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Argentina dejó pasar una gran chance

Argentina jugó bien, pero le faltó solidez para cerrar sets que aparecían favorables FIVB

MAR DEL PLATA -- El local Argentina cayó por tres sets a uno (28-26, 25-23, 20-25 y 25-23) en su debut en el Final Six de la Liga Mundial de Voleibol, en un partido que estuvo al alcance de la mano, y pese a mostrar un buen nivel -mucho mejor que el exhibido en la fase regular- dejó escapar parte de sus chances de clasificar a semifinales, ya que para soñar con eso, ahora deberá vencer a Italia, tan o más potencia mundial que el rival de este miércoles.

En un Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata 'lookeado' para la ocasión, con gráficas color azul de la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) y con algo más de la mitad de su capacidad ocupada (nada despreciable para un lluvioso miércoles a la noche), el equipo dirigido por Javier Weber le dio motivos al público para estar prendido, pese a la derrota final.

En el primer parcial, comenzó peleándole punto a punto a los búlgaros, y luego de una ráfaga favorable se fue al segundo tiempo técnico 16-13 arriba. Ahí llegó un momento visagra, en el que un malentendido de la mesa de control obligó a los árbitros a detener el partido por varios minutos.

Eso pareció cortar la inspiración del conjunto albiceleste, que cayó en un pozo y, a causa más de errores propios que de aciertos ajenos, desperdició su ventaja. En un final apasionante, en el que tuvo dos sets balls a favor –uno de ellos con su servicio- y los dejó pasar, y luego salvó dos en contra, el parcial se le escapó como arena entre los dedos.

Le sirvió y mucho a Bulgaria, que no estaba ni iba a estar en el resto del partido en un gran nivel, para aflojarse al menos un poco. El segundo parcial fue reflejo de eso, aunque también fue cerrado. Pese a la paridad, en todo momento dio la sensación de que los europeos manejaban el trámite.

Por esos momentos, era una solitaria vuvuzela la única voz de la resistencia desde las tribunas, cuya intensidad en el aliento había caído en el mismo pozo que el equipo local adentro de la cancha.

Sin embargo, el conjunto de Weber sacó fuerzas de penurias en el tercer set. Con el incansable Rodrigo Quiroga (22 puntos) como abanderado de la levantada, el equipo se hizo fuerte en ataque.

El capitán tuvo el valioso aporte de Iván Castellani, que viniendo desde el banco le aportó cinco puntos en ofensiva. Con ellos dos a la cabeza, el local pudo en este parcial lo que no había podido en los anteriores: Una vez conseguida una buena ventaja, mantenerla.

Fue así que, pese a alguna duda en el final, pudo cerrar un 25-20 imprescindible para seguir con vida en el match.

La tónica pareció continuar en el cuarto parcial, porque el equipo albiceleste siguió concentrado y el público se volvió a meter en el partido.

Por la remontada y, sobre todo, por una picante discusión entre Alexis González y Camillo Placi, el entrenador de Bulgaria. Uno desde adentro de la cancha, otro mirándolo desde el banco. Hubo más gestos que palabras, pero fue suficiente para que la gente tomara de punto al técnico rival, en una dinámica que continúo hasta el final del cotejo.

A eso se sumó que, promediando el parcial, varios jugadores búlgaros se enmarañaron en discusiones con los árbitros sobre fallos polémicos. Argentina aprovechó el momento y se fue arriba en el set, con un 16-14 en el segundo tiempo técnico.

Pero de ahí en más volvió a aparecer esa falta de solidez para concretar en el score de sets lo realizado en el trámite. Un mal que Bulgaria no sufre, y por eso no dejó pasar la oportunidad. Tal vez en esa diferencia de madurez en los momentos claves resida la distancia que aún separa a éste buen equipo argentino de las grandes potencias mundiales.