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Cayeron y armaron las valijas

Dirk Nowitzki ataca el aro frente a Panamá AP

HIROSHIMA (EFE) -- Panamá necesitó veinte años para regresar a un Mundial, pero su estancia en el campeonato se limitó a una semana escasa una vez consumada su eliminación a manos de Alemania, que después de perder ante España va a jugarse la segunda plaza del Grupo B contra Angola en la última jornada de la ronda inicial.

El equipo del argentino Guillermo Vecchio tuvo demasiados inconvenientes delante para hacer mejor papel. El primero, por su propia falta de organización administrativa. Los panameños aterrizaron el 18 de agosto en Hiroshima, la única ciudad nipona que conocieron aparte de Tokio, y ésta desde el aeropuerto. O sea, que llegaron a todo un campeonato del mundo en la otra punta del planeta apenas veinticuatro horas antes de su debut ante Angola.

Ese partido marcó el signo del torneo para la selección centroamericana. El devenir de la competición puso de manifiesto que los africanos son una selección más fuerte de lo que muchos esperaban. Pero los panameños no podían permitirse el lujo de perder ese partido si querían tener opciones en un grupo donde también se iban a encontrar con España, Alemania y la luego decepcionante Nueva Zelanda.

Panamá llegó a ese decisivo primer encuentro agotada por las largas horas pasadas dentro de los aviones y adormecida por el desfase horario, sin pegar ojo en toda la noche previa al choque. Los africanos les tumbaron sin mayor problema.

El equipo americano ya no levantó cabeza. Pero el colmo de la desorganización en los despachos fue no darle a Vecchio el tiempo suficiente para trabajar y preparar al equipo. El técnico argentino, cuya capacidad está demostrada con hechos en citas como los Juegos Olímpicos de Atlanta'96 o el Mundial de Toronto'94, sólo pudo dirigir a todo su equipo al completo en los partidos oficiales del Mundial japonés. No tuvo ocasión de disputar ni un solo amistoso antes de venir a una cita en la que Panamá no participaba desde hacía veinte años.

Los jugadores hicieron lo que pudieron. Que no fue mucho. Con los rivales que compartieron pista y la precaria preparación que llevaron sólo pudieron poner el corazón y el deseo. Después de las tres primeras derrotas, de las que puede descontarse la encajada ante España, que partía como gran favorita y es matemáticamente primera de grupo invicta, los panameños acudían a la cita con Alemania a la desesperada, obligados a ganar y sin depender de sí mismos.

Aún así lo intentaron por tierra, mar y aire. Incluso soñaron con obrar el milagro (31-25 m.17). El primer tiempo acabó con los centroamericanos por delante en el marcador (38-37), aunque los alemanes ya daban muestras de haber superado un flojo inicio.

La confirmación llegó de inmediato. El inicio del tercer periodo rompió el partido a través de un parcial de 0-9 (38-48). Los hombres de Bauermann venían de perder por veintiún puntos delante de España la jornada anterior y buscaban imperiosamente la victoria porque Angola les espera en la última jornada de la primera fase dispuesta a discutirles la segunda plaza del Grupo B y los angoleños no son cosa de risa.

SINTESIS DEL PARTIDO:
PANAMA (63) (15+23+7+18): Cota (2), Hicks (9), Douglas (9), Lloreda (2), Garcés (6) -cinco inicial-, Peralta (9), Maximiliano Gómez (6), Daley (9), García (-), Levy (-), Cárdenas (2) y D. Gómez (9).
ALEMANIA (81) (17+20+26+18): Hamann (2), Greene (12), Okulaja (8), Nowitzki (25), Femerling (6) -cinco inicial-, Demirel (5), Schultze (10), Garrett (3), Herber (4), Roller (-), Grunheid (2) y Jagla (4).

ARBITROS: Carrión (ARG), Sudek (SVK) y Joao (MOZ). Sin eliminados.
INCIDENCIAS: encuentro correspondiente a la cuarta jornada del Mundial 2006 disputado en el Hiroshima Green Garden ante unos 6.900 espectadores.