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Cuellar atropelló al final y ganó

BUENOS AIRES -- A Jesús Cuellar le dicen "El Jinete del nocaut" (apodo que, por otra parte, fue idea de Juan Carlos Brignone) y este viernes, en el Turning Stone de Verona, debió aplicar una vieja ley de las carreras de caballos que indica que, en la recta final, hay que atropellar si hay reservas, para llegar primero a la meta.

El argentino, nacido en José C. Paz, provincia de Buenos Aires, ahora suma 23 victorias con 18 nocauts y una sola derrota, ante el colombiano Oscar Escandón (KOT 7, 2011). Su rival del viernes, el dominicano Claudio Marrero, quedó ahora con 14 peleas ganadas, 11 KO y una derrota. El fallo fue unánime aunque desparejo, ya que si bien un jurado le dio a Cuellar 116-111 y otro 115-112, el restante lo vio ganar, apenas, por un punto, 114-113. Marrero subió como favorito. Y Cuellar, a pesar de que había contado que se cuidaba extremadamente con su alimentación, tuvo que hacer tres intentos antes de dar el límite de la división pluma

Lo importante es ganar, suele decirse, y Cuellar ganó. Y habría que subrayar, ante todo, y como primera línea de comentario, que el argentino -que hacía su primera pelea afuera del país como profesional- puso a lo largo de todo el combate una actitud ganadora, aún en los momentos que pudo pasar algún problema.
Áspero, buscando la pelea y lanzando su izquierda a veces demasiado abierta y cruzada, pero con todo el peso del cuerpo, Cuellar no lo dejó armar a su rival, de boxeo más pulido, pero que careció del empuje del argentino. Hubo, es cierto, momentos en que se cruzaron a cara descubierta, lo cual no era negocio justamente para el argentino, quien se mostraba más seguro y no debía correr semejantes riesgos.

Luego de cuatro meses de concentración en Oxnard, California, entrenando con todo el equipo de Marcos Maidana y a las órdenes de Robert García, Cuellar sabía que estaba ante una oportunidad que no se podía desperdiciar. Dijimos en el comentario previo que había que ver cómo podían reaccionar los boxeadores ante la adversidad y por cierto, Marrero tuvo problemas. Sufrió una cuenta en el sexto asalto, aunque luego anduvo varias veces por el suelo. Es que, atropellado por Cuellar, el dominicano no tuvo espacios para imponer su boxeo largo. Entonces, bailoteando desde afuera y por momentos, casi dando la espalda, le permitió al argentino ser el más áspero y agresivo.

Después de la caída, y allá por el octavo asalto, seguramente sabiendo que la pelea se iba escapando de sus manos, el rincón de Marrero lo mandó a pelear y fue un pasaje netamente favorablemente para el dominicano. Asumió la iniciativa con un ataque sin treguas, pero en el intento, sufrió varios contragolpes del argentino. Por si no lo hemos remarcado, Cuellar se caracteriza por una pegada muy dura y, sin embargo, y más allá de haber pasado algún susto -no sólo la caída del sexto: en el noveno el dominicano deambuló por el ring dando la sensación de que se caía o se iba-, Marrero logró terminar de pie...

Con Mike Tyson en el ring side, debutando como promotor, y con desprolijidad y ambición, Cuellar escuchó el veredicto envuelto en una bandera argentina y rompió en llanto cuando fue decretado vencedor. Tal vez las dudas estuvieron puestas en los jurados, pero, más allá del que solamente le dio un punto (o sea que, si Marrero no hubiera caído, quedando en ese asalto 10-8 abajo... para ese jurado, el dominicano había ganado la pelea) lo cierto es que ganó el más ambicioso, el que puso más enjundia y actitud sobre el ring.

Sí, es cierto, habrá mucho que corregir porque lanzó golpes demasiado abiertos, porque le faltó lanzar manos al cuerpo -justamente una de sus especialidades-, y porque deberá serenarse un poco más, para exponerse menos. Pero todo eso se puede mejorar, y suponemos que la presencia de Robert García fue, y será más todavía en el futuro, un elemento muy positivo para el flamante campeón.

La WBA reconoce como súper campeón al indonesio Chris John (33 años, invicto en 51 peleas con 48 ganadas, 22 por KO y 3 empates) mientras que el campeón regular es Nicholas Walters, de Jamaica: 22 (18)-0-0, 27 años. Por ahora y más allá de pensar en ambos como futuros rivales, Cuellar deberá celebrar su triunfo y pensar en todo lo que tiene que mejorar. El viernes demostró que tiene con qué. Y, en esa imaginaria carrera de caballos, cuando llegó a la recta final, castigó a fondo, atropelló y ganó, sin dejar dudas.