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La más difícil de Mayweather

Está en la tapa del libro previo de la pelea del siglo: Floyd Mayweather es el gran favorito para llevarse la victoria el 2 de mayo frente a Manny Pacquiao en el MGM Grand de Las Vegas. Su inmaculado palmarés, su condición de indiscutible mejor Libra por Libra del planeta y las diferencias físicas a su favor, parecen avalar de manera indiscutible ese favoritismo. Sin embargo, es necesario preguntarnos si con esos atributos será suficiente para vencer a un rival de las características del filipino. Evidentemente la respuesta es no, no será suficiente. Y para refrendar esa aseveración, debemos buscar las claves que debería respetar Mayweather si aspira a confirmar su favoritismo.

Si tenemos en cuenta que nos encontramos ante uno de los mejores exponentes del boxeo defensivo de la historia y que desde hace un buen rato sustenta sus victorias en esa cualidad, a la hora de buscar esas claves, no podremos apelar a ningún código ofensivo. El asunto, es detectar "que cuidados debe adoptar Floyd para anular la agresividad de su oponente".

Y la primera regla también aparece en la tapa del libro de todo púgil de guardia ortodoxa cuando a su frente tiene a un oponente de guardia opuesta (zurda): caminar siempre hacia la derecha de su rival. En este caso, será prioridad absoluta para quitarle ángulo y recorrido a la herramienta mayor del filipino: el golpe de izquierda larga.

A ese perpetuo movimiento hacia la derecha, también Floyd deberá adosarle la magia de su cuerpeo, con el que siempre elude golpes como si fuera un torero. Ocurre que Pacquiao a su clásica izquierda larga, buscando la barbilla adversaria, normalmente le adiciona casi en secuencia una derecha en gancho con lo cual suele completar una extraña combinación, muy propia de un agresor impredecible.

Pero hay otros factores ineludibles en la estrategia de Mister Money y uno de ellos, es el enfoque inicial, o sea, el ritmo que le imprima Mayweather a la pelea desde el primer instante. Para nadie es un secreto que Floyd tarda bastante en encontrar el ritmo y en los primeros asaltos suele actuar sin la adrenalina adecuada. Le ocurrió ante Marcos Maidana que se llevó los primeros asaltos, le ocurrió con Oscar de la Hoya, lo padeció ante Shane Mosley que lo conmovió en el arranque y hasta tuvo problemas con Robert Guerrero en el asalto inicial de una pelea que ganó sin drama alguno. Ante un rival explosivo y poco previsible como Pacquiao, no puede otorgar ventajas iniciales o le puede ir rematadamente mal.

Tampoco esta vez podrá apostar todo a la calculadora de su boxeo avariento: moverse siempre y golpear lo necesario para llevarse cada asalto. El volumen de golpeo del filipino es superior y en la suma de impactos, el que tendrá la calculadora a su favor, esta vez, será Pacquiao. En consecuencia, habrá un momento en que Floyd tendrá que pararse a intercambiar y es posible que el ritmo que le imprima a la pelea su rival, obliguen a fajarse muy temprano en la pelea.

Mayweather, asimismo, no suele establecer el jab como arma prioritaria, sin embargo esta vez deberá hacerlo para usufructuar su mejor ventaja de brazo y mantener a Pacquiao fuera de su radio de acción.

En realidad, cuando Floyd enfrenta a zurdos, se limita mucho su ya de por si escaso arsenal ofensivo, dado que como lo demostró ante oponentes de ese tipo (Zab Judá o Robert Guerrero), no consigue impactar sus ganchos con eficacia.

Mayweather siempre ha padecido cuando enfrenta a rivales agresivos y Manny es el rey de los agresivos, además de un pugilista que golpea desde posturas inverosímiles. Por ello, quizás, esta vez no sea una buena idea permanecer demasiado tiempo recostado a las cuerdas jugando al "anímate a ver si consigues conectarme". Manny es capaz de conectarlo y lastimarlo.

¿CAMBIAR DE DEFENSIVO PARA OFENSIVO?

No hay dudas que el contragolpe sigue siendo la herramienta soberana para cualquier estrategia ofensiva de Mayweather y en ese aspecto, tiene buenas posibilidades de conmover al filipino. Pacquiao cuando lanza su mano izquierda, inevitablemente levanta el pie trasero debido al impulso que le imprime a su cuerpo buscando llegar a la barbilla adversaria. Si el movimiento de cintura para eludir ese golpe es el adecuado, un golpe de derecha a contrapié en esas circunstancias puede ser devastador en caso de impactar en la humanidad del filipino. Mi duda es si ante un boxeo abrumador como el de Pacquiao, Mayweather tendrá la suficiente frialdad para trabajar ese contragolpe. Por allí nos demostrará hasta donde llega su calidad.

Pero hay otras posibilidades en una posible ofensiva del estadounidense. Si bien hoy las manos de Mayweather, no parecen tener el poder de antaño, su capacidad de perforar la guardia enemiga se mantiene intacta, lo que sumado a la mejor extensión de brazo, abren una posibilidad cierta de contrarrestar la ofensiva filipina con su propia ofensiva. No hay duda que esa puede ser una de las claves esenciales para Floyd: encontrar un balance equilibrado entre defensa y ataque, sin descartar buscar ser la sorpresa de la noche cambiando su postura de esgrimista defensivo a presionador ofensivo. ¿Será eso posible?

Si apelamos a la historia del boxeo, basta recordar la estrategia con la cual Ray "Sugar" Leonard nos sorprendió a todos en 1981, cuando doblegó al agresivo Thomas Hearns cambiando el libreto preestablecido de su estrategia. Ya para el tercer asalto lo había conmovido con un golpe certero y de allí en más Leonard dictó el ritmo ofensivo del combate hasta el triunfo por KOT en el decimocuarto episodio.

Mayweather puede también recurrir a la osadía de una estrategia que nadie espera y cambiar el dibujo de la pelea desde el mismo comienzo. Es difícil, a mi juicio que suceda, pero no imposible, teniendo en cuenta que Floyd no solo ha llegado a donde ha llegado por su excelente defensa, también su inteligencia y capacidad de entender al enemigo para utilizar la más adecuada estrategia, han jugado un rol trascendente en su camino de victorias.

El mejor libra por libra del planeta afronta la batalla más difícil de su carrera y si bien los ojos de los fanáticos habituales y ocasionales, en su mayoría lo ven de antemano como el gran vencedor, sería un grave error de Mayweather que él también se lo creyera. Y esa, la certeza absoluta de que una derrota es posible, tal vez sea la clave principal de Mayweather a la hora de diseñar su estrategia.