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Puedo ser el MVP de la NBA, dice Damian Lillard de los Trail Blazers

LOS ÁNGELES -- No había mucho ajetreo en el vestidor de Portland Trail Blazers después de su derrota de pretemporada ante Los Angeles Lakers. Poca prensa y ambiente distendido en los momentos previos a la salida del bus del equipo.

En una esquina se encontraba Damian Lillard. Se vestía lentamente mientras hablaba con su compañero, Phil Pressey, tercero en la línea sucesoria de la posición de base. Se reía con él y en ocasiones miraba de reojo a los escasos medios que ocuparon el vestuario. En la distancia corta llama la atención dos cosas de Lillard: los tatuajes que tiene en cada brazo (en el derecho, un 'Lillard Bros' dibujado como el archiconocido logotipo de 'Warner Bros' y en el izquierdo, un verso de la Biblia). También resalta, por encima del reloj de oro, su personalidad sosegada.

Si es verdad que la fe mueve montañas, el jugador de los Trail Blazers está dispuesto a desplazar el Monte Hood donde haga falta. Si es cierto que desear cualquier cosa con todas las fuerzas sirve de algo, Lillard va por buen camino.

"Yo puedo ser un MVP", afirmó con divina seguridad a ESPN Digital con Stephen Curry y Derrick Rose como referencias. "Hace falta mucho trabajo y que el equipo tenga éxitos. Tengo que asegurarme de que haya un sentimiento de urgencia, eso será clave. Si jugamos fuerte y seguimos unidos llegarán los triunfos individuales. Estoy convencido".

Hace poco más de tres meses y medio, el armador firmó una suculenta extensión con el equipo que le 'drafteó' en 2012 y en el que está a punto de comenzar su cuarta temporada. 120 millones de dólares por cinco años suponen una auténtica declaración de intenciones por parte de la franquicia y el jugador. Los unos le prometieron formar un equipo celestial, el otro incidió en su lealtad y compromiso tanto en la prosperidad como en la adversidad.

"La franquicia me confirmó su deseo de crear un equipo contendiente, pero para ello los jugadores tienen que jugar bien. A fin de cuentas, ellos se comprometieron conmigo y yo hice lo mismo desde el día uno. Me encanta vivir en Portland, me gusta la organización y estoy muy motivado porque han traído a gente buena para estar alrededor de mí. Trajeron jugadores talentosos que me harán crecer. Me gusta la dirección que está tomando el equipo", argumentó.

LILLARD ES LA PIEDRA ANGULAR

El californiano de 25 años de edad sabe que está en su mano el tirar del carro de los Blazers. Se siente veterano y cuenta con talento y experiencia de sobra para serlo. El tiempo ha pasado muy rápido para él, desde su año de novato, en el que el equipo no pudo clasificar a los playoffs, hasta la segunda ronda de la temporada 2013-14 y la primera de la pasada.

Quizás uno de sus momentos más memorables hasta la fecha sea aquella serie de primera ronda en 2014 ante Houston Rockets. En el Juego 1, alcanzó 31 puntos, cinco asistencias y una pérdida de balón. Ningún novato había logrado esas cifras en su debut en postemporada.

En el sexto y definitivo partido, Lillard le dio la victoria y el pase a los suyos tras conectar un triple ganador sobre la bocina. Se unió a Michael Jordan, John Stockton y Ralph Sampson como los únicos jugadores de la historia de la NBA en lograr la canasta ganadora que le diera el pase a la siguiente ronda de playoffs a su equipo. Era la primera vez que los Trail Blazers llegaban a las semifinales de conferencia en 14 años.

"Es algo extraño el que haya estado en la liga durante tres años, este es mi cuarto. Con todo lo que he experimentado estando en la duela con jugadores veteranos. Ellos me hicieron ser consciente de cosas que probablemente no hubiera aprendido. Ahora veo las cosas de una manera diferente a lo que lo hace un novato o jugador de segundo año", esgrimió antes de hacer referencia a la importancia de los tres años previos en su desarrollo.

"Ayuda mucho. El estar en un equipo que lo pasó mal durante mi primer año y que llegó en los dos próximos a las más 50 victorias. El haber tenido éxito o no en los playoffs. Nosotros sabemos lo que estamos haciendo en esta organización, sabemos que podemos liderar y mantener los mismos métodos. Queremos enseñar a la gente lo que hacemos. Está siendo divertido el superarnos a nosotros mismos", confesó.

FUGA DE TITULARES

El conjunto de Oregón es el tercer plantel más joven de la NBA y la fuga de cuatro de sus titulares ha obligado a reestructurar el plantel. Lillard se quedó solo cuando llegó la hora de la firma de agentes libres y extensiones. LaMarcus Aldridge optó por San Antonio Spurs; Robin Lopez hizo lo propio con los New York Knicks; el francés, Nicholas Batum se marchó a Charlotte Hornets y Wesley Mathews, a Dallas Mavericks. Hay muchas caras nuevas en Portland, también muchas ganas de agradar.

"Me gusta que jugamos muy fuerte y con unidad. Todo lo que hacemos es en conjunto. Defendemos juntos y cuando las cosas no van tan bien nos ayudamos entre nosotros. Nos estamos encontrando a nosotros mismos, me gusta eso. Tenemos comunicación. Me aseguro de hacerles ver lo que yo visualizo como armador o si ellos ven algo que yo no, también me lo dicen. Se trata de estar en la misma página. Lleva su tiempo pero se trata de entendernos entre nosotros y construir a partir de ahí", apuntó.

Lo que ha mostrado la franquicia durante la pretemporada es juventud, dinamismo, una plantilla con buen estado físico, un ataque fuerte con chispazos espectaculares y buen movimiento del balón. Según algunas casas de apuestas de Las Vegas, hay potencial para que Portland llegue a los playoffs. Sin embargo, eso no es suficiente. El objetivo es superar el muro de la segunda ronda y conseguir que Lillard esté entre los armadores que han logrado un premio al Jugador Más Valioso.

Desde luego, la fe mueve montañas.