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Son la esperanza

McJoe Arroyo pelea en la división de los 54 kilos. AP

SAN JUAN -- A los 12 años de edad la mayoría de los chicos se entretienen con los juegos de vídeo, el cine o la playa. Para los hermanos McWilliams y McJoe Arroyo, su diversión era un gimnasio de boxeo.

Los gemelos Arroyo son ahora dos de los mejores boxeadores aficionados de Puerto Rico y están entre las mayores esperanzas de medallas de la isla en los Juegos Olímpicos de Beijing.

Se criaron en pueblos costeros como Luquillo y Fajardo, a 45 kilómetros al este de San Juan, donde están algunas de las playas más visitadas en todo el país. Pero en vez del mar, los atrajo el cuadrilátero.

"Cuando empezamos en el boxeo, a los 12 años, fue más bien como un hobbie. No nos veíamos dedicados realmente a esto", recordó McJoe.

"Pero luego de las primeras seis peleas empezamos a darnos cuenta de que ya nos estaba haciendo falta el ring cuando pasaba el tiempo entre peleas. Descansábamos una semana o dos y ya decíamos 'nos hace falta el gimnasio' y entonces nos dimos cuenta de que esto era a lo que nos queríamos dedicar", expresó.

Desde entonces, admiten los hermanos de 22 años, su sueño fue competir en unos juegos olímpicos. Lo curioso es que el sueño se les cumplió al mismo tiempo. "Los dos lo logramos a la vez y no sólo eso, clasificamos en el mismo evento: en el mundial de Chicago del año pasado", agregó McJoe.

Desde temprano en su carrera decidieron que no pelearían en la misma categoría, para evitar combatir entre ellos, por lo que McJoe participa en la división de 54 kilos mientras que McWilliams lo hace en los 51 kilos.

Los éxitos de ambos no se hicieron esperar y desde que comenzó el actual ciclo olímpico se convirtieron en la constante de la selección nacional.

McWilliams rebasó un poco a su hermano en la cantidad de medallas ganadas.

En el 2005 fue medallista de plata en el Campeonato Panamericano de Boxeo, celebrado en Brasil. Un año después logró su primera medalla de oro durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena, derrotando al entonces campeón olímpico de la categoría, el cubano Yan Barthelemy.

La medalla de oro la repitió en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro.

Su éxito motivó al Comité Olímpico de Puerto Rico a seleccionarlo como abanderado de la delegación boricua, convirtiéndose en el tercer boxeador en ser abanderado de una delegación deportiva puertorriqueña.

"Esto me llena más de entusiasmo y el saber que voy a ser parte de la historia me hace sentir contento y complacido. Con haber sido considerado para portar la bandera, para mí era suficiente. Este éxito se lo dedico a mis padres", manifestó McWilliams.

En febrero, una lesión en un pie de McWilliams preocupó a los directivos del Comité Olímpico de Puerto Rico, pero la rápida intervención de doctores y entrenadores logró que el púgil superara ese obstáculo.

"Ya llevo mes y medio entrenando. Hace una semana comencé a integrarme al equipo porque ellos estaban fogueando por Europa. Ya estamos trabajando en conjunto y ahora eso me motiva más porque ya no estoy entrenando solo", sostuvo McWilliams al afirmar que la poca presión que pudo haber sentido ya es parte del pasado.

"Ahora vamos con la mente enfocada en conseguir medallas. Es verdad que el sólo hecho de ir a los juegos es un orgullo y un placer, pero no vamos a pasear. Vamos enfocados a dar el máximo por nuestra patria", afirmó.