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México vs Estados Unidos: Copa que rezuma sangre

PASADENA -- Parecería que el premio principal se convierte en un botín secundario este sábado en el Rose Bowl de Pasadena.

Parecería que el boleto a la Copa Confederaciones es solo un pretexto para que la gala de la Concacaf se consume: México ante Estados Unidos.

Parecería que el salvoconducto como embajador de Concacaf a Rusia 2017 es apenas la cereza de un pastel capaz de satisfacer la glotonería de sus contendientes y sus aficiones.

Esta Copa Concacaf rezuma sangre. La otra, la Confederaciones, ilusiones. ¿Cuál incita más? Obvio. Prefieren ganar este sábado, aunque no viajen a Rusia. El fin no justifica los medios: los medios justifican el fin.

Lleno absoluto. Pasiones extremas, ansiosas, intransigentes. Un árbitro bajo cuestionamientos severos, hacia ambos bandos, como Joel Aguilar Chicas.

Y la Concacaf, ansiosa de lavarse la cara, esa cara percudida de corrupción y con sus cabecillas prófugos, presos o bajo amparo, monta un circo fascinante para que sus dos colosos históricos, México y Estados Unidos, reivindiquen su futuro incierto.

El pase a la Confederaciones es importante. Pero no más allá de los más de 10 millones de dólares en taquilla, y una audiencia televisiva cautiva de más de 150 millones de personas en su región, clasificada -por cierto-, como tercermundista por su propio pastor en desprestigio y desahucio, como Joseph Blatter.

Choque con historias presentes. Flagelos deportivos. Desencuentros históricos. Agresiones geopolíticas. Factores que emergen siempre cuando México y EEUU se confrontan, para deleite de sus vecinos, que inevitablemente esperan que los dos dictadores del área terminen haciéndose pedazos, al menos en la inocuidad del futbol.

Con dos técnicos bajo contraste. Un Ricardo Ferretti que toma como antojo, como hobby, dirigir al Tri, porque la facinerosa conducta histórica de la FMF no efluye credibilidad para encontrar un proyecto serio.

Tuca tiene un capricho y los desamparados de la FMF le toman la palabra. Cuatro vueltitas y se baja del carrusel.

Con EEUU, Jurgen Klinsmann se desliza en el declive de su proyecto. Heredó una generación floreciente y la ha marchitado. Pero no corre peligro.

Ni aún cuando el referente máximo de EEUU, Landon Donovan, pida que renuncie o sea echado si no logra vencer al Tri este sábado.

Bien lo dijo Ricardo LaVolpe tras ser derrotado el Tri en Columbus, mientras se desanudaba la indeseable corbata roja: “A esta selección de Estados Unidos la entrena hasta mi bisabuela”.

ENSAYOS…

Ferretti hace ensayos para enfrentar a Estados Unidos. ¿O habrá tirado un bluff de tahúr? 4-3-3 y Rafa Márquez como cabeza de área, y equilibrio del grupo, con Raúl Jiménez en la versión del América del Piojo Herrera con Chicharito y Oribe.

Y curioso lo del capitán Márquez. Los dos resultados más humillantes en la era moderna sobre EEUU, no apareció en los festejos.

En el 5-0 con Javier Aguirre, no jugó, y en el 2-4 con el Chepo de la Torre, Márquez salió al 43’ por lesión, lo sustituyó Héctor Reynoso, y el Tri se enderezó del 2-0, hasta la remontada final. Casualidades, después de desmanes vergonzosos en otros juegos.

Klinsmann no enreda lo desenredado. Y deposita en los fantasmagóricos en la Copa Oro, la ilusión de hacer daño al Tri: Bradley, Altidore y Dempsey. Los dos fueron tristes espectros en esa competencia. Es el momento de su revancha.

Ellos saben la ironía del momento. En un país con 320 millones de habitantes, hay más aficionados mexicanos al futbol en su territorio que aficionados estadunidenses al futbol, un deporte que apenas empieza a exacerbar pasiones en el país.

Lo que queda claro es que fuera del entorno de Concacaf, sólo hay una nación ansiosa de que el boleto quede en Estados Unidos. Sí, Rusia, el anfitrión de la Copa Confederaciones 2015, disfrutaría mucho encontrárselo en su camino dentro de dos años.

Y después del éxito económico de esta Copa Concacaf de este sábado, alguien duda, que la casualidad, ponga nuevamente dentro de cuatro años a México y EEUU como finalistas, relegando como comparsas, incluso con sospechosas actuaciones arbitrales, al resto del vecindario.

La batalla comienza. Una batalla en la que lo más importante, el boleto a la Confederaciones, termina siendo lo menos interesante.