Jayson Stark 9y

Apoyando a Hamilton en la vida

CLEARWATER, Fla. - El Cuarto 4, en la Academia de Béisbol Winning Inning, sigue luciendo exactamente igual que como lo dejó Josh Hamilton hace nueve años.

El colchón en el que durmió, cuando no tenía muchas más cosas en este mundo, sigue en una esquina del suelo desnudo y sin alfombra. Y el hombre que le dio ese colchón para dormir se pregunta ahora, más que nunca, si su estudiante, su protegido y su amigo más famoso ha tomado el camino correcto en la vida.

Al igual que muchas personas que se preocupan sobre Hamilton, Roy Silver dice, "Quisiera saber más" sobre la aparente recaída que llevó a Hamilton a las oficinas de MLB en Nueva York esta semana y sobre los detalles de la vuelta incorrecta que ha dejado el futuro de Hamilton en el béisbol más incierto que nunca antes. Pero más que cualquier cosa, Silver desea que este hombre hubiese simplemente acudido a una de las legiones de personas que lo habrían ayudado, si él solo lo hubiese pedido.

Gente como por ejemplo Roy Silver.

"Yo no creo que él utilice sus recursos en la medida que tiene disponible y que necesita para que este tipo de cosas no le ocurran", dijo el presidente y CEO de Winning Inning vía telefónica desde Arizona este jueves. "Si él me considera un recurso o no, no lo decido yo. Pero yo sé que nuestra relación es genuína. Yo estoy disponible para compartir mis sentimientos. Y él siempre ha sido muy receptivo a mis sentimientos".

Al preguntarle lo que quería decir al hablar de no utilizar sus recursos, Silver dijo: "Como cualquier otra persona en este planeta, cuando algo está saliendo mal, el acudir a personas que puedan ayudar a uno es algo que se debe hacer".

Pero como ha ocurrido en otros momentos en el que Hamilton ha perdido su lucha por controlar sus demonios internos, él suele buscar esa ayuda demasiado tarde, luego de que el daño está hecho, y esta parece ser otra de esas ocasiones.

"No estoy seguro de cómo llegó a esto", dijo Silver. "Pero por eso es que digo que él no usa sus recursos. O algunas veces nosotros evitamos utilizar esos recursos porque no queremos escuchar lo que necesitamos escuchar".

Todavía están muy confusos los detalles sobre el más reciente y desafortunado descenso de Hamilton al mundo del abuso de sustancias. Pero sea lo que sea que haya ocurrido, ha revolcado demasiadas memorias en las mentes de personas como Roy Silver, personas que han hecho demasiado para tratar de ayudar a un hombre al que aman sinceramente a que se mantenga en el camino correcto.

Hace nueve años, cuando Hamilton no tenía a donde ir, donde quedarse, sin un camino claro de vuelta al béisbol, o especialmente al libro de cuentos que alguna vez conoció, Silver lo acogió. Dejó que Hamilton durmiera en un colchón en el suelo, dejó que trapeara pisos, limpiara retretes, limpiara hojas, que hiciera lo que fuera para reconstruir su vida y pudiese volver a un terreno de béisbol.

Fue el inicio de una historia mágica, pero ¿es posible que podamos ver un final feliz? Es una pregunta que Silver no deja de hacerle ahora, tal y como lo hizo hace apenas tres años, cuando él y Hamilton tuvieron una serie de conversaciones sinceras tras otra recaída pública.

"Yo le dije [en ese entonces], 'Si estas son cosas con las que luchas y no puedes manejar, entonces tal vez el béisbol no es la profesión donde debes estar'", dijo sin rodeos Silver, el jueves en la tarde. "Pero eso es algo que yo le he dicho a Josh desde el día uno. Cuando él entró a mi facilidad en el 2006, nuestra meta no era que volviera a un terreno de béisbol. Era que volviera a su casa con su esposa y su familia".

Pero en ese momento no habían cuestionamientos sobre el Josh Hamilton que conectaba cuadrangulares míticos a las casas de los vecinos y que se rompía los brazos zambulléndose en búsqueda de elevados débiles a los jardines. Incluso después de tres años fuera del juego, debido a las lesiones y su suspensión por abuso de sustancias, él seguía siendo un talento de esos que se ven una vez en cada generación. Y la pasión que él vertía sobre el béisbol era innegable en aquellos días.

