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Messi invita a soñar

AP

BUENOS AIRES -- En la selección argentina reina la calma. No se trata de una postura arrogante, sino la descripción de un escenario muy distinto al de hace cuatro años, en el camino a Sudáfrica.

A un año del Mundial 2014, el conjunto albiceleste tiene prácticamente abrochado su boleto a Brasil, cuando todavía restan cuatro fechas para la finalización de las Eliminatorias Sudamericanas. Atrás quedó esa agónica clasificación en Montevideo. Forman parte del pasado aquellos momentos en los que el equipo nacional aparecía envuelto en polémicos cruces dialécticos, o en los que se ponía en tela de juicio la capacidad de conducción.

Con el "moderado optimismo" que propició Alejandro Sabella, no sólo en sus declaraciones sino también en sus formas, se bajó el nivel de expectativa, se potenció al grupo, desaparecieron los conflictos y se focalizó en lo futbolístico.

Claro que este estado de tranquilidad hubiera sido inviable con la falta de resultados. El líder de Eliminatorias disputó 13 partidos, de los cuales ganó 7, empató 5 y perdió sólo 1, histórico por cierto, 0-1 ante Venezuela en Puerto La Cruz. Logró 29 goles a favor y sólo le anotaron 9.

En la mayoría de los éxitos predomina un nombre propio: Lionel Messi. Ya no se le cuestiona que rinda menos que en Barcelona. Tampoco nadie se anima a endilgarle "falta de identidad" por no cantar el himno. Aunque parezcan lejanas aquellas críticas, no lo son tanto.

Y fue justamente Sabella el que logró lo que sus antecesores no pudieron. Generar el marco para que el mejor jugador del mundo se sienta cómodo. Capitán, figura y goleador. El emblema de la Selección.

HAY QUE ACOMPAÑAR AL MEJOR
Más allá de las críticas despiadadas contra Marcelo Bielsa, el fracaso de Corea-Japón 2002 dejó una enseñanza: lo importante es llegar a punto al mes de competencia. O mejor dicho, a las primeras semanas. Porque quedó demostrado que un mal arranque no te deja contar el final del cuento.

A pesar de la cómoda clasificación y la lógica ilusión de cara a Brasil 2014, la esperanza no es completa. ¿Qué pasa si se resfría Messi?, se preguntan los 40 millones de argentinos, incluido Sabella. La luz de alarma la encendió su reciente lesión en la última parte de la temporada europea.

Por eso la última doble fecha sirvió para probar alternativas. Después de 32 partidos seguidos desde el arranque, Leo comenzó en el banco contra Colombia y Ecuador. De más está decir que no existe un futbolista capaz de reemplazarlo. La "Messidependencia" la sufre Barcelona y obviamente la Selección. Allí radica la importancia de que hoy, a un año del Mundial, exista un equipo que salga casi de memoria y en el que sólo puedan cambiar uno o dos nombres.

No hay demasiadas objeciones con Romero, arquero titular en Sudáfrica 2010. La defensa es el punto más flojo, sin ignorar que existe poco recambio. Un dato: no se pudo mantener el cero en 6 juegos como visitante. Garay y Fernández se consolidan como la dupla central. Zabaleta es número puesto por derecha y Rojo, quizás el más discutido, hoy es el lateral izquierdo.

En Argentina, Mascherano es mediocampista central, puesto que ocupó toda su carrera, salvo en Barcelona. Cerquita suyo juega Gago, el mejor socio de Messi, con el que conforman, según el DT, "el corazón del equipo". De no estar el actual jugador de Vélez, el plan B es Banega, otro ex-Boca.

De la mitad hacia adelante aparecen los cuatro intocables. Di María, con el vértigo y desequilibrio que muestra en Real Madrid, Messi, Kun Agüero, otro que se entiende de maravillas con Leo, e Higuaín, la referencia en el área. Es tal el potencial ofensivo que quedan afuera hombres como Palacio o Lavezzi, por citar algunos.

Lo cierto es que la acumulación de nombres no es garantía de eficacia. Y que todavía falta aceitar el funcionamiento. Lo sabe Sabella. También Messi, un capitán que muestra rebeldía dentro del campo y afuera, demostrando cierto fastidio cuando las cosas no salen, o cuando los sistemas un tanto conservadores (sobre todo en la altura) lo dejan demasiado solo adelante.

Quizás hoy por hoy, España y Alemania estén un paso adelante. Lo que invita a soñar en Argentina es el hambre de gloria del número 1. La gloria que pretende alcanzar, nada menos que en Brasil, justamente dentro de un año.

Ya vamos tachando los días en la pared...