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Sin lugar ni puesto

SANTO DOMINGO -- Nadie puede esconder la realidad de que el jardinero dominicano Sammy Sosa ya vio pasar sus mejores años como pelotero.

El tiempo no perdona, a nadie, ni siquiera a un toletero que en sus mejores tiempos pareció ser indetenible.

Sammy Sosa

Sosa


Cómo se gozaron las temporadas de 1998, 1999 y 2000, cuando Sosa libraba la batalla de cuadrangulares con Mark McGwire, entonces con los Cardenales de San Luis.

No por nada es Sosa el único pelotero en la historia de las Grandes Ligas con tres campañas de 60 ó más cuadrangulares.

Sosa llegó a ser tan grande que hasta el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, sacó de su tiempo para entrevistarse con el hombre del momento.

Pero Clinton no fue el único. En ese grupo había hombres de la iglesia, dignatarios asiáticos, caribeños, de todas partes. Todos querían estar cerca de Sammy.

Sin embargo, al final de sus días con los Cachorros de Chicago, y luego de una fuerte campaña de descrédito encabezada por el entonces dirigente Dusty Baker, la popularidad de Sosa fue disminuyendo.

Las cosas cambiaron tan radicalmente que fue cambiado a los Orioles de Baltimore y en Chicago hasta el día de hoy no quieren ni verlo en película. ¡¿Cómo cambian las cosas?!

Y por segunda vez en su carrera (la primera vez fue en el 2006), Sosa se encuentra sin trabajo en las mayores.

Todo esto a pesar de haber conectado 21 cuadrangulares y remolcado 92 carreras en 114 partidos con los débiles Vigilantes de Texas en el 2007.

Ahora Sosa se destapa esta semana de que quiere jugar en el próximo Clásico Mundial e inmediatamente podemos descartar que será como bateador designado, pues ese puesto le corresponde a David Ortiz, de los Medias Rojas de Boston.

Eso quiere decir que Sosa iría a los jardines, ¿verdad? Sí, pero ahora viene una pregunta mucho más difícil para asimilar. ¿Cabe Sosa en los jardines de un equipo de estrellas dominicanas para el Clásico Mundial del 2009?

Vamos por parte.

En el primer Clásico, Sosa no hizo el más mínimo esfuerzo para participar, o al menos así pareció. Hubo grandes ausencias en los jardines, incluyendo a Vladimir Guerrero (quien perdió un familiar en un accidente en esos días) y Manny Ramírez (quien se comportó como Manny y simplemente no fue).

Entonces los jardineros dominicanos para el primer Clásico fueron Moisés Alou (LF), Willy Taveras (CF) y Juan Encarnación (RF).

Tres años más han pasado y Sosa no se está poniendo más joven. Junto a Sosa hay una lista larga de jugadores que podrían acompañarlo en las intenciones de ver acción en los prados.

Nuevamente, Ramírez y Guerrero salen a la cabeza como posibles titulares si desean ver acción en el evento del próximo año. El jardín central lo ocuparían probablemente Taveras o el prospecto de los Mellizos de Minnesota, Carlos Gómez.

Encarnación, lamentablemente, sigue en un lento y tortuoso proceso de recuperarse del pelotazo que recibió en el ojo el año pasado y es poco probable que vuelva a jugar béisbol en cualquier nivel.

Sosa dice que quiere volver a jugar y ponerse el uniforme del equipo dominicano, que todavía no está retirado. ¿Pero hay un espacio para él en el equipo? ¿Aceptaría jugar como sustituto?

Si es en el jardín derecho tendrá la competencia de José Guillén y de Nelson Cruz, además de la de Guerrero.

Si por cosas de la vida está dispuesto a sacrificarse y jugar en el prado izquierdo (y asumiendo que Manny Ramírez salga con otra de las suyas y no juegue) entonces sus rivales para el puesto serían nada más y nada menos que Alfonso Soriano, Wily Mo Peña, entre otros posibles candidatos.

Yo no dudo en lo más mínimo que Sosa merezca estar en un equipo dominicano, mucho menos si hablamos de un Clásico Mundial de Béisbol.

La pregunta es: ¿Cabe en el equipo?

d.soldevila@hoy.com.do