijeron desde Peñarol que Fonseca era mala palabra y que si me dejaba iba a subir a Primera. Esta vez me tocó perder, pero yo no salgo a llorar. Sé que con amor le di mucho a Cardozo y Peñarol le daba 4.000 mil pesos por mes”.

El jugador respondió: “Es verdad que cuando falleció mi papá Daniel estuvo cerca y me ayudó mucho pero ahora son otros tiempos y decidí cambiar el rumbo. Estoy tranquilo con mi decisión”.

Cardozo siguió adelante con su carrera. Jugó el Sudamericano Sub 20 de 2015 donde Uruguay clasificó al Mundial de Nueva Zelanda. Le tocó esperar. Fue suplente de otro compañero suyo en Peñarol, Gastón Guruceaga.

El 5 de mayo de 2018 le llegó la oportunidad que tanto esperaba: debutó en el primer equipo de Peñarol. Fue ante Defensor Sporting, por la última fecha del Torneo Apertura, en el Campeón del Siglo. Peñarol goleó 4 a 1.

En 2021, jugando a préstamo en Deportivo Maldonado, sufrió una de las lesiones más temidas por los futbolistas como la rotura de ligamentos.

“La lesión fue en la práctica del lunes haciendo espacio reducido. Vino una pelota filtrada para Lucas, un compañero juvenil, y salí a buscarla. Chocamos y la pierna quedó en el aire, sin apoyo. Cuando apoyé la pierna izquierda se ve que pisé mal y enseguida sentí que se me había roto todo porque sonó muy feo. Por el dolor enseguida me di cuenta que me había roto. Ya me había roto los cruzados de la pierna derecha hace cuatro años”, reveló el golero en nota con Radio Sport.

Realizó la recuperación en Peñarol y a mitad de año volvió a la actividad. La Copa Uruguay le volvió a dar una nueva oportunidad. Aquel chico que se vino a probar suerte a Montevideo con 13 años, después de tanto esperar, comerse los ahorros, y rechazar una oferta de su representante Daniel Fonseca para ser fiel a Peñarol, tuvo su momento de gloria. Hay cosas que solo el corazón puede explicar.