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Marcelo Filippini: "Cuevas es un ejemplo, pero hoy está muy solo"

BUENOS AIRES -- María Emilia Salerni, campeona de Wimbledon Junior en 2000, intenta encaminar a su pupila a una victoria del equipo femenino local ante Venezuela. En la cancha lindante, los drives uruguayos se van largos, las voleas no tienen la firmeza ideal y el dueño de la silla no puede contener los nervios. Uruguay es vencido por Paraguay, máximo favorito entre las mujeres del Sudamericano Sub 14. A los pocos minutos, una de las chicas se pregunta si irán al shopping, mientras Thiago Tirante, líder de la categoría a nivel regional, hace suspirar al público en cada uno de sus limpios tiros ganadores. A ella se le acabó el protector labial; a él, la paciencia. Las situaciones en el clasificatorio para el Mundial de la categoría se multiplican en cada rincón de El Clú.

Quien intenta llevar las riendas del conjunto oriental es Marcelo Filippini. 30º del mundo en 1990, es el uruguayo con más títulos a nivel ATP (5). Hoy, lleva siete años trabajando como Director en el Carrasco Lawn Tennis Club.

"Siempre en la parte competitiva, en cancha, con chicos de 8 a 17 años. Lo disfruto mucho y parte de eso es venir al Sudamericano a acompañar a mis jugadores. Estos primeros días han sido bastante difíciles con tres singles con chances de ganar pero no se pudo. No estoy de lo más contento", confiesa, ya como parte del oficio. "Pero se trata de ayudar a los chicos para que aprendan a jugar al tenis y que esta experiencia les sirva lo máximo posible. Es muy importante porque son muchísimos partidos y en muy buen nivel, con cansancio físico y mental".

Micaela Domínguez y Guillermina Grant, dos de las nominadas para jugar esta semana en el barrio de Saavedra, en Buenos Aires, trabajan día a día con él en Montevideo. Esta semana, el equipo lo completa Agustina Cuestas, número uno del equipo como 16ª del ranking COSAT.

- ¿Cómo vivís esta función, lejos de los grandes torneos?
- Siempre que me nominan para estar en los Sudamericanos acepto y me gusta. A veces uno se agarra unas calenturas de novela pero es parte de lo lindo: ver cómo compiten al mejor nivel posible.

- ¿Notás mejora en estos siete años?
- Los Sudamericanos siempre han servido para mejorar el nivel o notar ciertas situaciones. Ya sea en el día a día o en cuanto a golpes. Los chicos creen que les funcionan pero afuera se dan cuenta que no son tan buenos como piensan. Es importante que esto ayude para trabajar durante el año.

Filippini permanecía segundo en el ranking histórico de su país (30º ATP), detrás de Diego Pérez (27º), hasta que Pablo Cuevas "pulverizara" el registro de ambos. Desde varias aristas, él tuvo que ver para que esto pasara.

- ¿Cuánto influye el buen momento de Pablo Cuevas en el tenis uruguayo?
- Sin lugar a dudas que ayuda. Tener un deportista de tu país a este nivel es un ejemplo de que se puede. Que hoy esté entre los 22 del mundo es un referente importante. Lo pueden ver en televisión, saben el sacrificio que tuvo que hacer para volver, por eso es muy importante. En nuestro caso es un ejemplo. Infelizmente está poco en Uruguay, pero siempre está en Copa Davis. Por eso es un referente y un ídolo de los chicos.

- ¿En lo personal qué te genera que se te recuerde por lo que Pablo hace hoy?
- Es lindo que se acuerden de lo que uno ha hecho. Las comparaciones no son de lo mejor pero está bueno que los que estuvimos antes motivemos a que nos superen. Eso es parte de la vida: que alguien genere un récord y otro trate de romperlo. Que Pablo esté ahí hace que la vara esté más alta para el próximo uruguayo que surja.

- ¿Cuándo Uruguay se podrá ilusionar con el Grupo Mundial de la Copa Davis?
- Pablo todavía está muy solo porque su hermano Martín llegó a estar 300º del ranking. Santiago Maresca (20 años, 2146º ATP), Rodrigo Senattore (21 y 1088º) y Rodrigo Arus (20 y 1507º) tienen mucho para recorrer y para poder acompañarlo. Están intentando jugar profesionales. Pero no hay 50, siempre son muy pocos y hoy hay tres que están intentando, iniciando carrera de Futures que es larga y dura.

- Habiendo sido vos el último en organizarlos ¿preocupa que ya no haya Futures en Uruguay?
- En ese momento Cuevas, Martin Villarubi y Marcel Felder necesitaban jugarlos. Fueron cinco años pero dejé de hacerlo por motivos personales. Los chicos los necesitarían. Hoy me dedico a la enseñanza y no tengo tiempo. Hoy vendría bien pero es función de la Asociación Uruguaya, como en todos los países del mundo.