(Especial para ESPNdeportes.com) -- En los últimos años, se supone que hubo un crecimiento futbolístico en el país mexicano. ¡Pero no nos engañemos! Somos los argentinos los que le dimos esa categoría y eso que casi todos los criollos que partieron hacia el fútbol azteca, son de "medio pelo".
Y hablando de "medio pelo", quiero destacar a Lucho Figueroa, Dieguito Latorre, Luis Islas y hasta el profe Córdoba, quienes también formaron parte de la legión extranjera, hasta que se decidieron por el implante capilar. ¿Vendrá de ahí la frase: "No me pidan que cabecee"?
El Cuchu Cambiasso y La Bruja Verón, ¿también tendrán su futuro en aquellas tierras?
Yo me pregunto: ¿realmente existe el fútbol mexicano? ¿Puede un equipo llamarse Las Aguilas, Las Chivas, Los Tigres? ¿Qué es esto, una liga de fútbol o un jardín zoológico?
Es cierto que hemos exportado varios animales, como el Piojo López -que se me viene a la cabeza-; La Anguila Gutiérrez -todo un pedazo de historia-; El Lagarto Fleita, y una lista interminable de diversos especímenes.
Pero creo que lo más destacado que llegó a esas tierras es el Turco Mohamed...
Un párrafo aparte merece Lavolpe, técnico de la Selección nacional, que no tiene apodo animal, pero es lo único que le falta.
Aunque la verdad, el párrafo lo pueden buscar en otra parte, porque a mí, Lavolpe, me tiene podrido.
Se viene el partido del sábado, y para ser Franco, creo que México no tiene posibilidades. Para ganarnos, primero tendrían que nacionalizar diez argentinos más.
Además con esa hinchada, ¿qué pretenden? ¿Se puede ser jefe de una hinchada, disfrazado de pajarito?
¿Se imaginan al "Rafa" Di Zeo, vestidito de "Pato Donald"? ¿Y al "Loco demente" de Newell's, con el disfraz de "Tweety"? ¿"Los Borrachos del Tablón" serían los "Pollitos en fuga"?
Lo que sí espero es que Franco se tome el día franco, a ver si encima nos emboca.
Pero volvamos al título ¡Que viva Zapata! El Chapa sigue en River. Recuerden que en la primer columna les dije que a mí el partido que más me importa es River-Libertad, así que por mí los mexicanos pueden hacer lo que quieran con su tequila, porque la verdad, nunca levantaron una copa. Ni la van a levantar.