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Sobresalir en la multitud

BUENOS AIRES -- La Copa Libertadores es, hasta el momento, sumamente dispar. Las ocho zonas aglutinan tanto equipos de nivel internacional como alineaciones modestas, de bajo presupuesto, cuya máxima aspiración en un certamen de tal envergadura es adquirir rodaje.

En este concierto, los equipos argentinos, salvo River, que arrancó en la adversidad de la altura, se vienen perfilando como grandes protagonistas. Y esta semana fue muy alentadora.

El centro de las miradas sigue siendo Racing, que sumó una segunda actuación descollante. Luego de golear en el debut a un flojito Táchira, confirmó su poder de fuego, apoyado en el soberbio presente de Bou, con un 4-1. Guaraní le hizo partido un rato largo, pero el equipo de Cocca tiene una capacidad ofensiva demoledora (9 goles en dos partidos, 6 de ellos a cargo de Bou), y le alcanza con un breve lapso para noquear al rival.

A la solidez defensiva y la buena circulación, hay que añadirle una incorporación decisiva como Washington Camacho, gran aporte en la generación de juego. Tan desequilibrante como su antecesor, Ricardo Centurión, pero con una perspectiva más madura. Racing es candidato firme a ganar el grupo y a pelear por el premio mayor.

Otro que se preparó debidamente para estas galas es Boca. Volvió a ganar ante Wanderers y desarrolló un buen juego. La ventaja del equipo de Arruabarrena es el caudal de su plantel. Contrató refuerzos variados y de jerarquía, que le dan la posibilidad de un recambio lujoso. Podrá atender la Copa y el torneo local con idénticas expectativas. Gran aparición de Lodeiro, uno de los recién llegados, y muy promisorio partido de Osvaldo.

Quizá no justificó la promoción desmedida que precedió a su debut, pero insinuó ser un nueve con recursos y enorme voluntad de participación. Con el gol de cabeza (un gol muy plástico, de gran factura), entró con el pie derecho en la consideración del público.

La promoción juvenil (Komar, 18 años) también se ensambló al equipo a la perfección. Esa coherencia general, la rápida adaptación a una idea colectiva aun de los más nuevos o inexpertos, supone un invalorable plus.

Estudiantes hizo los deberes: se agigantó en casa y barrió a Barcelona. Tiene en Guido Carrillo un portentoso delantero, la cifra de su esperanza en la Copa. Además, sus laderos lo interpretan bien. Los problemas del equipo platense son los viajes. Debe volar a Colombia y Ecuador, bastiones arduos, en especial para una formación sin demasiado roce internacional. Pero el debut permite ilusionarse.

En el caso de Huracán, su mera inclusión entre los 32 equipos ya es un premio. Hay un solo antecedente de Huracán en el máximo torneo sudamericano de clubes, en 1974, cuando llegó hasta semifinales. Otros tiempos. Ahora Huracán acaba de regresar a Primera y es probable que su atención se centre en consolidarse en la categoría principal. Empató con Mineros, un club que le generó quizá más problemas de los esperados y el grupo, donde sobresale Cruzeiro (el próximo rival), no luce del todo accesible. Pero esto recién empieza y no olvidemos que a Huracán se le está haciendo costumbre la hazaña.