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Rick Adelman en una encrucijada

MINNEAPOLIS -- A medida que se acorta la cuenta regresiva hacia el final de la temporada regular de los Minnesota Timberwolves, una de las carreras en dirección que gozó de mayor éxito en la NBA sin llamar la atención podría estar llegando a su fin junto con ella.

Durante el transcurso del último cuarto de siglo, Rick Adelman ha ganado más de 1.000 partidos, ideado una ofensiva innovadora que ha influido a todos --desde Gregg Popovich hasta Erik Spoelstra--, y desarrollado la reputación de maestro a la hora de explotar los puntos débiles de sus oponentes al tiempo que maximiza el talento de su propio roster.

Pero a medida que su temporada número 23 llega a su fin, lo hace con todos los involucrados insatisfechos: un entrenador que quería competir una vez más en los playoffs, una franquicia con la esperanza de convencer a su jugador estrella de no abandonarla, y una base de fans desgastada por la mediocridad.

El "entrenador perpetuo", como Popovich describe a Adelman, quien siempre ha sido capaz de encontrar respuestas adecuadas para los problemas de básquetbol, se ha visto frustrado como nunca antes por la incapacidad de sacar más de un equipo con talento, pero defectuoso.

"Esa ha sido la parte más difícil, confiar en lo que está por venir. Simplemente ha sido un año muy difícil. No creo haber experimentado (esto) antes".

El contrato de Adelman tiene una opción mutua para la última temporada, es decir, cualquiera de las partes puede optar por rescindir. Adelman cumplirá 68 años en junio y el contrato exige una decisión a más tardar después dos semanas de finalizada la temporada.

Adelman y el presidente de los Wolves, Flip Saunders, han dicho que se sentarán a discutir las cosas cuando la temporada haya finalizado. Adelman ayudó a repuntar un equipo que había ganado apenas 17 juegos la temporada previa a su llegada. Una victoria en el último juego de la campaña este miércoles por la noche contra Utah significaría que los Wolves (40-41) no terminarían con una marca negativa por primera vez desde 2004-05.

Pero esta temporada también comenzó con expectativas de playoffs, y Adelman ha asumido parte de la culpa.

Entre las principales críticas:

  • Usó al alero All-Star Kevin Love durante el tercer cuarto completo toda la campaña, lo que le obligó a descansar durante largos trechos del último segmento, y nunca cambió de estrategia incluso cuando los Wolves dejaron escapar ventajas sistemáticamente en el período final.

    "Ha tenido que arrojar diferentes alineaciones y darnos formas diferentes a fin de sacarnos del pozo", dijo Love, quien tiene un año más en su contrato antes de que se habilite su propia opción de recisión. "Hemos logrado mejorar durante el transcurso de la temporada. ...El entrenador, él no está ahí jugando. Definitivamente es nuestra culpa en el último cuarto".

  • El fuego competitivo que le ayudó a llevar a Portland a dos finales de la NBA, a convertir al penoso conjunto de Sacramento en un semillero de básquetbol, y a conducir a un diezmado equipo de Houston al Juego 7 de las semifinales de la Conferencia Oeste ante los poderosos Lakers no estuvo tan presente.

  • No usó lo suficiente a los jugadores más jóvenes. El novato Gorgui Dieng ha tenido un último mes fantástico, pero apenas había jugado hasta que la lesión de Nikola Pekovic forzó la mano de Adelman en marzo. Shabazz Muhammad también mostró cierta promesa como anotador de reserva, pero rara vez tuvo minutos consistentes detrás del flojo rendimiento del veterano Chase Budinger.

    La última es especialmente difícil de tragar para Adelman. Con 67 años y sin haber ganado un campeonato, Adelman dice que no tiene tiempo para jugar con favoritos.

    "Sólo he estado buscando", dijo Adelman. "Estoy en la industria desde hace mucho tiempo. Entiendo que si el entrenador no gana, no estará ahí mucho tiempo. Quien yo pensaba que podía ganar el partido para nosotros era el jugador al que intentaba usar".

    Las últimas dos semanas de la temporada ofrecen una ventana perfecta hacia la temporada en su conjunto. Victorias en Miami y en casa ante Memphis, San Antonio y Houston. Derrotas en Orlando y Sacramento, un equipo enloquecedoramente inconsistente.

    "Si juegas con verdadero deseo, aceptas las derrotas", dijo Adelman unos días después de una derrota particularmente fea ante los Kings en enero. "Esas cosas pasan. Pero cuando no lo ves, como pasó en el juego ante Sacramento, entonces se hace muy difícil porque estás tratando de encontrar respuestas y no estás seguro de que estén allí".

    Intensamente privado e introvertido, Adelman ha mostrado un lado más suave y cálido durante los últimos dos meses. Palmeó en el trasero cuando salía de la cancha a un jugador que venía con problemas, y mantuvo conversaciones casuales en el Target Center de golf, viajes, familia y temas de los que rara vez había hablado durante las últimas tres temporadas.

    ¿Es una señal de que ya ha tomado una decisión? De ser así, no es como sus jugadores querían verlo partir.

    "Estoy seguro de que ha sido duro para él, lidiar con nosotros zopencos y luego con sus problemas familiares", dijo Kevin Martin, quien ha jugado para Adelman tanto en Minnesota como en Houston.

    "Lo manejó muy bien y estuvo ahí para nosotros en la noche, dirigiéndonos hacia la victoria. Sólo le deseas lo mejor, lo que él sienta que tiene que hacer. Estaremos a su lado".