CARDIFF (Enviado especia) - Su cara es una pintura de lo que fue el test contra Francia: una batalla bien física y con una intensidad descomunal. Su ojo izquierdo en compota, que hasta pareciera que late, es la herida de guerra más visible que luce el pilar irlandés Mike Ross luego del partido.
La contienda, que definió el Grupo D, dejó a varios caídos en el equipo verde. El más resonante: su capitán, Paul O´Connell, que debió abandonar la cancha en camilla y con máscara de oxígeno al final del primer tiempo, tras un golpe en un ruck. Por los pasillos del Millennium de Cardiff, la versión que circulaba era que el segunda línea había jugado su último partido internacional. Y nadie del seleccionado irlandés salió a desmentir el rumor. “A Paul le harán estudios, pero por ahora no se ve bien. Es un jugador que cualquier seleccionado quisiera tener en su XV titular y, además, puntualmente para nosotros, es un gran líder”, explica el jugador del Leinster, minuto después de que su entrenador, Joe Schmidt, dijera algo similar en conferencia de prensa. El que sí se despidió seguro por lesión es el segunda línea Peter O'Mahoney, mientras que hay esperanzas de que Jonny Sexton llegue a recuperarse.
La próxima parada de Irlanda, que sin dudas es una de las selecciones más sólidas que ha mostrado esta Copa del Mundo, será nada menos que contra la Argentina, el próximo domingo, en el Millennium, por los cuartos de final. Y el pilar, uno de los preferidos del coach -hace 40 partidos en fila que es titular- ya lo comienza a palpitar. “Los Pumas son increíblemente físicos. Tienen un pack muy fuerte y una defensa sólida. Y últimamente los backs empezaron a ser una parte importante de su juego. En definitiva, son un equipo completo y en crecimiento”, piropea el forward de 35 años y más de 50 caps sobre el lomo.
“Tenemos un gran respeto por Argentina. Tiene experiencia jugando mundiales y últimamente siempre clasifica entre los ocho mejores”, elogia.
La historia mundialista se viene empecinando con enfrentar a estas dos selecciones. Todo empezó en 1999, con aquella defensa heroica en los últimos minutos y el recordadísimo try de Diego “Montoncito” Albanese. Después, sólo cuatro años más tarde, se volvieron a encontrar en Australia 2003, aunque ahí festejaron los europeos. La última contienda fue la que se musicalizó con el “Maradooo, Maradooo” a Juan Martín Hernández. Aquel día de los tres drops. Aquel día de los tries de Lucas Borges y Horacio Agulla. Aquel día en el que el Parque de los Príncipes de París se pintó de celeste y blanco. “Todavía me acuerdo de lo de Lens, en el Mundial de 1999. Y también que los vencimos en Australia 2003 y que perdimos en Francia 2007. Qué gran partido jugaron aquella vez. Tenían un gran equipo”, tira Ross, que enfrentó a Los Pumas tres veces en su carrera, pero nunca en una RWC.
-¿Se puede decir que se trata de un clásico?
-Se puede decir que sí; ya nos hemos enfrentado varias veces en Copas del Mundo y siempre fue en partidos definitorios. Así que sí.
El próximo domingo el duelo tendrá una nueva edición. Y otra vez será a matar o morir, como ya nos tienen acostumbrados estos dos seleccionados.