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Cautivado con su juego

SANTIAGO (Enviado especial) – “La selección que más me llama la atención es Chile. Si fuera chileno estaría re contra orgulloso”.

A lo largo de toda la Copa América, Gerardo Martino no escatimó elogios hacia el dueño de casa, al que debe enfrentar en la gran final de este sábado en Santiago.

“Nosotros tenemos más pase y menos vértigo, pero Chile me encanta”, declaró el DT de la Albiceleste hace 15 días. Cuando se le consultó por qué después de tantos halagos no intentaba jugar de esa forma, respondió con una sonrisa: “Porque me gusta lo que hacemos nosotros. Me siento más capacitado para hacer eso y quizás no me siento capacitado para hacer lo otro”.

El rosarino siempre trazó un paralelo entre el protagonismo que buscan tanto Chile como Argentina. Al destacar el trabajo de La Roja, el Tata apeló a la “idea”, el término que más utiliza en sus conferencias: “Hace mucho tiempo que vienen insistiendo con una idea. Puede haber una variante de nombres, inclusive podemos pensar en una variante de esquema, pero la intención va a seguir siendo la misma en cuanto a la búsqueda del partido”.

La consideración del DT no cambia ante la presencia o no de Jorge Valdivia, o un eventual dibujo más precavido. En la conferencia previa a la definición en el estadio Nacional, Martino dejó en claro que estudió cómo le jugó Chile a rivales de mayor envergadura como Brasil, España y Holanda. Por las dudas, dijo prepararse “para todas las cuestiones”.

Apenas arrancó el torneo, el extécnico de Barcelona opinó que “el que juega distinto es Chile” y no le escapó a los nombres propios: “Soy un admirador de una camada de jugadores como Alexis, Medel, Vidal, Isla, Beausejour. Pareciera que quiero quedar bien y nada que ver. Alexis siempre juega bien”.

Siempre recorre el camino del humor para huir elegantemente de alguna consulta que puede incomodarlo. Por ejemplo, cuando le pidieron que se compare con Jorge Sampaoli: “Como me hice el quincho hace poco… antes me parecía más, ahora menos. Y somos los dos de Santa Fe (le sopló Agüero)”.

Después del chiste, volvió a privilegiar la identidad, su mayor obsesión a la hora de dirigir a un equipo: “Entre Chile y Argentina se da cierta coincidencia en la forma. Los dos intentan jugar. Son dos selecciones que hicieron bien las cosas y el premio es haber alcanzado la final”.

Con dos equipos que tienen el arco rival entre ceja y ceja, es inevitable entusiasmarse con una final atractiva. Pero Martino metió el freno de mano: “Cuando se tiene tanta expectativa, se termina viendo un bodrio de novela. Ojalá se vea un gran partido. No sé cuanta intención tendrán ambos de hacerlo de ida y vuelta. El que tenga supremacía sobre el otro sacará diferencia”.

El balance con Chile también dio superávit en la recepción de la gente: “Nos han tratado fenomenalmente bien. Cuando escuchó ciertas cosas pienso que ustedes están en Perú y nosotros en Chile. Es fútbol, que cada uno interprete lo que quiera. Sólo se trata de jugar a la pelota y ganar”.

Si se trata de juego, Chile sumó un fanático de peso en el último tiempo. Un admirador que al menos durante 90 minutos, o tal vez un poco más, se parará en la vereda de enfrente.