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Argentinos por el mundo: Fierro

Carlos Fierro

BUENOS AIRES -- No es extraño ver a argentinos vistiendo la camiseta de otros países. Italia, sin dudas, es el que más compatriotas tuvo y tiene. España, Portugal y Australia, son otros casos. Pero en este Seis Naciones B, o también llamado European Nations Cup, hay una peculiaridad: el 10 de Bélgica, sí, es argentino. Se llama Carlos Fierro y representa al seleccionado belga desde 2006, cuando jugó su primer torneo ante España, Gales A y Francia Amateurs. Su historia, en la Sección de Scrum.

Allá por 2005, este cordobés formado en Jockey Club emprendió viaje a Europa con la cabeza puesta en los estudios, aunque también con el rugby como aliado. Su primer club en Francia fue Perigueux y también pasó por Lille, Grasse y hoy, con 32 años, está en Nice, de Federale 3. No cobra por jugar, ya que su principal fuente de ingreso es su trabajo como consultor de negocios para una empresa de recursos humanos. Esta posibilidad de sumar minutos en ese equipo es lo que le permite permanecer en el seleccionado de Bélgica. Ahora, ¿cómo llegó a eso? Él lo cuenta.

- ¿Cómo fue que empezaste a representar Bélgica?
- El entenador Richard Mclintok me llamó y me preguntó si me interesaba. Esto fue en 2006 y me invitó a ser parte del Cuatro Naciones de aquel momento. Así empecé, ganándolo, je. Fui jugando cada año el Seis Naciones C, siempre con idas y vueltas por los estudios y los compromisos con el club. Él me conoció porque un chico de los Sevens jugaba en Lille con otro argentino, y le comentó que mi madre era belga y que podían convocarme. Además, ¡no hay un 10 en Bélgica! Así que suerte también...

- ¿Qué dicen de que un argentino es el 10 del equipo?
- Soy el único argentino del plantel y la verdad es que es un grupo excelente. Sigo yendo porque me siento en familia. Me adoptaron desde el primer día y eso hace bien cuando se vive lejos de los seres queridos. Como no hay plata de por medio es una cuestión de amistad.

- ¿Cómo es el nivel del seleccionado?
- Es como un equipo chico de ProD2. Se juega muy buen rugby y de a poco se ve con los resultados.

- ¿Vos que sentís por Bélgica?
- Los 30 tipos con los que juego son mi familia adoptiva. Reemplazaron a mis amigos del Jockey cuando llegué. Me siento parte de un grupo increíble. Sin plata ni sponsors ni nada de alto nivel, jugamos bien y estamos lejos de pasar por ridículos. Y eso es gracias a la amistad.

- ¿Cómo es jugar contra jugadores profesionales? Porque Georgia, Rumania y Rusia tienen equipos duros...
- Sí, es durísimo. Gorgodze y compañía, je. Está genial. Sentís que jugás al rugby en serio. Salís golpeado y dolorido pero es hermoso. Jugar en Bruselas es espectacular, con 5000 tipos que realmente no conocen nada de rugby. Hay unos terceros tiempos de antología.

- Este año empataron 21-21 con España, pero perdieron de forma ajustada con Georgia (17-13) y Portugal (18-12), ¿el sueño del Mundial está lejos, no?
- Siendo honesto sí. Pero creemos a full. Los partidos perdidos fueron por nada.

- ¿De acá al futuro crees que Bélgica puede aspirar a estar en un Mundial? ¿Están haciendo algo en la Unión para conseguirlo?
- En la Unión nada. Todo al revés y mal. Todo lo que obtenemos es gracias al entrenador y al excelente grupo de amigos que somos. No tenemos ropa ni plata. Un ejemplo concreto: hay partidos que jugamos con shorts diferentes. Eso hace nuestra fuerza.

- ¿Pensás en la vuelta a Argentina o ya te quedás en Francia?
- Creería más en quedarme. El rugby siempre fue una manera de llegar a este fin. Mi trabajo es apasionante. Amo mi laburo y vivo en la Costa Azul. Mis viejos quieren que vuelva, pero yo les digo que vengan ellos, je.

- ¿Se extraña Argentina?
- ¡Claro! Muchísimo. Hace más de un año que no Voy. Se extraña la familia, los amigos y un buen costillar...