ANAHEIM -- Debido a la fragilidad de su rotación, los Angelinos de Los Angeles dependen casi exclusivamente del poderío de su ofensiva para ganar gran parte de sus partidos.

Esto es una verdadera arma de doble filo, ya que cuentan con la pirotecnia necesaria para apalear a cualquiera (y en cualquier parque), pero carecen de la consistencia necesaria para ganar series de forma regular y volver a meterse en la pelea de la Liga Americana.

Sin embargo, a lo largo de los últimos 10 días, los aureolados parecen haber encontrado cierto nivel de confort en la caja de bateo, y la producción ofensiva se ha visto más frecuentemente.

Por ejemplo, los Angelinos les endosaron 21 carreras a los Tigres de Detroit las últimas dos noches, y en su serie previa ante los Marineros de Seattle contaron con partidos de 10 y 11 rayitas respectivamente.

El problema sigue siendo el mismo: los rojiblancos necesitan anotar muchas carreras virtualmente todos los días para sobrellevar una actuación espantosa atrás de otra de sus abridores.

Por si fuera poco, Jason Vargas estará ausente por un coagulo sanguíneo durante cuatro semanas, y Tommy Hanson no pudo lanzar el miércoles debido a un dolor en su brazo.

De los restantes, Jered Weaver ha sido una sombra desde su operación, C.J. Wilson parece tener una entrada fatídica en cada apertura, y Joe Blanton es una bomba de tiempo a punto de estallar.

Ante tan pálida situación, los bates saben que deben producir, y esa presión se ha hecho demasiado a lo largo de los primeros tres meses de la temporada.

TRES CARGAN LA CRUZ

Kendrick
Kendrick
Trout
Trout
Trumbo
Trumbo
Mike Trout, Mark Trumbo y Howie Kendrick han sido los puntos altos, tanto por su producción como por su capacidad de mantenerse en el campo partido tras partido.

Estos han cargado la ofensiva en sus espaldas, y de no ser por sus hazañas los Angelinos estarían aún peor.

Sin embargo, su producción ha podido hacer poco para disimular el agujero gigante en el orden de bateo llamado Josh Hamilton.

El jardinero no parece encontrar el rumbo, y ya se ha perdido partidos por problemas de espalda y muñeca, y las veces que pudo jugar bateó para .215, al punto de transformarse en el séptimo bate.

Sus 10 cuadrangulares y 27 carreras impulsadas no son totalmente desastrosos, pero para los recursos dedicados a su juego, y la posición preferencial que le han asignado, su presencia ha sido un ancla para las aspiraciones de los californianos.

Además, Albert Pujols sufre todo tipo de inconvenientes físicos y se ha convertido en bateador designado casi de tiempo completo, tras otro mal comienzo de temporada.

El dominicano lleva 13 jonrones y 48 empujadas pero su promedio de .256 sigue dejando mucho que desear por las mismas razones mencionadas por Hamilton, y porque ni siquiera les conviene utilizarlo en defensa por medio a que se termine de romper.

Por último, el receptor Chris Iannetta ha contribuido muy poco, y pese a que sigue siendo entre los mejores del equipo en conseguir boletos, su promedio de .213 deja mucho que desear.

AYUDA INESPERADA

Los Angelinos han sobrellevado la tormenta también gracias al aporte (y el renacimiento) de algunos jugadores de los que no se esperaba tanto.

El jardinero izquierdo J.B. Shuck, a pesar de su cuestionable capacidad defensiva, ha sido una pieza fundamental, aportando 19 RBIs sin siquiera sacarla del parque una vez.

Su promedio de .306 es clave para darle descanso a Hamilton y/o Peter Bourjos cuando lo necesitan, o cuando caen lesionados.

Precisamente Bourjos también ha sido una luz de esperanza, bateando .331 y embasándose en cerca del 42 por ciento de sus turnos. Su producción en cuanto a carreras impulsadas es una falencia, pero también hay que tener en cuenta que se ha perdido casi seis semanas por lesión.

Alguien del que sí se espera producción es Erick Aybar, y el dominicano parece haber solucionado sus problemas en el plato.

El campo corto ha subido su promedio de bateo en 41 puntos desde el 19 de mayo a un saludable .282. Sus 27 carreras remolcadas también han sido bienvenidas gratamente.