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La realidad sobre la paridad

Una Serie Mundial entre Dodgers y Yankees atraería más interés mundial para MLB. Getty Images/AP Photo

Uno de los conceptos que más preocupa a ligas como MLB, NBA, NFL y NHL es el del balance competitivo. La idea es que en todo inicio de temporada exista una duda sobre quienes se llevarán las divisiones y eventualmente el campeonato.

No hay nada peor para el negocio del deporte profesional que un liga dominada por dos o tres equipos. Es verdad que una Serie Mundial con los Yankees-Dodgers es más atractiva mundialmente, desde un punto de vista eminentemente de mercadeo, que Texas-San Luis. Ahora bien si tenemos que ver Yankees-Dodgers año tras año indudablemente que mermará el interés y se generarán otros problemas.

Ojo, la idea es que exista al menos la duda y no que todos tengan las mismas probabilidades de ganar ya que eso depende de aspectos gerenciales, presupuestos y hasta suerte.

Cuando no existe un balance competitivo los equipos ubicados en mercados más pequeños podrían entrar en crisis económicas y hasta quebrar, algo que al final termina afectando al negocio en general como cualquier virus. Es por ello que las ligas hacen lo posible por balancear fuerzas y ofrecerle una oportunidad justa a todos los participantes pero eso no es una tarea fácil debido a la disparidad de ingresos.

La revista Forbes publicó recientemente su tradicional análisis económico de MLB y la conclusión es que el negocio, en general, está mejor que nunca.

El promedio del valor por equipo, según Forbes, subió a 605 millones y se espera que los contratos de TV regional terminen de generarle ingresos astronómicos a los dueños de algunas divisas en los próximos años. Incluso el panorama parece mejor que esos pronósticos ya que la operación de venta de los Dodgers terminó en más dos mil millones de dólares y no los mil cuatrocientos millones que la afamada revista le había puesto como precio.

El problema es que existen mercados más lucrativos que otros tal como lo indica Forbes y si no se toman medidas entonces se puede consolidar una liga con dos niveles de equipos, los ricos y los pobres.

Esa preocupación tiene tiempo y hay que reconocer que MLB ha venido incorporando en el Acuerdo Laboral (CBA) una serie de protecciones que permiten mantener esa incertidumbre necesaria para preservar la atención del fanático. Las políticas de redistribución de los ingresos (revenue sharing) y el impuesto al balance competitivo son dos ejemplos claves.

El concepto de redistribución de los ingresos es sencillo de entender pero complejo de calcular. El principio es que MLB coloca en un pote todos los ingresos que pueda generar por contratos de alcance nacional e internacional, así como un porcentaje de los acuerdos de televisión regional, y luego los redistribuye entre las novenas dependiendo de algunos factores como récord, mercado, etc.

Las fórmulas y excepciones del revenue sharing merecen un análisis más completo que haremos en otra oportunidad para así enfocarnos sólo en los puntos básicos. Sin embargo considero importante hacer un par de comentarios al respecto.

En el nuevo CBA se excluyen a los 15 equipos ubicados en los mercados más grande como beneficiarios de esa política. De esa manera se evita premiar malas gerencias ya que resultaría irónico que Minnesota termine financiando a los Yankees. Esa nueva excepción es una copia de una política en la NBA.

El otro punto importante del nuevo CBA es que los beneficiarios de la redistribución de los ingresos deben utilizar ese dinero para mejorar su actuación en el terreno ya que anteriormente eso no estaba claro y en algunos casos era hasta mejor seguir perdiendo.

Los Piratas de Pittsburgh tienen 19 temporadas con récord negativo lo que ha mermado la atención de los fanáticos y patrocinantes pero un estudio reciente reveló que año tras año dan ganancias gracias a lo que reciben de la redistribución de los ingresos. De hecho, hay un escenario que indica que de ganar más juegos los bucaneros podrían generar pérdidas importantes al dejar de ser beneficiarios de la política de MLB.

En el 2011, según Forbes, los Piratas recibieron más de 150 millones de dólares por redistribución de los ingresos al mismo tiempo que generaron sólo 57 millones por negocios relacionados con el estadio (entradas, concesiones, etc.). La nómina para el 2012 se ubica en unos 75 millones de dólares.

Los Filis, para comparar, recibieron 135 millones por redistribución de ingresos pero generaron 191 millones por entradas, concesiones, estacionamiento, etc. La nómina para el 2012 es de 180 millones.

A pesar que Filadelfia es un mercado más grande que Pittsburgh hay cosas que no cuadran en la manera como esos equipos han sido manejado en los últimos 15 años y los nuevos controles en la manera como se redistribuirán los ingresos de este año en adelante buscan acortar aún más las distancias y premiar a las buenas gerencias.

La segunda protección establecida en el CBA que quiero resaltar es el impuesto al balance competitivo. Los equipos que superen un limite máximo en sus nóminas que va de 178 millones en el 2012 a 189 en el 2016 deben pagar una multa que, dependiendo de la incidencia, puede llegar hasta un 50% de lo que se pasen.

Esto no es un tope salarial, como el que existe en la NFL, pero evidentemente que tiene un efecto parecido y de eso nos dimos cuenta este invierno con unos Medias Rojas de Boston y Yankees de Nueva York bastante callados por el miedo de seguir pagando esas penalidades.

A todo esto le debemos anexar los nuevos controles y limitaciones en la firma de jugadores internacionales y en el draft de la regla 4 ya que también son medidas que buscan lograr una paridad en la liga.

Al final no importa tanto si Texas o los mismos Dodgers van a aumentar sus ingresos de manera importante por los derechos de TV regional ya que una liga desbalanceada tarde o temprano terminará en serios problemas económicos. A los equipos ubicados en mercados grandes les conviene que sus socios en los mercados pequeños compitan y ganen dinero. Selig lo entendió hace tiempo y con la ayuda de expertos como Andy Zimbalist han tomado las medidas necesarias para consolidar esa liga exitosa que describe la revista Forbes. Claro que nada es perfecto, sino que le pregunten a los fanáticos de Baltimore, Houston o Pittsburgh si tienen dudas acerca de donde terminarán sus equipos.