LONDRES -- La vida profesional del tenista no va mucho más allá una vez que se cruza la barrera de los 30 años. Hay excepciones, claro. Y por eso son tan vitoreadas. Los casos de Tommy Haas, Tommy Robredo y Roger Federer, entre otros, están fuera del patrón normal. La escena actual está dominada por jugadores que aún no llegaron a la tercera decena; y en Londres, estas últimas dos semanas, además sonó fuerte el hit de recambio generacional con la explosión definitiva de Milos Raonic y Grigor Dimitrov y la abrupta aparición de Nick Kyrgios. Y ahora en Hamburgo se suma Alexander Zverev. Ante este panorama, Nikolay Davydenko empieza a despedirse.
El ruso, de 33 años, perdió seis de sus últimos siete partidos. Todos con jugadores fuera del Top 40. Su mal momento y la falta de motivación lo llevó a dejar de lado, nuevamente, la gira sobre césped. El año pasado tampoco había estado en Wimbledon, pero esta vez la consecuencia es mayor. El ex N°3 del mundo en 2006 descendió al puesto 120° del mundo, por lo que sólo podrá estar en los grandes torneos si recibe una invitación o accede desde la clasificación, algo que no se encuentra en su cabeza.
Y la caída será aún más importante. Ya quedó fuera del corte del Abierto de Estados Unidos, certamen que juega ininterrumpidamente desde 2001. Y por primera vez en su carrera, por lo tanto, jugaría sólo dos Grand Slam en una temporada. Además, tampoco cuenta con el acceso directo al otro par de eventos importantes de agosto: los Masters 1000 de Canadá y Cincinnati. En esos torneos defiende un cuartos de final y una segunda ronda (225 puntos), lo que significa el 44% de su cantidad de puntos en la actualidad. Se irá más allá del 170° del mundo, situación que no vive desde hace 14 años. Y de no estar en el US Open saldría del Top 200.
Así la final conseguida este año en Doha, su primera desde el título de Munich, parece un oasis. O más bien un recuerdo de lo que fue su carrera plagada de éxitos, con cinco años seguidos dentro del Top 10 en el ciclo 2005-2009 y con cuatro meses más en 2010, con 482 triunfos y 21 campeonatos de la ATP, entre ellos las Finales ATP de 2009. Esa semana en Londres, sobre pista cubierta, logró vencer a los mejores tenistas del año: Roger Federer (1°), Rafael Nadal (2°), Novak Djokovic (3°), Juan Martín del Potro (5° y campeón de US Open) y Robin Soderling (9° y finalista de Roland Garros).
Las cinco victorias en las Finales ATP son recordadas, pero quizá la de mayor trascendencia es la que logró frente al español. Dado que además del triunfo, Davydenko había entregado conceptos -bastante duros- en la previa en una entrevista con el diario Marca. "Rafa juega con el físico. No tiene saque ni volea. Su recurso es pasar bolas desde el fondo de la pista hasta que tú te canses y la falles", calentó el ambiente el ruso, que manda en el historial por 6-5 y le ganó cuatro de los últimos cinco partidos. Y la rivalidad va más allá de las canchas y los duelos entre sí. "Puede que los aficionados le echen de menos pero yo no", le había dicho al diario 'The Peninsula', de Qatar, durante la larga inactividad de siete meses que vivió el español en 2012.
Pero no todas fueron rosas en la carrera de Davydenko, quien desde hace cuatro años va y viene por un dolor en una muñeca. Su momento más tenso en el circuito se dio en 2007 cuando estuvo sospechado de amañar partidos y llegó a soltar un pedido de ayuda en forma de declaración. "Intento defenderme como es posible. Yo no sé cuánto tiempo más podré defenderme. Quizás hasta el final de mi carrera".
Hoy, siete temporadas después, habla del retiro desde otro costado. "Lo que tengo que hacer es ver si voy a seguir después de París o no", explicó en el sitio Sport360. "Puedo conseguir invitaciones, aunque necesito practicar de nuevo y prepararme para estos torneos. Pero realmente no tengo ganas de entrenarme. Tengo la sensación que no puedo hacer lo que hacía antes. Sufro por dolores y lesiones, y no puedo mantener mi nivel de práctica".
Davydenko ya parece haber encontrado la puerta de salida del túnel, pero sin raqueta en la mano derecha. Hasta les llegó a pedir consejos a colegas que dejaron de jugar e incluso no ve con malos ojos convertirse en coach a la brevedad. ¿Fecha de vencimiento? Todos los caminos parecen conducir a esa decisión.