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Barcelona afronta prueba de altura en su visita al Sevilla

BARCELONA -- El 3 de marzo de 2007, un gol de Dani Alves a los 60 minutos provocó la última derrota liguera del FC Barcelona en el Sánchez Pizjuán. Juande Raos entrenaba al equipo andaluz, Rijkaard al azulgrana, Ronaldinho (autor del 0-1) se retiró a los 78 minutos y antes lo hizo Messi, sustituido por Saviola.

Al cabo de tres días el Barça cayó eliminado en la Champions, a manos del Liverpool en los octavos de final y comenzó a asentarse en el entorno que el proyecto de Rijkaard y Ronaldinho, que aún duraría otra temporada, estaba en fase de derribo.

El Barcelona regresa a Sevilla en una situación muy distinta, con un presente muy diferente y la esperanza, indudable, de un futuro mejor que el de entonces... Pero consciente de la inmensa dificultad que entraña el partido. Por mucho que el Sánchez Pizjuán sea un escenario tan hostil en el ambiente como amable en los resultados es jugar frente al Sevilla.

El equipo que dirige hoy Unai Emery fue quien comenzó, bajo el mando de Juande, a despertar del mejor sueño al equipo de Rijkaard en la Supercopa de Europa de 2006, algo que estuvo cerca de repetir este año, pero desde aquel tres de marzo de 2007 y hasta hoy el Barcelona se ha mantenido invicto en los siguientes 16 partidos de Liga, en los que el Sevilla ha sido incapaz de ganarle.

En general, de hecho, las sensaciones tienen que ser buenas para el campeón, que acumula una docena de encuentros oficiales sin perder con el Sevilla, desde la ida de la Supercopa de España de 2010, cuando le venció por 3-1... Aunque en la vuelta el equipo de Guardiola le volteó con un incontestable 4-0.

Al Barcelona le resulta positivo un duelo frente al Sevilla por mucho que el equipo andaluz se haya demostrado entre los rivales más duros para el equipo azulgrana. Má ahora, este sábado, cuando acudirá al Pizjuán repleto de bajas, con la obligación de dar la cara por primera vez lejos del Camp Nou sin Messi y oboigado a demostrar que, como dijo Luis Enrique, "los títulos los ganan las plantillas, no los jugadores".

Mermado a la vez que obligado, al Barcelona se le presenta una prueba de altura en Sevilla para poder presenciar después con calma el derbi madrileño.

"La temporada acaba de empezar" se proclamó desde el vestuario azulgrana... Pero la temporada, día a día, partido a partido, parece encaminada a convertirse en una repetición de finales sin vuelta atrás.