Paola Núñez | Corresponsal 9y

Real Madrid se admite lento e ineficaz

MADRID -- Ineficaz, según el propio Carlo Ancelotti. "Lento en la circulación del balón". El Real Madrid sufrió un nuevo 'resbalón' ante el Villarreal, uno de los equipos en mejor forma en España y que logró sacarle el empate 1-1 en el Santiago Bernabéu, en un partido en que se intensificaron las dudas en torno al conjunto merengue, que, por momentos, parece navegar sin brújula.

"En la primera parte tuvimos un ritmo muy bajo del partido. Hemos tenido muchos centros porque la circulación del balón (en la media) era lenta. El ritmo cambió en la segunda parte, pero no fuimos eficaces con las oportunidades que tuvimos", reconoció el técnico del conjunto merengue en rueda de prensa tras el encuentro.

Más allá de la soberbia labor defensiva del Villarreal, en especial del arquero Sergio Asenjo, quien detuvo hasta ocho disparos a puerta, el Real Madrid se volvió a atascar en su propio juego. Bale y Marcelo podían cansarse de enviar centros y Cristiano Ronaldo, de disparar, pero de todos modos el conjunto merengue no parecía ir a ningún lado.

Intentaron 24 veces buscar la portería rival, pero sólo la tercera parte de sus intentos fueron con dirección al marco. Un fallo tras otro de cara a gol y a medida que avanzó el tiempo, los errores se volvieron más evidentes.

Por intentarlo, Ancelotti recurrió al plan de emergencia y terminó hasta con cuatro delanteros en el campo tras la entrada de Jesé y Chicharito. Y ni así el Real Madrid pudo recuperar la ventaja perdida después del tanto con el que Gerard rescató un punto para el Villarreal.

Sus hombres eran un manojo de nervios, pero para Ancelotti no fue la "ansiedad" ni la "impotencia", simplemente fue cuestión de mala suerte.

"Ansiedad no lo sé. Sé que hemos tenido muchas oportunidades y no hemos tenido suerte en la finalización", señaló el técnico, quien con firmeza negó un sentimiento de "impotencia" en su plantel. "No hemos tenido suerte", insistió el italiano, sin poder, con ello despejar las dudas que se ciernen sobre sus hombres.

Pólvora mojada e inoperancia en la media. Mala combinación. Aunque los locales se hicieron con el 62 por ciento de la posesión, permitiendo apenas algunas jugadas a contragolpe de los rivales, no lograron sacar renta de su dominio.

La media, sin Modric y con Isco ocupado en labores de creación, es un abismo. La llegada de Lucas Silva poco ha contribuido a mejorar la situación. El mediocampista, anunciado con bombo y platillo como solución a los problemas en la zona de recuperación, de nuevo jugó en una posición algo adelantada, apenas contribuyó en labores defensivas y obligó a Toni Kroos a partirse en dos.

Y aunque el alemán cumplió con creces, como líder en acciones defensivas, con ocho, y pases clave, con cinco, no pudo hacer mucho más para hacer de la media merengue un aparato funcional.

Ancelotti, sin embargo, justifica la más que discreta actuación del brasileño, su emplazamiento y recuerda que el rival en turno exigía tal sacrificio.

"Lucas Silva ha intentado trabajar junto a Kroos. Al principio hemos tenido riesgo atrás, pero en la segunda parte sólo han llegado dos veces. Luego tratamos de presionar más arriba, pero el Villarreal manejó al balón muy bien", dijo.

Sin embargo, hasta el hombre más conciliador del vestidor blanco admite que, más allá del nivel del Submarino Amarillo, el bajón de ritmo de juego en el Madrid les está costando puntos vitales. Que no es una cuestión de "mala suerte", ni un "accidente".

"Un accidente no fue (el resultado). Quien juega sabe lo que pasa. Lo hemos intentado, hemos intentado ganar. Ellos (Villarreal) trabajan muchísimo y hemos hecho lo que hemos podido. No hemos estado rápido en los pases en la primera parte y en hacer las contras y nos ha costado", admitió Marcelo, quien siendo lateral acabó el partido como el hombre con más toques, 103.

Mientras se ponen de acuerdo en la causa del naufragio, el calendario aprieta. Y dos puntos de ventaja sobre Barcelona, si las cosas salen bien en San Mamés la próxima semana, se antoja una renta peligrosamente pobre para presentarse en el Camp Nou.

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