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Terminemos con los mitos

LeBron James

(Getty Images)

En el Madison Square Garden, todos los concurrentes sólo piensan en sumar a LeBron James en el 2010

Los dos grandes mitos que circulan en la NBA sostienen que LeBron James necesita estar en New York y que la liga necesita que los Knicks sean buenos.

Aquellos quienes todavía creen que sólo puedes salir adelante en Manhattan deben seguir llamando "clicker" al control remoto. Ya no estamos en la era de Walter Cronkite, cuando recibíamos las noticias de hombres sentados en sus escritorios de Nueva York. Hemos dejado atrás los días del viejo Don Draper, cuando todo lo que creíamos conocer y necesitar era producido en los talleres de Madison Avenue.

LeBron, jugando en la modesta ciudad de Cleveland, ganará más dinero de aprobación este año que las superestrellas Alex Rodríguez y Derek Jeter de los Yankees de Nueva York, combinados. Y juegan para los Yankees. LeBron podría ganar ocho campeonatos con los Knicks y aún no mandarían esta ciudad como lo hacen los Yankees. Ah, y podrías sumarle los 13 millones de dólares de Peyton Manning a los 14 millones de Jeter y A-Rod, y aun no alcanzarías a igualar los 28 millones que habrá de ganar LeBron afuera de la cancha este año.

(De no haber visto avances raciales más importantes este año, podríamos rumiar sobre las implicancias sociológicas de que un jugador de básquetbol afroamericano gane más del doble de dinero extra que un mariscal de campo blanco de la NFL. Sólo digamos que LeBron James debería estar agradecido por Julius Erving, Magic Johnson, Michael Jordan y hasta O.J. Simpson por facilitarle la posibilidad de convertirse en el jugador de equipo mejor pago del deporte estadounidense este año.)

Las únicas dos personas delante de LeBron en la lista "Fortunate 50" 2008 de Sports Illustrated son los golfistas Tiger Woods y Phil Mickelson. Pueden vivir adonde quieran, pero no sienten la necesidad de estar en Nueva York. No les interesa pagar cifras desorbitadas el metro cuadrado por residencias que no tienen ni una brizna de césped. Prefieren estar en Florida y Arizona, adonde están calentitos (y, en el caso de Tiger, evita pagar el impuesto estadual a las ganancias).

Ahora, si James quiere el dinamismo y la pizza crocante de Nueva York, eso es otra cosa. Tal vez sólo quiera jugar 41 partidos al año en Madison Square Garden. Desde la viveza de los aficionados hasta el sistema de sonido, sigue siendo el mejor estadio de la NBA cuando está completo.

Pero terminemos con la noción de que debe ir ahí, de que es el próximo paso en su carrera y que cualquier otro lugar entre allí y Los Ángeles es una pérdida de tiempo para él. Patrick Ewing llegó a New York un año después de que MJ partiera al medio oeste... y no ves nadie con la silueta de Ewing en las zapatillas.

LeBron llegó a la tapa de Sports Illustrated y jugó partidos por ESPN cuando todavía estaba en la preparatoria en Akron. Desde Cleveland, ha salido en la tapa de Fortune, Time y Vogue (tal vez debería haber pensado dos veces antes de aparecer en ésta). Ha presentado "Saturday Night Live".

Ya no necesitas ir a los medios. Los medios vienen a ti, aunque eso implique estacionar un camión satelital frente a tu casa. Sólo pregúntale a Joe el Plomero. En el mundo de YouTube, Flikr y Facebook, cualquiera con una cámara digital y una buena conexión de Internet es los medios. De hecho, el mejor trabajo de LeBron puede encontrarse en la Web, en aquella sublime escena en la cual Smooth LeBron fantasea con Nicole Scherzinger.

Si LeBron va a Nueva York, no va a hacerse más famoso. Los Knicks son un mito inventado, y por algún motivo son considerados como una de las franquicias de elite aunque los Rockets hayan ganado la misma cantidad de campeonatos con 21 años menos de existencia. Los Warriors, Trail Blazers y el Heat han ganado más recientemente que los Knicks. Los Bullets y los Sonics también, sólo que ya no se llaman así.

Cuando de la salud de la liga se trata, los Knicks son como las amígdalas. Es lindo tenerlas, pero puedes vivir sin ellas. En el apogeo de la NBA durante los años '80, las estrellas del programa estaban en L.A. y Boston. Los Knicks eran un entretenimiento secundario, con los esporádicos brotes anotadores de Bernard King o la lotería de Ewing. Lo mejor que pudieron ser a principios de los años '90 fueron interesante villanos a ser vencidos.

¿Qué fue lo que pasó las primeras dos veces que Jordan se retiró, permitiendo que los Knicks tuvieran su momento de fama? Los espectadores se alejaron en hordas. Las bajas de rating más importantes en las Finales de la NBA fueron de un 17.5 para Jordan en 1993 a un 12.2 para los Knicks y los Rockets en 1994, y de un 18.7 para Jordan en 1998 a un 11.3 para los Knicks y los Spurs en 1999.

No importa que los Knicks residan en el mercado televisivo más importante del país. Nueva York sólo es importa a los neoyorquinos. Al resto del país no le importa.

Tal vez LeBron compre la campaña orquestada de Nueva York porque siempre ha vivido en el foco de los medios. La diferencia es que LeBron se lo merece.