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Ya basta del mito

BRISTOL, Connecticut -- El 25 de octubre marcó el 20 aniversario del famoso Juego 6 de la Serie Mundial de 1986 entre los Medias Rojas y los Mets. Claro, recordado con cariño por los fans del equipo de Nueva York, y como una pesadilla para los seguidores de Boston.

Y por supuesto, el elemento más famoso de aquel partido fue la última jugada, la que definió el encuentro con un error de Bill Buckner en un rodado a primera de Mookie Wilson que permitió que los Mets ganaran el juego en diez entradas y que Nueva York empatara la serie.

Es una historia ya bastante vieja: los Medias Rojas estaban a punto de ganar su primera Serie Mundial en 68 años, hasta el punto de que la pizarra electrónica del Shea Stadium ya tenía el mensaje de felicitaciones a Boston, arriba en la serie 3-2 con dos outs y bases limpias en el cierre de décimo inning del sexto partido, ganando los de Nueva Inglaterra 5-3. Los Mets regresaron en esa misma entrada para ganar el encuentro, y conquistarían el Juego 7 para coronarse campeones de la temporada de 1986.

Lo más doloroso para los fans de Boston es el recuerdo del error de Buckner, y durante 20 años se ha circulado la idea de que el primera base veterano de ese entonces "le costó" la Serie Mundial a los Medias Rojas.

Eso es un mito. Es incorrecto. Es injusto.

LA FATÍDICA DÉCIMA ENTRADA

La Serie Mundial de 1986 había sido todo un espectáculo, con grandes jugadores como Darryl Strawberry, Dwight Gooden, Keith Hernández, Lenny Dykstra y más estelares de los Mets, contra nombres como Roger Clemens, Wade Boggs, Dwight Evans y Jim Rice de los Medias Rojas.

En el Juego 6, Boston tomó la ventaja en la primera parte del décimo inning con jonrón de Dave Henderson y otra serie de imparables ante el relevo de los Mets. Era casi hora de celebrar en la demoninada Red Sox Nation, que comprende prácticamente toda la región de Nueva Inglaterra, con el partido 5-3 a favor de los Medias Rojas.

Un joven relevista de nombre Calvin Schiraldi, que se había convertido en cerrador de los Medias Rojas al final de la campaña, sacó los primeros dos outs del cierre del décimo. Y el tercer bateador de la entrada, Gary Carter, tenía ya dos strikes en su cuenta. Con uno más, se coronaba Boston. Desde ahí empieza la pesadilla de los fans de Boston, y también el mito del error de Bill Buckner.

Recordemos.

Carter dio sencillo. Hombre en primera, dos outs. 5-3 todavía.

Kevin Mitchell dio sencillo. Hombres en primera y tercera. 5-3 todavía. Aún a un out de la gloria.

Ray Knight dio sencillo. Anotó Carter, Mitchell a tercera. 5-4 ahora. Aún a un out de la gloria.

A partir de este momento aumentó de verdad el fiasco para Boston.

El mánager John McNamara decidió sacar a Schiraldi, aun cuando éste había sido su taponero durante septiembre y los playoffs contra los Angelinos. Pero el piloto optó por irse con el veterano de mil batallas Bob Stanley, lanzador de 10 años de experiencia que había brillado tanto como abridor como relevista con Boston en su carrera. ¿Sería él la solución? Así lo pensó McNamara.

Volvamos a la situación. 5-4. Sólo bastaría un out. Al bate Wilson, Knight en primera, Mitchell en tercera.

En el turno de Wilson, lanzamiento de Stanley adentro que le pasó al receptor Rich Gedman y llegó hasta el fondo del terreno. Anotó fácilmente Mitchell. JUEGO EMPATADO 5-5.

Unos pocos minutos antes, Boston estaba preparándose para celebrar. Ahora, aun antes del error de Buckner, EL DAÑO ESTABA HECHO. Los Medias Rojas estaban totalmente desinflados, mientras que los Mets se colmaban de felicidad y el Shea Stadium tenía una nueva energía con estos sucesos tan inesperados después de dos outs y bases limpias.

Aun así, no todo estaba perdido para Boston. Todavía podían salir de esta entrada y seguir en la undécima. Ahí vino la famosa jugada. Con Knight en segunda (había avanzado con el lanzamiento desviado de Stanley), Wilson dio el roletazo hacia Buckner en primera, la bola le pasó por el lado del guante y entre las piernas, Wilson alcanzó la base y Knight anotó desde segunda.

Mets 6-5 Boston, final. Al Juego 7.

¿Ven el mito? Bill Buckner no le costó la serie a los Medias Rojas. Si hace la jugada y saca el out, Boston no se corona. Sólo siguen jugando. Repito, el daño ya estaba hecho.

Quien afirme que Bill Buckner "le costó" el Juego 6, o que "le costó" la Serie Mundial, simple y llanamente no sabe lo que dice. Y es hora de aclarar de una vez por todas esa versión que se ha convertido en una gran injusticia del béisbol.

En la región de Nueva Inglaterra, aquí en Connecticut, sede de ESPN, tenemos siempre la oportunidad de conversar con fans comunes y corrientes de los Medias Rojas. Para ellos, Buckner es la causa de la derrota de Boston ese año. O no recuerdan bien, o no han querido realmente analizar aquella entrada 10, o se han llevado del mito que se ha perpetuado a través de los medios de comunicación, muchos de ellos no dedicados al deporte.

Incluso, en la vida fuera del béisbol y fuera del deporte, cuando alguien comete un error, es común por estos lados escuchar la expresión, "se hizo el Buckner". Y eso está mal, no porque sea cruel, sino porque los hechos no sustentan tal versión.

BATEADOR DE PRIMERA

Bill Buckner jugó 22 años en Grandes Ligas de 1969 a 1990, principalmente con los Dodgers, los Cachorros y los Medias Rojas. Fue tremendo bateador zurdo, y ganó el título de bateo de la Liga Nacional con Chicago en 1980. Terminó con promedio de .289 de por vida, con 2,715 imparables, 1,208 empujadas y 498 dobles.

¿Y saben qué? Fue parte de otra jugada famosa. Si han visto la fílmica del jonrón 715 de Hank Aaron cuando rompió el entonces récord de Babe Ruth, es el mismo Buckner, en el jardín izquierdo, subiendo la verja del Fulton County Stadium de Atlanta tratando de atrapar la bola.

El Bill Buckner que siempre recuerdo es el liniero zurdo en el plato, un out dificilísmo. Y cuando pienso en el Juego 6 de la Serie Mundial de 1986, no pienso tanto en la jugada de Buckner, sino la forma en que los Mets empataron el partido antes.

Para ser justo.

David Venn es editor general de ESPNdeportes.com, con especialidad en béisbol.