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Barca acostumbra a renacer del caos

BUENOS AIRES -- Es difícil, por no decir imposible, que exista un club de fútbol sobre la faz de la tierra que pueda competir con el FC Barcelona en capacidad autodestructiva.

Su vorágine cotidiana habitual le lleva a pasar del éxtasis a la locura en un momento, sin escalas. De enamorar al mundo en la cancha a través de la maravillosa relación que tienen sus mejores jugadores con la pelota, a implosionar por sus constantes intrigas de palacio. Todo y cualquier cosa puede suceder en un momento dado para provocar un cimbronazo impensable.

Para muestra, el mes de enero de los dos últimos años. En el de 2014 dimitió Sandro Rosell como presidente a raíz del Caso Neymar más denuncias radicadas sobre su persona en Brasil, y el FC Barcelona quedó acéfalo, a la deriva. En el de 2015, un encontronazo caliente entre Luis Enrique, el entrenador, y Lionel Messi, jugador franquicia de la entidad, amenazó con poner fin a la etapa azulgrana del capitán de la selección argentina antes de tiempo (finaliza contrato en 2018), e incluso con provocar el alejamiento del técnico.

El talante inclusivo, político y de permanente cavilación al que entorno culé somete a diario la vida cotidiana del Club, provee que algunos sucesos cobren en ocasiones una dimensión de apariencia inmanejable.

Hace un año Rosell eligió dar un paso al costado tras el escándalo que provocaron algunas de sus decisiones. Hace 25 días, otra crisis daba paso a un nuevo movimiento sísmico interno, aunque en este caso el presidente en funciones, Josep Maria Bartomeu, actuó de acuerdo a lo que se espera de quien detenta el poder. Hasta el 7 de enero de 2015 nunca Bartomeu había mostrado capacidad de liderazgo ni su forma de comunicar había estado a la altura del cargo que ostenta. Pero se remangó, ingresó en el gallinero sin que le importara embarrarse, tomó decisiones, y a partir de ese día todo cambió en Can Barça.

¿Qué pasó para que se atenuara el mal clima y ahora podamos ver un Barcelona más reconocible? ESPN te lo cuenta, punto por punto.

1- El lunes 5 de enero Bartomeu despidió a Andoni Zubizarreta después de que el director deportivo pusiera a disposición de la junta directiva su renuncia al cargo tras la derrota del FC Barcelona la noche anterior (1-0) frente a la Real Sociedad en San Sebastián. El trabajo de Zubizarreta era muy cuestionado dentro y fuera del Club, sobre todo después de la dura sanción que la FIFA le impuso al Barça al prohibirle inscribir jugadores hasta enero de 2016.

2- Solventado el finiquito de 'Zubi', el martes 6 de enero Bartomeu abordó puertas adentro el conflicto suscitado a partir de una discusión caliente entre Luis Enrique y Lionel Messi en el entrenamiento a puertas cerradas del viernes 2 de enero. El episodio fue develado por la prensa catalana tras la caída vs Real Sociedad. Ese martes el presidente buscó informarse de la manera más precisa posible sobre el ánimo del plantel para con el entrenador Luis Enrique, sobre quien llevaban mucho tiempo quejándose a la dirección deportiva sin encontrar solución a sus constantes demandas.

3- El miércoles 7 de enero Josep Maria Bartomeu y Luis Enrique ofrecieron sendas ruedas de prensa. El entrenador, fiel a sus formas, aseguró que el despido de Zubizarreta "me debilitó porque él fue quien me trajo y tanto Andoni como sus colaboradores son profesionales muy competentes". El presidente escuchó a quienes le pedían adelantar las elecciones para rebajar la tensión, y anunció esa decisión, calificada por miembros del plantel como "generosa" porque les iba a permitir centrarse en el aspecto deportivo. El anuncio conseguía un segundo objetivo importante, calmar al sector opositor, que está ansioso por hacerse con el poder.

4- Antes del partido del 8 de enero frente al Elche por la Copa del Rey (5-0), Bartomeu, inquieto por los dichos de Luis Enrique y preocupado por el nivel creciente de tensión entre éste y los jugadores, actúa de forma quirúrgica. Le pide al DT que reconsidere sus formas y se muestre más flexible con todos los jugadores, así como más tolerante con la figura y el estatus de Lionel Messi. Logra el compromiso de Luis Enrique para ceder y resetear cara a cara con los jugadores una relación que se había deteriorado en los últimos dos meses. El presidente, además, habla con los capitanes para conseguir un cese de hostilidades.

5- La pérdida gradual de injerencia en el día a día del psicólogo Joaquín Valdés, colaborador de Luis Enrique y exsocio empresarial de Andoni Zubizarreta en la empresa 'Make a team', así como el despido el viernes 16 de enero del mánager Emili Sabadell, anunciaron un nuevo escenario. Gestos que los cracks del Barcelona han sabido valorar. Sobre todo, el último, muy bien recibido por todo el grupo. El regreso de Pep Costa al staff técnico, pero ahora como mánager del primer equipo y nexo de comunicación directa con la directiva.

¿Cómo retribuyó el plantel azulgrana la complicidad del presidente Josep Maria Bartomeu y su pericia para reconducir la situación? Con 3 triunfos al hilo y jugando al contraataque frente al Atlético de Madrid del Cholo Simeone (3-1 en Liga; 1-0 y 2-3 en Copa), más palizas al Elche y Deportivo La Coruña (19 goles a favor y 0 en contra en 4 partidos).

En el momento más crítico de esta nueva etapa, y uno de los peores que ha debido atravesar en los últimos años, el FC Barcelona ha renacido. Con autogestión o no, la cuesta de enero ahora da paso a un equipo que luce tan ambicioso como en aquellos buenos y no tan viejos tiempos.