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Kobe, aromas a despedida en 'Muse'

LOS ÁNGELES -- Las retrospectivas, así como los premios honoríficos, suelen tener un aroma irremediable a despedida. Repasar una trayectoria para ensalzar a la figura en cuestión es un indicativo de que la carrera ha tocado techo. Kobe Bryant ha optado por retratar sus vivencias, inspiraciones, logros, fracasos y avatares varios en una cinta de una hora y media de duración que no dejará indiferente a ningún amante del básquetbol.

En el documental, 'Muse', Kobe contempla su vida desde una perspectiva serena, sincera y explicativa. Esa imagen de deportista de élite, que emana competición a raudales y en constante proceso de superación queda intacta y va más allá. La audiencia entiende el origen de tanto compromiso con un deporte que adora y que conoce a la perfección. No sólo desde el punto de vista del mero jugador, sino desde un prisma filosófico, de estudioso obsesivo, de un ser capaz de sacrificarlo todo por comprender el juego y sus infinitas variables.

Kobe extrapoló su madera de líder en la duela al equipo de rodaje del documental. Quería hacer algo genuino, honesto y con una calidad cinematográfica excelente. Tomó las riendas desde el principio del proyecto y una amiga en común le presentó a Gotham Chopra, el director del filme. La conexión entre ambos debía ser instantánea ya que la cámara iba a desnudar no sólo la personalidad de la Mamba Negra, sino que ahondaría en algunos temas difíciles que precisaban de una sinceridad absoluta. Hacía falta la química y comodidad necesaria para que el jugador de Los Angeles Lakers se dejara llevar por la seriedad de las circunstancias.

Chopra y Kobe conectaron a la perfección. El director, acérrimo aficionado a Boston Celtics, no tuvo más remedio que acceder a los preceptos del escolta. Ambos se sentaron a ver vídeos de Larry Bird durante horas y el jugador le enseñó las carencias que siempre vio en él. Después le mostró otras imágenes de Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson y otros ilustres laguneros. Quería demostrar su punto: sencillamente que los Lakers han tenido, desde su perspectiva, una excelencia mayor que la de los Celtics. La pasión de ambos por Michael Jackson hizo el resto.

Como productor ejecutivo, Kobe decidió no escatimar en medios para lograr la mejor calidad de su producto. Alquiló una casa en Newport Beach -su lugar de residencia- para el equipo de rodaje y de producción, y se pusieron manos a la obra durante la temporada 2012-2013. La Mamba siguió marcando el ritmo. Pensó que para ser capaz de abrirse ante la cámara y frente a un grupo de trabajo todavía desconocido, era necesario que todos abrieran su corazón ante él. Antes de comenzar el rodaje les sentó alrededor de una mesa y les instó a que compartieran elementos de sus vidas. ¿Por qué eligieron su profesión? ¿Qué les movió para tomar ese camino? ¿Cuáles fueron sus inspiraciones, sus musas? La única manera de comenzar a rodar fue la de crear una atmósfera de igual a igual.

Dejó las cosas claras de la misma manera que hace en los Lakers: había que buscar la perfección y todos los involucrados en el documental debían vivir sus tareas como un reto constante. No había una idea clara y se dejaron llevar. Predominó el caos en varias fases y no había horarios. Realizar un filme sobre un jugador que todavía está en activo lleva consigo varias situaciones sacrificadas. Se precisaron grabaciones a altas horas de la madrugada y un compromiso constante con la actualidad. Si Kobe decidía abrir el Staples Center para lanzar a canasta mientras el resto de la ciudad dormía, allí tenía que estar Chopra y su equipo. Si Kobe se lesionaba una, dos y hasta tres veces, ahí debía estar el grupo de rodaje, siguiendo cada paso de su recuperación, desde el diagnóstico hasta la rehabilitación pasando por la operación y los silencios, llantos y asunciones que hay entremedio.

Fue tal la dificultad de las circunstancias, que el estreno del documental se tuvo que retrasar por culpa de la última lesión de Kobe. Había que encajar ese elemento en una cinta casi terminada. El lagunero llegó incluso a echar atrás la primera versión del filme con un argumento 'marca registrada': "Se puede hacer mejor".

El viaje profesional y personal de la Mamba Negra queda retratado en 'Muse' con sutileza y desde el egocéntrico prisma que requieren este tipo de circunstancias. El por y para Kobe reina de principio a fin en esta retrospectiva en la que conoceremos lados desconocidos de la figura. El Kobe más humano baja de los astros, de su helicóptero, toca tierra y demuestra su capacidad -medio innata, medio adquirida- de convertirse en una fuente de inspiración.