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Ezequiel Garay se entrena con Argentina, a dos días de la final

BUENOS AIRES -- La reaparición de Ezequiel Garay como principal novedad, la Selección argentina se entrena en Santiago, a dos días de la final de la Copa América.

El defensor se perdió la semifinal con Paraguay por una gastroenterocolitis y tampoco había podido entrenarse el miércoles. Pero este jueves se sumó al trabajo, aunque en forma diferenciada, y sigue en duda para el partido del sábado.

En el once ideal de Martino, el veterano Martín Demichelis, de 34 años, podría dar paso de nuevo a Garay, como sucedió en la semifinal de Concepción, donde Argentina venció a Paraguay (6-1).

El central titular junto a Nicolás Otamendi fue el único en ausentarse de la práctica del miércoles y se teme que las molestias gástricas puedan haberle debilitado físicamente.

Martino aprecia de Garay su poder en el juego aéreo, su capacidad en salir al corte, las pocas faltas que comete (cuatro en otros tantos partidos) y su acierto en el balón parado.

Ezequiel Garay, que inició su carrera en Europa en el Racing de Santander español, cuenta con pasos por el Real Madrid, donde llegó a ser titular en el temporada 2009-2010, y el Benfica portugués, club en el que más creció como futbolista.

Al margen de la cuestión de Garay, el seleccionador argentino no tendría dudas para la final frente a Chile en el Estadio Nacional de Santiago.

Martino asentó su once de gala a partir del segundo encuentro de la Copa América, en el triunfo ante Uruguay (1-0) en el que fijó una línea de cuatro con Pablo Zabaleta en el lateral derecho, que suplió a Facundo Roncaglia; Nico Otamendi y Garay como centrales y Marcos Rojo en la banda izquierda.

En el centro del campo sentó a Ever Banega, quien, como Roncaglia, había sido titular en el debut ante Paraguay (2-2), y colocó a Lucas Biglia en su lugar para dar más consistencia al funcionamiento del conjunto.

El medio de Lazio se complementó con Javier Mascherano y liberó de algunas responsabilidades defensivas al creativo Javier Pastore, cuya semifinal ante Paraguay fue muy aplaudida.

Pastore, un centrocampista de excepcional visión de juego, pero poco despliegue físico, se ha ido compenetrando con Lionel Messi a medida que ha avanzado el torneo. El mejor ejemplo, el 6-1 ante Paraguay. El Flaco, asistido por Messi, sumó el segundo y dio otros dos.

También ha mejorado Ángel di María justo cuando se le comenzaba a cuestionar.

La sociedad Messi-Pastore le sirvió para impulsar su capacidad de desborde por velocidad y técnica. Sumó dos de los seis goles contra los guaraníes y asistió a Sergio Agüero en el sexto.

Ese doblete y asistencia igualan un hito conseguido por Rivaldo en 1999, cuando Brasil goleó a Uruguay en la final de la Copa América con dos goles y una asistencia del talentoso brasileño.

A pesar de solo haber anotado un tanto, de penalti frente a Paraguay (2-2), la influencia de Messi en la selección es capital.

En la semifinal, intervino en los seis goles directa o indirectamente, con tres asistencias de gol.

Un poco más desconectado del colectivo está Sergio Agüero, quien, sin embargo, muestra unas estadísticas de auténtico matador. En cuatro encuentros acumula tres goles.

En el estadio Nacional de Santiago, tendrá un objetivo personal, batir la marca del actual artillero de la competencia, el chileno Eduardo Vargas, que tiene cuatro tantos en su haber.