<
>

Lo bueno, lo malo y lo feo

Feliz centenario, Wrigley Field. No parece que tengas más de... bueno, digamos que 87.

Wrigley abrió sus puertas hace 100 años en esta misma fecha originalmente denominado como Weeghman Park, hogar de los Federales de Chicago de la Liga Federal; y no solo sigue siendo uno de los estadios más queridos del deporte en general, sino que es una joya arquitectónica al igual que el Puente de Golden Gate, el Empire State o el Monumento de Washington.

Sin embargo, esas otras tres estructuras han hospedado la misma cantidad de juegos de la Serie Mundial que Wrigley en toda su existencia.

A pesar de ser adorado, Wrigley es parecido a cualquier celebridad que va envejeciendo: O sea, necesita cirugía plástica inmediata y desesperadamente. Fenway Park estaba en su misma situación hace poco más de 10 años (los dueños anteriores de los Medias Rojas llegaron a amenazar con derrumbarlo) hasta que la gente que está a cargo en Boston actualmente renovó al estadio drásticamente mientras este mantuvo su historia, aspecto y encanto de siempre. Los Cachorros quieren hacer lo mismo por Wrigley con una remodelación que costaría 500 millones de dólares, aunque los vecinos de la zona no están hacienda que ese proceso sea fácil.

¿Cómo se ve Wrigley en su estado actual como estadio de las Grandes Ligas a los 100 años de edad? Echémosle un vistazo a las 10 características más importantes para un parque de las mayores:

1. Arquitectura: Las paredes de ladrillo, las tribunas y los edificios que lo rodean le otorgan un ambiente tan maravilloso como único a Wrigley Field, pero mi parte favorita es el diseño de la rampa y las escaleras que te llevan desde abajo hacia los asientos. Caminar hacia allí arriba y ver como el diamante se presenta ante tus ojos es como manejar por el túnel que desemboca en el Parque Yosemite. Es simplemente hermoso, aun cuando los Cachorros están últimos. Puntaje: 10.

2. Historia: Es verdad, la Serie Mundial no se ha jugado en Wrigley durante casi 70 años ya, y el conjunto local jamás ha salido campeón allí. Sin embargo, solamente Fenway puede estar a la altura de la historia de Wrigley, el único parque que queda en pie y puede decir que vio jugar a Babe Ruth y Jackie Robinson. Donde también lo hicieron Red Grange, Michael Jordan (en un amistoso) y Eddie Vedder, y ni hablar de algunos de los grandes ídolos de los Cachorros (aunque por ahora la gente se tiene que conformar con ver jugar a tipos como Darwin Barney y Justin Ruggiano.) Puntaje: 10.

3. Lugares Emblemáticos: ¿Por donde empezamos? ¿Con la cartelera roja al frente de todo, un emblema tan especial que es mostrado en varias películas y shows de televisión basadas en Chicago, y donde un buen amigo mío le propuso matrimonio a su esposa? ¿Con el marcador verde gigante que despliega a los títulos del equipo? ¿Con la hiedra en las paredes de los jardines? ¿Con los simpatizantes de los Cachorros cabizbajos tras otra temporada con una marca perdedora? Puntaje: 10.

4. Gastronomía: La comida y las bebidas podrán haber mejorado un poco últimamente, pero lo ofrecido en el estadio en ese aspecto sigue dejando que desear y decepciona considerando que Chicago es una ciudad con un montón de restaurantes finos de renombre. Ni siquiera Oprah comería aquí. Comiskey Park (yo siempre lo voy a llamar así) te ofrece mucha mejor comida y bebidas – y si esas opciones de comida en el Sur no dejan babeando a los simpatizantes de los Cachorros, el banderín que despliega el título logrado relativamente recientemente (2005) debería hacerlo. Puntaje: 5.

5. Baños: Sí, es verdad, los baños para hombres no son maravillosos, pero por lo menos son eficientes. Los viejos urinales con forma de canaletas no habrán sido tan higiénicos como le gustaría a la Organización Mundial de la Salud, pero ellos por lo menos le permitían a muchos más simpatizantes hacer sus necesidades tras varias entradas tomando Old Style. Por supuesto que eso no es una opción para las mujeres, quienes necesitan muchos más inodoros. Quedemos en esto: Asegúrate de ir al baño antes de ir a Wrigley. Puntaje: 3.

6. Marcador: Cada estadio, sin importar que tan nuevo sea, debería hacerle un reconocimiento al pasado con un marcador nostálgico operado manualmente como el que existe en Wrigley – y esa torre verde podría llegar a ser la mejor de todas. Ella te lleva en un viaje hacia el pasado de manera tan sublime que uno casi espera ver a los Cachorros ganándole a sus oponentes con regularidad.

