LOS ÁNGELES -- No tengo duda de que el combate entre Leo Santa Cruz y Ábner Mares tiene todo, aún sin sonar la campana, lo que se necesita para ser considerado como uno de los mejores en mucho tiempo y potencialmente la mejor pelea del año. Creo, por otro lado, que nunca podremos apartar del camino la duda del qué hubiera pasado si el michoacano y el tapatío hubieran chocado en el ring hace un par de años, cuando en su carrera no había crítica alguna.
¿Se imaginan? Si Ábner en lugar de Jhonny González hubiera enfrentado a Leo por el campeonato mundial Pluma, sin duda la expectativa hubiera sido fenomenal, pero les aseguro que el espectáculo hubiera sido el mismo, porque hoy como hace dos años, los dos saben que esta es una pelea que los puede llevar a otro nivel en el boxeo y, sobre todo, que no es un combate más, no cuando es el honor el que está en juego.
Olvidándonos del hubiera, hagamos el recuento entonces.
Hace un par de años, o un poco más, Ábner estaba invicto, venía de destronar a Daniel Ponce de León como campeón Pluma del Consejo Mundial de Boxeo y se había colocado como el segundo tricampeón más joven en la historia del pugilismo mexicano, sólo detrás de Julio César Chávez.
A ese Mares nadie le criticaba, había limpiado la división de los Gallos, rápido conquistó la diadema en los Supergallos y había llegado por la puerta grande a los Plumas.
También hace dos años, nadie bajaba del pedestal a Santa Cruz, todos pensaban que sería la nueva sensación del boxeo mexicoestadounidense, pues había apartado del camino con suma facilidad, y espectacularidad, al entonces campeón Supergallo del CMB, Víctor Terrazas.
Para entonces Leo era el 'Terremoto' y no había quien en las 118 o 122 libras que le hiciera sombra.
Mediáticamente la pelea estaba en su punto y deportivamente, ni se diga.
¿Qué es lo que tenemos hoy?
Para empezar, Ábner ya llega al duelo con una derrota. A los dos se les cuestiona, además, su accionar en sus últimos combates contra rivales a los que no acostumbraban enfrentar. De Mares se dice que hasta tiene quijada de cristal y que mentalmente no se ha recuperado de aquel nocaut con Jhonny; de Leo se comenta que perdió el poder noqueador conforme ha subido y se le acusa de seleccionar rivales 'tranquilos'.
Mediáticamente, quizá la pelea no esté en su mejor momento, pero deportivamente, no hay falla, será el mismo resultado de hace uno o dos y hasta tres años.
No tengo la incertidumbre de que será una pelea brava, espectacular y soberbia, porque todos sabemos que estos dos guerreros están dispuestos a darlo todo en el ring, pues los dos tienen la necesidad de lograr el triunfo sonoro y por ello confío en que Ábner y Leo saldrán con lo mejor que tienen al ring del Staples Center, para demostrar que ayer, hoy o mañana, iba a ser el momento ideal para que se subieran a un ring a cambiar metralla.