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Pep Guardiola se viste de Barça

Durante 180 minutos peleó contra su corazón... Y en cuanto quedó sentenciada la eliminación de su Bayern de Múnich, Pep Guardiola volvió a enfundarse su barcelonismo. No podía ser de otra manera y sin embargo, no dejó de ser lo más noticiable en la sala de prensa del Allianz Arena.

"Me da igual el rival en la final, Lo que quiero es que el Barça gane la quinta Champions. Y lo quiero de corazón" proclamó el entrenador después de elogiar a sus jugadores (los del Bayern) y de felicitar al equipo de Luis Enrique por la clasificación para la final de Berlín.

Y a partir de ahí, quizá sin pretenderlo, Guardiola sacó a relucir su vena azulgrana. Si llamó la atención su imagen junto a Messi al acabar la primera mitad y el abrazo sentido con Luis Enrique a la conclusión del partido, en la sala de prensa el entrenador catalán sacó al escenario su corazón culé, su pasión por el Barça y a su manera, como un hincha más, comenzó a jugar la final de Berlín.

"Que no haga el pardillo y gane la quinta" proclamó abiertamente. "Lo merecen. La Liga ya la tienen, ahora tienen que ganar la Copa y están en la final de la Champions. Felicito al Barça, justo ganador y de todo corazón espero que ganen la quinta, la merecen" repitió Guardiola dando rienda suelta sus sensaciones más íntimas.

"No he visto a Pelé, pero Messi... Es lo más grande. Y vuelve a tener un nivel competitivo bestial. Y Alves, y la vuelta de Piqué...". En un discurso mucho más pasional que el ofrecido en los últimos días, Pep volvía a mostrar la realidad de su persona.

Una cuestión profesional le puso al otro lado de la trinchera, pero la verdad le devolvió a su lugar de siempre. Personaje capital en la historia moderna del Barcelona, Guardiola ha callado ante el bombardeo mediático que se ha desatado en las últimas semanas y que muchos aprovecharon para vilipendiarle.

Obviamente jugó sus cartas para ganar la eliminatoria... Pero nada de ello evitó que con todo decidido regresara a sus orígenes. Porque Pep Guardiola es el Barça. Le pese a quien le pese.