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Primer logro cumplido

SURPRISE -- La última vez que Joakim Soria tuvo la oportunidad de salvar un encuentro en Grandes Ligas fue el 11 de septiembre del 2011, cuando aún vestía el uniforme de los Reales de Kansas City.

De ese momento ya ha pasado poco más de dos años y seis meses. La espera, sin embargo, acabará pronto, pues los Vigilantes de Texas le han dado la oportunidad al mexicano de volver a ser cerrador en Grandes Ligas.

Soria había estado esperando por esta oportunidad desde aquella ocasión, tras la cual tuvo un año alejado del béisbol por una lesión en su codo derecho, que requirió la operación Tommy John.

"Esto representa un éxito más en mi carrera, el volver a estar cerrando juegos", dijo Soria a ESPNdeportes.com. "Es un triunfo en mi carrera el regresar de una lesión, de una operación como la que tuve. Estoy agradecido con Dios por haberme dado la oportunidad de nuevo", agregó.

Los Vigilantes tomaron la decisión de darle el puesto de cerrador a Soria el pasado fin de semana, al ver la consistencia mostrada por él en la pretemporada y al darse cuenta que Neftalí Féliz aún no ha vuelto al tope de sus condiciones.

En el spring training, el mexicano ha trabajado en ocho juegos y en ellos solo ha permitido cinco hits y una carrera, ha ponchado a cinco y no ha dado bases por bolas.

"Es importante siempre regresar al nivel máximo. Siento que ahorita me siento bien y primordialmente mi brazo está en salud, lo demás viene solito. Gracias a Dios que me están dando la oportunidad y estoy listo para ayudar al equipo", dijo Soria.

El año pasado, los Vigilantes le dieron la oportunidad de volver al béisbol luego de la operación que tuvo el 3 de abril del 2012, para reemplazarle el ligamento colateral ulnar en el codo derecho, y en 26 encuentros tuvo una victoria, sin derrota, con 3.80 de efectividad. Además preservó 15 ventajas (holds).

La clave de Soria para regresar al rol en el que se convirtió en uno de los mejores en Grandes Ligas, durante su tiempo en Kansas City, y con el que se ganó sus dos únicas selecciones al Juego de Estrellas, en el 2008 y el 2010, fue mantenerse optimista y no decaer ante la adversidad.

"Confiaba en que por algo pasan las cosas, por algo pasan las pruebas y sabía que simplemente había que tomarlo de la mejor manera y trabajar fuerte para regresar. Le doy gracias a Dios que me lo ha permitido. Simplemente he tratado de disfrutar lo que hago, de estar consciente de que uno tiene que trabajar y tiene que prepararse para venir aquí a dar lo mejor en el terreno de juego. Eso me permitió venir aquí a competir y ser nombrado cerrador", expresó el apagafuegos.

Esa mentalidad, esa filosofía de Soria no cambia ante su nombramiento como cerrador.

"Uno siempre tiene que estar enfocado en ayudar al equipo en lo que uno pueda y en donde lo pongan. Si ellos hubieran decido ponerme en la séptima u octava entrada no hubiera cambiado nada en mi manera de ver las cosas", aseguró.

El mexicano confiesa también mantenerse como el lanzador inteligente que fue en los Reales, en su tiempo como cerrador. En esa época, sin embargo, tenía un poco más de velocidad en sus pitcheos, aunque igual dependía de la ubicación y del movimiento de estos.

"La velocidad no ha cambiado mucho con lo que tenía antes. Pero lo que si siempre he tenido es el comando y uno tiene que buscar la forma de sacar los outs, que es lo primordial. Me siento saludable y me siento listo para poder manejar mis lanzamientos como los quiero", dijo.

Volver a ser el hombre que tenga la responsabilidad de sacar los últimos tres outs de los juegos en los que su equipo vaya ganando hace que la adrenalina corra nuevamente fuerte por su cuerpo.

"Esa adrenalina la siento todo el tiempo, donde sea que me pongan, pero ahora creo que será más", dijo Soria, quien agregó: "Uno siempre tiene que estar con esa adrenalina y con ese deseo de competir, si no es así es mejor dedicarse a otra cosa".