Desafortunadamente, todos los estadios, sin importar qué tan viejos sean, necesitan a una pantalla gigante que les muestre repeticiones de las jugadas, videos, estadísticas, fotos de los simpatizantes en Instagram y, sí, hasta carreras virtuales desplegadas en el marcador. Los vecinos que son dueños de los techos que rodean al estadio están quejándose sobre el plan de los Cachorros para agregar una pantalla gigante en el estadio, pero ellos están equivocados.

Su vista del estadio no es tan importante necesariamente como la experiencia en este de las 40,000 personas que pagaron dinero para sentarse dentro de Wrigley en vez de en los techos de afuera.

A mi me encanta el marcador viejo y le doy un 10, pero la falta de una pantalla gigante digital hace que baje el puntaje general. Existe el marcador LED chiquito en el jardín derecho, y un amigo mío dice que cuando tú te sientas en una sección específica (¨bajo la red que evita que el hormigón que cae desde arriba te de una conmoción cerebral¨, según el) tú puedes ver la repetición de una jugada en una pantalla Zenith de 19 pulgadas. Puntaje: 6,50.

7. Asientos: Los asientos en los estadios más anticuados generalmente están más apretados ya que habían sido construidos cuando la gente no consumía 4000 calorías por día (antes de cenar). Eso es particularmente evidente en Wrigley. Algunos lugares se ven obstruidos por postes de soporte estructurales, aunque los Cachorros ponen a esos asientos a la venta de todas formas. Sin embargo, esos postes también le permiten a miles de personas ubicadas bien arriba en las tribunas a estar mucho más cerca del diamante comparado con lo que lo estarían en los estadios más modernos, lo cual es más que suficiente para compensar por los relativamente pocos asientos cuya vista se ve obstruida por los postes. A pesar de los inconvenientes, las tribunas de Wrigley deja a la gente lo suficientemente cerca de la acción como para que ellos puedan oler el sudor de Anthony Rizzo.

Advertencia: Siéntanse libres de atrapar a una pelota que fue foul durante un juego sin ningún significado mientras se escapan de un día en la escuela en abril, pero no te arrimes en busca de una e interfieras con el jardinero izquierdo de los Cachorros durante un juego que podría significar el título de la Liga Nacional. Puntaje: 6.

8. Lugar: Me refiero al lugar que uno tiene para caminar libremente dentro del estadio mientras no pierdes de vista al campo de juego al caminar. Uno puede hacer eso en los estadios más nuevos, pero en Wrigley no solo no puedes hacerlo, sino que uno no puede caminar por las tribunas ubicadas en los jardines a menos que cuentes con una entrada para ingresar a esa sección. Además, los locales ubicados debajo de las tribunas están tan abarrotadas como el vestuario de los Cachorros tras las promociones de septiembre. Puntaje: 3.

9. Alrededores: ¿Así que los Cachorros perdieron otra vez? No te preocupes, tú puedes ahogar tus penas en cualquiera de los varios bares que te recibirán con los brazos abiertos en Wrigleyville. Wrigleyville es un vecindario tan especial e importante que esos malditos Cardenales lo están copiando con su nueva Villa del Parque en las afueras del Estadio Busch. Esta podría ser la única vez que los Cardenales hayan copiado una idea de los Cachorros, y lo hacen por una buena razón. Puntaje: 9.

10. Acceso: La buena noticia para ti es que puedes tomar el tren por la Línea L Roja en la estación Addison y este te deja enfrente del parque. La mala noticia es que sí quieres manejar no hay lugar para estacionar y el tráfico es terrible. Por otro lado, mientras que la Línea L puede ser conveniente, esta también puede llegar a estar tan llena y embotellada que hasta los simpatizantes más fieles de los Cachorros podrían llegar a desear que él o ella estarían enfilados hacia Comiskey (aunque ellos jamás lo vayan a admitir). Puntaje: 5.

Así que quizás no sorprenda que Wrigley tenga puntajes altísimos en categorías importantes en términos históricos pero que sus notas bajen drásticamente cuando se trata de aspectos modernos. La buena noticia es que esas categorías históricas son irremplazables, pero los toques modernos serán agregados cuando los Cachorros terminen de aplicarse la cirugía plástica.

Wrigley es uno de los monumentos de este país a los 100 años de edad. Yo creo que lo seguirá siendo hasta los 200 y, con suerte, habrá alzado al menos un banderín nuevo de campeón de la Serie Mundial para ese entonces.