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La duda está en el aire

Blanka contó que debió ser sometida a dos operaciones AP

"Sin mí sería aburrido". Sí Blanka. Claro que sí. Te adoramos. Te necesitamos. Te queremos ver. "Pero no sé si voy a poder ir". No Blanka, por favor. Mejorate. Hacé el esfuerzo. Sin vos no sería lo mismo. Sin vos sería... aburrido.

La saltadora en alto croata Blanka Vlasic acaba de terminar una conferencia de prensa. Recién nomás anunció que, a causa de las dos operaciones a las que fue sometida por una lesión en la zona del tendón de Aquiles, está en duda para los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

El auditorio se va vaciando, con un pesado silencio sólo interrumpido aquí y allá por murmullos de tono preocupado. Vlasic, seria durante toda la exposición, levantó con su gracia habitual el metro noventa y tres de su cuerpo. Se llevó con ella el halo de brillatez que transportan sus ojos celeste profundo.

El mundo del atletismo quedó como desencantado. Algún optimista se agarra de las palabras de Vlasic para pensar en un pronta recuperación y soñar con verla saltando en Londres esa varilla como sólo ella sabe. Todos, con algo de disimulo, lo escuchan.

"Voy a saber si voy recién cuando llegue el momento de partir hacia Londres, no antes"

-- Blanka Vlasic

Un pesimista ya tilda de imposible que la saltarina llegue a la justa olímpica, que no hay tiempo, que la recuperación, que... A él nadie quiere oirlo.

¿Cómo pensar el estadio olímpico de Londres sin esa preparación súper carismática que enseguida contagia al público pidiendo aplausos, en los momentos previos a comenzar la carrera hacia la varilla?

¿Cómo pensar la competencia de salto en alto sin su clara referente del último lustro?

Porque Vlasic, aparte de sus dotes para llamar la atención de los espectadores, jurados y periodistas, casi que no le dio chances a sus rivales en los últimos años.

Al aire libre o bajo techo, se llevó los títulos mundiales de 2007, 2008, 2009 y 2010, y recién en Daegu 2011, ya con los primeros signos de esa lesión que luego la llevaría al quirófano, cedió y fue segunda de la rusa Anna Chicherova, su más acérrima rival.

En esa ocasión, Chicherova y ella saltaron la misma altura. 2,03 metros. Pero la rusa se quedó con el título por haber alcanzado la marca en menos cantidad de intentos.

Nadie en los últimos tiempos se acercó a la cantidad de victorias de Blanka, llamada así por su padre Josko, un importante decatleta que en 1983, año del nacimiento de su hija, se había consagrado en los Juegos del Mediterráneo de Casablanca.

Enamorado de la ciudad marroquí, quería dejar su homenaje a ese lugar en el documento de su beba. Casablanca era demasiado exótico como nombre, pero Blanka le pareció perfecto.

Volviendo a la carrera de la croata, decíamos que ganó más que nadie. En ese pandemonium de triunfos se dio el gusto de saltar 2.08 metros en su país, el 31 de agosto de 2009, logrando así la segunda mejor marca de la historia, sólo un centímetro debajo del récord mundial que ostenta desde 1987 la búlgara Stefka Kostadinova.

Pero también es cierto que falló en la cita más importante: Los Juegos Olímpicos Beijing 2008. Allí llegó en pleno esplendor, tras su victoria en el mundial bajo techo de Valencia y los múltiples éxitos en la Liga de Oro de la IAAF.

Sin embargo, a la hora de la verdad, saltó 2.05 metros al igual que la belga Tia Hellebaut, pero al no poder superar esa altura, se tuvo que conformar con la medalla de plata, porque Hellebaut fue mejor que ella en cuanto a la cantidad de intentos.

Fue prácticamente su único punto bajo de esos años. Sin embargo, fue tan grande que nadie lo puede olvidar.

Por eso, además de los atributos mencionados, todos en el mundo del atletismo desean verla en acción en los Juegos, porque saben que dejará todo de sí para saldar esa asignatura pendiente.

La dolorosa pregunta es "¿Estará?".

"No quiero ir a Londres y saltar sólo 1.90 o 1.95 metros. Sabemos en qué estoy interesada, pero no voy a arriesgar los próximos diez años de mi carrera, y tampoco quiero vivir con miedo. Ya he estado en los Juegos Olímpicos dos veces, sé lo que ellos significan, pero estar en la villa olímpica atemorizada sobre si clasifico o no a la final podría ser contraproducente. Voy a saber si voy o no voy cuando llegue el momento de partir hacia Londres, no antes", sostuvo Vlasic en la conferencia de prensa.

Sus declaraciones todavía resuenan en la sala de prensa. Es por el silencio que provocaron. Nada las tapa.

Será una larga y molesta espera. Para ella. Para nosotros. Para todos.