El hombre del momento

BUENOS AIRES -- José Antonio González Castillo y María Jesús Síbulo Pavón siempre supieron que su hijo estaba para grandes cosas. Sin embargo, nunca imaginaron que todo iba a pasar tan rápido. Y es que hoy, con tan sólo 18 años, Alexander es uno de los mejores jugadores del fútbol venezolano. Tanto en el Caracas F.C. como en la Selección Sub20 demostró que vive un gran presente, pero también dejó claro que su futuro puede ser aún mejor.

El deporte siempre ha estado ligado a la familia de Alexander González. Su padre y su tío fueron jugadores profesionales de fútbol sala; ambos se destacaron con las Furias de Caracas e incluso representaron a la Selección de Venezuela en diversas oportunidades. El extinto Deportivo Galicia también tuvo el privilegio de ver jugar a José Antonio en cancha de 11 hace un par de años. Pero lo mejor de los González aún estaba por venir.

Alexander nació el 13 de septiembre de 1992 en Caracas, más específicamente en el Hospital Pérez Carreño. Se crió en Catia, como muchos de nuestros mejores jugadores, y comenzó a jugar fútbol en el colegio San José de Calasanz cuando tenía apenas 5 años. Y se puede decir que su carrera inició de golpe, literalmente, pues cuenta que en uno de los primeros partidos su padre le pidió al entrenador que lo dejara jugar en una categoría superior a la suya, casualmente donde estaba Salomón Rondón, y apenas entró recibió un fuerte balonazo en la cara producto de un despeje. "Así fue mi inicio en el fútbol. Nunca lo voy a olvidar", cuenta, entre risas, el 20 del Caracas F.C.

Su formación como futbolista continuó en la parroquia La Pastora, más específicamente en el campo de fútbol de la Universidad Católica Santa Rosa, donde defendió durante 2 años la camiseta de Jachico. La regularidad mostrada por el juvenil llamó la atención de varios entrenadores de Cristo Rey, colegio al que representó dos temporadas como Infantil B.

En el año 2007, Alexander González dio uno de los pasos más importantes de su carrera. Varios entrenadores le habían hecho seguimiento en la Liga César del Vecchio, donde nunca pudo salir campeón pero sí demostró que tenía mucho para dar, y lo invitaron a probarse en el Caracas Fútbol Club. Tras varias semanas de trabajo, el mediocampista recibió la noticia esperada: el equipo más ganador de Venezuela aprobó su desempeño y le pidió que permaneciera en el club para reforzar la cantera y representar a sus categorías inferiores.

Así comenzó todo esto que vive hoy en día "El Catire", como lo llaman sus amigos y conocidos en Ciudad Tablita. En las inferiores del Caracas F.C. se encontró con John Giraldo, actual DT de Tucanes, quien le dio confianza y reforzó su formación profesional fuera de la cancha. Alexander también valora el apoyo de su asistente, Luis Volpe, y recuerda con cariño a un entrenador de su infancia que llamaban "El Sabio". Noel Sanvicente lo llevó a trabajar rápidamente con el primer equipo, le enseñó a jugar como lateral y lo hizo debutar en Primera División. "Son entrenadores que uno como jugador nunca olvida. Siempre cada uno te enseña algo y aporta en tu carrera, así como también los asistentes y preparadores físicos", comenta.

Con su padre José Antonio y Alejandro "El Lobo" Guerra como únicos referentes en la vida, Alexander se ha esmerado en ser una persona completa dentro y fuera de la cancha. Es por eso que, a diferencia de muchos jugadores, el oriundo de Catia nunca abandonó los estudios. Con mucho esfuerzo y dedicación, en 2010 finalizó el bachillerato en el Liceo Caracas. Pero su formación no termina allí, tiene pensado reforzarse con algún curso técnico o licenciatura.