GLENDALE, Arizona -- Se suponía que Pete Carroll había escapado del futbol americano colegial para refugiarse en la NFL.
Se suponía que el entrenador de los Seattle Seahawks tendría poco éxito en el futbol americano profesional, como ha sucedido con la mayoría de los entrenadores colegiales que se mudan a la NFL.
Pero Carroll este domingo podría convertirse en entrenador bicampeón de la NFL con los Seahawks, como hizo con los Trojans de la Universidad del Sur de California. Incluso, Carroll intenta subir al nivel de legendarios entrenadores si este domingo derrota a los New England Patriots en el Super Bowl XLIX, que se jugará en el estadio University of Phoenix de Glendale, Arizona.
"Estamos ante una oportunidad que quizá nunca se vuelva a presentar", dijo Carroll esta semana. "Esta es una liga muy difícil y llegar aquí cuesta trabajo; repetir es casi imposible. Hemos trabajado bien en este programa directivos, entrenadores y sobre todo jugadores".
Carroll logró el bicampeonato colegial con los Trojans, antes de ser cuestionado sobre sus técnicas de reclutamiento y elegibilidad de algunos jugadores.
En el 2010, dejó a los Trojans y se mudó a Seattle, donde de manera similar a su tiempo colegial, recibió control total de toda la operación. Cuando el gerente general, John Schneider, trae jugadores, Carroll siempre tiene que estar de acuerdo.
"Creo que es la manera que debe ser", dijo. "Trabajo conjunto de oficina, entrenadores, jugadores, personal de campo... de todos".
Cualquier miembro del equipo puede afirmar que una de las claves del éxito de los Seahawks es la honestidad y claridad de su entrenador.
"Cuando te dice azul es porque en realidad cree que es azul", dijo el esquinero Brandon Maxwell. "Te habla de frente. Es un entrenador al que te puedes acercar para cometer y para hablar cuando algo crees que es diferente".
"Te habla de frente por completo", agregó. "Entiende nuestras necesidades personales y profesionales. Es fácil jugar para él y tratar de cumplir como los mejores".
Para Carroll esa honestidad y verdad es importante en todos los niveles. "Se debe entender siempre que hay que mantener el nivel de honestidad lo más alto", dijo. "Eso tampoco significa que siempre tomas las decisiones correctas en tu vida. Todos cometemos errores o malinterpretamos situaciones".
Carroll cree que otro secreto para que lleguen los resultados positivos es dar confianza a su gente.
Este domingo, Carroll intentará ganar su segundo Trofeo Lombardi con un mariscal de campo que fue reclutado en el 2012 en la tercera ronda del draft colegial.
Intentará correr el balón con un corredor que se supone que era problemático en el vestidor, Marshawn Lynch, y del que todos sus compañeros se expresan a la perfección, independiente de su evidente fobia a la prensa.
Los Seahawks ganaron hace un año el Trofeo Lombardi con una defensiva casi par de años antes era casi desconocida y ahora es considerada una de las mejores de la historia.
Esta vez, tiene tres jugadores del perímetro fundamentales golpeados: Richard Sherman (codo izquierdo), Earl Thomas y Kam Chancellor, quien sufrió lesión en rodilla el jueves pasado y se supone que será el principal encargado de cubrir a Rob Grownkoski, el arma más importante del quarterback Tom Brady a la ofensiva.
"Será cuestión de golpearlo todo el tiempo", dijo Sherman. "Con balón y sin balón, hay que pegarle. En jugada de carrera, hay que pegarle; arriba o abajo, hay que pegarle todo el tiempo".
El año pasado, los Seahawks ganaron el primer campeonato de su historia; fue una sorpresiva paliza 43-8 a los Denver Broncos, cuando muy pocos apostaban por ellos. Esta vez es diferente. Muchos creen que los Seahawks pueden convertirse en el primer bicampeón desde que los hicieron los Pats en el 2004.
"Sabemos de qué se trata y a qué venimos", dijo el liniero defensivo Michael Bennett. "La mayoría ya estuvimos aquí y nos gustó".
"Pero eso no significa que será fácil", agregó. "La confianza viene de nuestra preparación y unión. Creemos en nuestro entrenador y él cree en nosotros. Eso es importante".