"Él estaba inspirado", dijo Silver. "Pero él recibió el impulso para volver al terreno porque era su instinto y su talento lo que lo guiaba".

Desde ese entonces han seguido siendo amigos, hablando o por lo menos enviándose mensajes de texto cuatro o cinco veces por año. Hamilton incluso ayudó a Silver a conectarse con los Vigilantes de Texas, quienes lo contrataron hace varios años como consultor a tiempo parcial en el desarrollo de jugadores.

Así que él estuvo en el campo de entrenamiento primaveral de los Vigilantes hace tres años cuando Hamilton se abrió con él sobre lo que describió públicamente como un "momento de debilidad" que llevó a una recaída de una noche con el alcohol en dos barras/restaurante en el área de Dallas.

Silver dijo que cuando él y Hamilton hablaron luego de ese incidente, él expresó su admiración por lo que Hamilton había hecho en el béisbol - los Juegos de Estrellas, las dos Series Mundiales, el premio de JMV, incluso el dinero que se había ganado. Pero el dinero, dijo Silver, "es una motivación. No es una inspiración. Y esas dos palabras - inspiración y motivación - son muy diferentes".

Él se la ha pasado buscando señales de inspiración en su amigo desde ese entonces. Pero Silver dijo, francamente, el jueves: "Yo no sé qué Josh ha estado jugando béisbol inspirado en estos dos últimos años".

Cuando él le dijo a Hamilton hace tres años que el béisbol podría no ser la profesión correcta para él. En el otro lado de la línea la superestrella no estaba lista para aceptarlo.

"Él no estaba listo para dejar el juego", dijo Silver. "Yo le dije, 'Esa es tu elección. Es algo que he estado pensando y que quería decirte de forma honesta.' Pero es difícil alejarse de una buena paga".

Él le dijo a Hamilton "que había hecho muchas cosas buenas. Muchos le aplauden. Ha hecho obras caritativas. Ha hecho cosas muy buenas por mucha gente. Pero luego de un tiempo, si no estás inspirado, todo eso se va".

Silver y Hamilton han intercambiado un par de mensajes de texto de "cómo estás" en los pasados días, pero "quiero darle su espacio", dijo Silver. "Ya hablaremos en el futuro. Eso es básicamente todo. Cuando él se sienta listo".

Así que, de vuelta en la Academia de Béisbol Winning Inning, la vida sigue, de igual forma a como ocurrió cuando vivía allí Josh Hamilton. El ex ligamayorista Donnie Scott preparó el terreno el jueves para un torneo de béisbol universitario. Varios jugadores de liga menor se hicieron tiradas largas y batearon en las jaulas mientras se preparaban para los entrenamientos primaverales. Las historias son legendarias y se cuentan de boca a boca en torno a los largos batazos que conectaba Hamilton aquí, por encima de las torres de luces y hacia terrenos cercanos.

El prospecto de los Cachorros de Chicago Jacob Rogers estaba en secundaria cuando comenzó a trabajar con Hamilton en 2006 pero en ese entonces solo lo conocía como "Josh", un tipo afable y prospecto que se quedó en el camino. Solo después de haber visto una entrevista que hizo con una televisora local fue que se dio cuenta de quien realmente era "Josh".

"Yo lo apoyo", dijo Rogers el jueves, un par de horas después de haber visto un reporte de "SportsCenter" sobre los problemas más recientes de Hamilton. "Incluso tengo su libro en mi casa ahora mismo. Yo todavía lo veo. En cualquier momento que él salga en TV, lo veo. Lo apoyo para que siempre conecte un hit o que le vaya bien en una temporada. Esperaba que este año fuera uno grande para él. Y todavía lo espero".

Pero la fuerza que impulsa a la academia Winning Inning, Roy Silver, apoya más a Josh Hamilton en la vida que en el béisbol. Él espera que Hamilton pueda recurrir a su fe y "utilizarla para ser para de él. Para mí, eso es más grande que Josh, más grande que yo, más grande que el juego mismo".

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