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El esfuerzo Atlético y la "prohibición" azulgrana ante la contención blanca

MADRID -- A falta de dos semanas para que el mercado de fichajes eche el cierre, la Liga vislumbra su arranque alentada por incesantes movimientos y nuevas caras, animado sobre todo por las incorporaciones realizadas por el Atlético de Madrid y por el acopio de refuerzos del Barcelona, ante el sospechoso letargo en el que parece sumido el Real Madrid.

El goteo de contrataciones, de mayor o menor relumbrón, permanece día a día. A la espera de que la agitación del último día, que suele acoger alguna sorpresa bomba, dinamite el cartel de la competición, la puesta en marcha del curso 2015-2016 advierte novedades importantes pero aún no ese fichaje estrella que ilumine la competición.

El verano, por ahora, ha estado al margen de negociaciones interminables, de acciones estratégicas entre clubes y representantes para cerrar la llegada del astro de turno. No hubo casos Neymar o Gareth Bale, por citar alguno reciente. Las maniobras en torno a la eventual incorporación del portero David De Gea por el Real Madrid es lo más parecido a esas acciones de antaño. Aunque, si acaso, la llegada del meta carece aparentemente del carácter mediático del brasileño o el galés.

Tal vez por eso el Real Madrid anda agazapado. Sostenido por adquisiciones sin ruido. Por retoques en su plantel. El técnico Rafa Benítez asoma como el principal refuerzo. Un nuevo proyecto. Pero sin ese galáctico de cada curso que consuela los sinsabores de la afición blanca.

El Real Madrid, que contrató al lateral brasileño Danilo antes del cierre del pasado ejercicio y que ha cubierto las espaldas de su portería con Kiko Casilla, está reforzado, por ahora, con el retorno de Casemiro y Lucas Vázquez y el joven Marco Asensio. No obstante, las sospechas rodean al club madrileño. La habilidad de su presidente para cerrar adquisiciones postreras mantiene al acecho al sosiego del mercado.

Mientras, ha sido el Atlético Madrid el que parece haber echado el resto. Un desembolso notable, superior a los cien millones, para intentar volver a codearse con la aristocracia del fútbol español.

La llegada del colombiano Jackson Martínez, de casi 40 millones de euros, supone el colofón a las llegadas alentadoras del argentino Luciano Vietto, una de las grandes promesas del fútbol mundial, o de otros menos sonoros que cubran las marchas producidas. Es el caso del belga Ferreira Carrasco, del Mónaco, o del central serbio Savic, del Fiorentina. Además, Diego Simeone ha logrado el retorno del brasileño Filipe Luis, que se marchó hace un año al Chelsea, o de su joven valor Oliver Torres.

Todo ello en lugar del croata Mandzukic, traspasado al Juventus, la del brasileño Miranda, que se fue al Inter o Mario Suárez, que probará fortuna en el Fiorentina. También el mexicano Raúl Jiménez se marchó al Benfica. Y el turco Arda Turan, que dejó casi 40 millones para irse al Barcelona.

Es precisamente el otomano el fichaje de relumbrón del vigente campeón. El Barcelona ha pasado por alto la sanción de la UEFA para fichar y ha amarrado a Turan y al exsevillista Aleix Vidal. Ambos no podrán entrar en escena hasta enero, cuando termina el castigo.

Luis Enrique apuntala así su laureado plantel, desprovisto este curso de Xavi Hernández, que se retiró y jugará en Catar, y de Montoya, cedido al Inter.

Un año más, otro de los presuntos animadores de la competición, el Sevilla, ha tenido que reinventarse. Además de la vuelta del cedido Rusescu ha conseguido la contratación de Krohn Deli, del Celta, del defensa Kakuta, que jugó en el Rayo aunque es propiedad del Chelsea, del francés Rami, procedente del Milan, el defensa Escudero, que jugó en el Getafe, de N'Zonzi, del Stoke, así como las cesiones del italiano Ciro Immobile por el Borussia Dortmund y del portugués Mariano, del Burdeos.

Pero sobre todo, las esperanzas del Sevilla y de su director deportivo Monchi están puestos en el ucraniano Konoplyanka, del Dnipro, una de las grandes noticias del fútbol del Viejo Continente.

Pretende con todos ellos el cuadro de Unai Emery paliar el adiós del colombiano Carlos Bacca, traspasado al Milan y de Aleix Vidal, básicos el pasado año igual que M'Bia. Bajas junto a Gerard Deulofeu, Iago Aspas, Fernando Navarro, Bargosa, Dogo o Trochowski.

El Valencia, por su parte, solo ha apuntalado un plantel que dio un giro hace un año. Santi Mina, del Celta, Bakkali (PSV), Danilo Barbosa (Braga) y el portero australiano Ryan (Brujas) son sus caras nuevas.

El Villarreal también ha tenido que dar un giro a la cara de su plantilla. Sus adquisiciones son prometedoras. La llegada de Roberto Soldado es su flamante aliciente que se unen a las vueltas de Pantic, cedido al Córdoba, Iñiguez, vuelve cedido al Girona, Espinosa, que jugó prestado en el Almería, Jonathan Pereira, cedido el pasado año al Valladolid, a los que se han unido las cesiones de Aréola (Bastia), y las contrataciones de Samu Castillejo y Samu (Málaga) y Leo Baptistao (cedido por Atlético).

Y es que el submarino amarillo debe paliar las bajas de Denis Cherisev, Luciano Vietto, Uche, Dorado, Moi Gómez, Giovanni Dos Santos o Gerrard Moreno.

Son algunos de los movimientos de un mercado condicionado por la crisis económica y las limitaciones de los clubes que, en algunos casos, deben tirar de imaginación, de futbolistas libres, como el Sporting, el Rayo Vallecano o el Getafe, para proporcionar aire fresco a sus equipos.

La vuelta del holandés Rafael Van der Vaart al fútbol español para alimentar de talento al Betis, el regreso a casa de Iago Aspas, que retornó al Celta o la incorporación de Jonathas por la Real Sociedad son otros de los alicientes de la Liga que echa a andar confiada aún en la posible llegada a tiempo de un galáctico.