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El placer de verlo a Reveco

Télam

BUENOS AIRES -- Juan Carlos Reveco es una mezcla de la histórica escuela mendocina de boxeo, que privilegiaba la defensa por sobre el ataque, con este boxeo de hoy, en donde hay que tirar muchos golpes y llevar la iniciativa.

Dilecto alumno del ex campeón mundial Pablo Chacón -quien, a su vez, aprendió de tres técnicos enormes como lo fueron Francisco Bermúdez, Amílcar Brusa y el cubano Sarbelio Fuentes-, Reveco, apodado El Cotón, empezó siendo un peleador para convertirse en un boxeador que privilegia el ataque, pero con grandes recursos defensivos.

El sábado, en General Alvear, provincia de Mendoza y ante unas cinco mil personas que asistieron al gimnasio Deportistas Alvearenses, Juan Carlos Reveco sumó otra victoria inapelable. El mexicano Ulises Lara, apodado Ratoncito (12-14-2, 7 KO) no venía, como puede apreciarse, con una gran campaña. Si, ahora, tras este contraste, suma 14 derrotas contra 12 victorias. Llegó apenas como pudo, gracias sin duda a la cooperación de la Asociación Mundial, a meterse 15° en el ranking como para poder enfrentar a Reveco. Sin embargo, como todo mexicano de raza, Lara aportó enjundia, coraje, disposición a la pelea y entrega, pero no le alcanzó.

Ante un rival técnicamente menor y con escasas posibilidades de victoria, al menos en los papeles, El Cotón Reveco, quien ahora suma 31 peleas ganas con 18 KO, y una sola derrota, fue sumando de menor a mayor. Más allá del primer asalto, en donde Lara se mostró ofensivo y con buena puntería para los directos, podría decirse que el resto de la pelea fue para el mendocino de Malargüe. De hecho, en los dos primeros rounds Reveco se encontró con una dificultad ajena al rival, y fue su calzado. Tanto se resbaló que, de urgencia, buscaron otras botitas y se las cambiaron antes de que comenzara la tercera vuelta. Podría decirse, sin ser retóricos, sino realistas, que a partir de ese momento Reveco se afianzó en el ring de verdad y tomó el control del combate, para no perderlo más.

Trabajando alternadamente con su zurda -arma fundamental para él- tanto en jab como en gancho al cuerpo, y alternando con largas y sólidas derechas, Reveco sumó puntos ante un hombre que no se entregó en ningún momento. Y que, en más de una ocasión, llegó muy bien a la cabeza con su largo directo de derecha, ante la tendencia del mendocino de bajar ligeramente su brazo izquierdo. Reveco volvía al ring tras su debut en Japón, en febrero de este año, cuando derrotó al local Masayuki Kuroda.

En el sexto, Reveco asumió totalmente el control y mandó dos veces a la lona a su rival. Daba la sensación de que todo se iba a terminar ahí, que faltaba apenas el empuje final del argentino, dueño de la situación. Pero ni el mexicano cayó por tercera vez ni Reveco logró ese empuje final. Tal vez haya habido una especie de ahogo, que le permitió al mexicano llegar de píe hasta el final del asalto. Párrafo aparte merece el referí panameño Héctor Montes -el árbitro más hablador que hayamos escuchado en años, porque les iba dictando hasta los segundos que faltaban para que terminara los asaltos- quien cometió un gravísimo error. En su primera caída, el mexicano perdió el protector bucal. Más allá de que lo haya hecho a propósito o no, el referí debió parar las acciones para colocárselo nuevamente. Sin embargo, y a pesar de las airadas protestas del desafiante, lo mandó a pelear, hasta que se produjo la segunda caída. Tremendo error, porque en ese breve período el mexicano pudo haber salido muy perjudicado.

Tal vez se haya ahogado Reveco tras ese esfuerzo, puesto que en el séptimo controló las acciones el mexicano quien, a pesar de las heridas y el castigo recibido, en ningún momento bajó los brazos sino que, por el contrario, siguió lanzando golpes. Pero se notaba que todo era cuestión de tiempo.

Cuando arrancó el octavo asalto, Reveco volvió al ritmo anterior, desbordando a su rival con golpes de excelente factura, por lo que no sorprendió a nadie que tras provocarle tres caídas (nocaut automático) Reveco celebrara su victoria, legítima y bien estructurada. Tocado por una derecha larga, Lara cayó por última vez de rodillas, totalmente quebrado anímica y físicamente.

Todo indica que Reveco se presentará pronto, por segunda vez, en Japón. Fue éste su combate por campeonato mundial número 11. A los 29 ya fue campeón mundial minimosca en dos períodos y ya se ha presentado como profesional en Uruguay, México, Francia y Japón. Hace rato veníamos afirmando que en Reveco hay un campeón como para tener muy en cuenta. Por estilo, por profesionalismo, por actitud. Tal vez haber subido de categoría le reste mayor poderío. No es demasiada la brecha, pero está enfrentando a hombres más fuertes que él. Si, se sabe que Lara fue un rival digno, como suele decirse, pero sin mayores luces. Sin embargo, nunca se resignó y jamás bajó los brazos, obligando a Reveco a estar muy atento durante todo el combate.

Es un placer verlo a Reveco y solamente resta esperar que los próximos rivales tengan mayor jerarquía y que pueda mostrar todo lo que tiene que, por ahora, reivindica al boxeo mendocino y al buen boxeo en general.