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Objetivo US Open

MIAMI -- Un avión escribe con humo en el cielo un "5-2" gigante, justo sobre la cancha que están jugando Juan Martín del Potro y Robin Soderling en el Sony Ericsson Open. Por un momento parece que sigue el resultado del partido, pero en realidad continúa escribiendo números hasta que entendemos que se refiere a las fechas del Ultra Music Festival, un megaencuentro de música electrónica que concentra en Miami a conocidos del género como David Guetta y The Chemical Brothers.

Del Potro no es fan del 'punchi-punchi' pero sigue un ritmo parecido con los impactos de su raqueta. Con el saque, drive y revés, más la ayuda de los micrófonos de cancha que suben todavía más el volumen, logra una base rítmica que Soderling no quiere escuchar más. Roles invertidos: la solidez de Juan Martín (51º del mundo) derrumba a un Nº 4 del ránking que hoy parece tener el puesto de su rival.

"Cuando jugaba pensaba en algún momento que yo tenía el ranking de él, pero nadie me quita la ilusión de volver algún día a ese puesto, con trabajo, sacrificio, perfil bajo y haciéndole caso a mi entrenador, que es el que sabe", dijo Juan Martín.

Ambos son gigantones de mano dura, pero Del Potro parece ser esos maestros de boxeo que entrenan a un joven impetuoso: soportan los embates y tiran una mano sorpresiva para que el alumno vea cuánto le falta aprender. Los peloteos de transición seguían un patrón: el argentino tenía la pelota cómoda para impactar a la altura de la cintura, mientras que Soderling no podía evitar echarse hacia atrás. El juego recto del sueco no lastimaba a Juan Martín, que le daba un poco de efecto a sus tiros, jugaba profundo y provocaba incomodidad en el rival.

Además, hubo un cambio radical con respecto al Del Potro de los primeros partidos: el saque fue un golpe nocivo. Terminó con 12 aces y apenas nueve puntos perdidos de 45 jugados con su servicio. "Es lo que necesito si quiero vencer a los top ten. Hay que jugar diez puntos todo el partido. Cuando tuve que cerrar también metí buenos saques. Si me siento bien con ese golpe, ayuda mucho".

De golpes hablamos: en un cambio de lado, incapaz de tolerar la frustración, Soderling rompió dos raquetas, la que estaba usando y otra que venía en una bolsa. Eso ocurrió pocos minutos después de que Del Potro cerrara el primer set con un estupendo drive a la carrera, como aquellos que hacía con frecuencia durante 2009.

"Disfruto mucho cuando hago drives como esos y la gente también lo aprecia. Lo tiré en un 40-0 también, no iba a tirar un globito", bromeó. "No estoy jugando bien, no me siento bien, no me muevo bien, no saco bien", se criticó Soderling, quien se encuentra en una mini-crisis después de ganar tres de los cuatro primeros torneos que disputó en el año.

La victoria por 6-3 y 6-2 significó la primera del año para Delpo sobre un top ten (había perdido con los tres que había enfrentado: Andy Roddick, Fernando Verdasco y Rafael Nadal) y la primera desde que venció a Soderling en la semifinal del Masters 2009.

"De a poco voy sintiéndome en condiciones de jugar de igual a igual con los mejores durante varios días seguidos. Quiero ir achicando diferencias con los grandes, que las hay todavía, ojalá que para la segunda parte del año pueda estar más cerca de ellos", comentó.

El pensamiento de largo alcance no se negocia, por más que victorias como las de hoy levanten la moral. "Cuando la gente dice que ya debería ser top ten, no me hago eco. Por ahí en la segunda parte del año voy a estar listo para pelear contra los mejores. Hoy jugué un buen partido y nada más. Porque sea Soderling no me va a cambiar mi cronograma y manera de pensar este año, que es a largo plazo. Apunto a la segunda parte del año y llegar al US Open en las mejores condiciones".

El martes llegará el turno de enfrentar a Mardy Fish y en ese sentido, fue provechoso haber jugado apenas 1 hora y 16 minutos. "El físico me respondió bien, que es lo que más me preocupaba. Fue bueno que el partido no sea a tres sets, porque necesito seguir trabajando sobre la pierna". Habla de la pierna derecha, que hoy también llevó una venda por la sobrecarga muscular.

"Fish será complicado y peligroso. Somos muy amigos, nos conocemos y jugamos juntos en dobles alguna vez. El sabe jugar partidos importantes, le gusta y tiene experiencia". Se enfrentaron hace pocas semanas, en la semifinal de Delray Beach, y el sudamericano ganó por 6-1 y 7-5. El deseo del argentino es tener el mismo apoyo que hasta el momento en Miami. "Me ayudan mucho los fans y se los nota muy eufóricos con mis partidos. Se extrañaba mucho vivir esas situaciones...".