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Troicki: "La gente apoya, pero esto no es fútbol. Se pasaron de la raya"

BUENOS AIRES -- Los gestos, adustos, serios, mostraron la cara de una Serbia en problemas, contra las cuerdas. Sin Novak Djokovic, su figura y Nº1 del mundo, el equipo europeo vino a visitar a Argentina en busca de un pasaje a semifinales en la Copa Davis y no pensó quedar 0-2 tras la jornada inicial. Por eso Viktor Troicki y el capitán, Bogdan Obradovic, se vieron tan dolidos frente a los medios acreditados en Tecnópolis.

El líder visitante, sin dudas "tocado" anímicamente por la derrota ante Federico Delbonis, pese a tomar ventaja de 2-0 en sets, no ocultó su dolor, su bronca, su enojo. Su cara hablaba por sí sola. "Quedé mal por la derrota; él se soltó en el tercer set al lograr un quiebre y tuvo mucho apoyo de la gente. Yo perdí energía y no se me pudo dar", afirmó el 20º del ranking ATP, por momentos recostado sobre el respaldar de su silla, seguramente con más ganas de volver al hotel que tener que enfrentar a la prensa.

"El local tiene una gran ventaja por el aporte de la gente. Es muy interesante cómo alientan a sus jugadores, ya había escuchado hablar de los argentinos. A veces hay gritos y cosas que no están permitidas en el tenis, como cantar y silbar en un mal saque del rival y hubo momentos en que se pasaron de la raya", dijo muy molesto.

"Para el dueño de casa, la gente es un gran apoyo, pero esto no es fútbol. Fue negativo para mí, sin dudas. En algunas ocasiones escuché insultos, pese a no hablar ni entender el español, pero me di cuenta; siempre hay algún aficionado loco o muy ferviente...", enfatizó. Así fue la versión de Troicki, más crítico con la gente que autocrítico con su derrumbe mental y tenístico.

Unas horas antes, Filip Krajinovic dijo querer "olvidarme de este partido". Y la pregunta fue recurrente para Troicki: "Es bastante difícil olvidar un partido así en el tenis. Pero esto es así: a veces se gana, a veces se pierde; esto sigue, viene otro partido. No sirve de mucho pensar en el pasado", remarcó.

Y llegó la pregunta que caía de maduro, aún más con el 0-2 parcial en la eliminatoria de cuartos de final del Grupo Mundial. Troicki, hablando poco, fue muy concreto: "¿Cuánto afecta no tener a Djokovic? Saquen las cuentas ustedes". Y sonrió, dejando un espacio de tiempo, evidentemente no queriendo hablar más.

A su lado, Obradovic también estuvo muy serio, afectado porque supuso iban a igualar 1-1 y, en dos horas más, se quedó con las manos vacías. Con sed de revancha, claro, pero muy golpeado. "Quedan tres puntos para ganar sí o sí. Argentina tiene un buen equipo, pero ellos pueden perder todo. Están en buen nivel, pero ya veremos", dijo.

Enseguida llegó la consulta de ESPNtenis.com, sobre cuál es la clave para dar vuelta la serie. "Debemos ir paso a paso el sábado en dobles y luego quedan dos puntos más, nos vamos a reunir y ver quiénes forman la pareja y si podemos dar vuelta esta serie. Tomaremos la decisión de cómo formar la dupla. Veremos cómo se sienten los jugadores. No sé cuál es la clave, si hay una o más. Es fundamental tener confianza y seguir de a poco, porque se puede. Esperemos ganar el dobles y llegar al domingo con posibilidades", afirmó el capitán serbio.

Antes, Krajinovic no eludió ninguna pregunta, aunque en su caso la presión era mucho menor, ya que fue de punto contra Leonardo Mayer. "Su nivel no me dejó jugar y hacer lo que yo sé hacer. Leo hizo un gran partido. Jugó muy agresivo y fue superior a mí", contó el joven que pasó por la Academia de Nick Bollettieri entre los 14 y los 20 años, una etapa que dijo valorar mucho en todo sentido.

En caso de que Serbia gane dos puntos seguidos, el dobles del sábado, y el punto de Troicki sobre Mayer el domingo, el desenlace podría tener a Krajinovic definiendo todo contra Delbonis. "Espero olvidar rápido este partido, no estoy conforme, pero quiero recuperarme y sería lindo poder jugar el último single con chances de pasar de ronda", expresó. Igual, para eso aún falta mucho camino por recorrer. Así y todo, él podría ser reemplazado por Dusan Lajovic, respuesta que sólo tendrá, de ser necesario, el capitán.