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¡Fue Vergara!

BRISTOL -- Jorge Vergara. Fue él. Él levanto el pulgar para Sven-Göran Eriksson. Él bajo el pulgar para Sven-Göran Eriksson y lo que es más: él fue quién llamo --telefónicamente-- a Javier Aguirre.

Fuentes cercanas a ESPN aseguran que Vergara habría tenido contacto la semana pasada --antes del choque México-Costa Rica en el Estadio Azteca-- con Aguirre. Nadie sabe si antes o después de ese enlace se produjo la llamada del presidente de Felipe Calderón, una llamada donde además de preguntar por la salud del ex técnico del Atlético de Madrid, también le habría dicho que en este momento era importante ayudar a México.

El paso que dio Vergara fue fundamental porque aunque él tiene ahora mismo la presidencia de la Comisión de Selecciones Nacionales, al acercarse a Aguirre se metió en un terreno que domina Jesús Martínez, del Pachuca, quien es, sin duda, su contrincante político futbolístico.

Durante la acalorada discusión que tuvo con José Ramón Fernández en Futbol Picante, el dueño del Pachuca repetía insistentemente: "Si tu supieras quién le hablo a Aguirre, si tu supieras José Ramón".

Fue Vergara. El vivo, inteligente hombre de Chivas presenta el final y movió rápidamente sus piezas de ajedrez. Primero, se ocupó de la Comisión de Selecciones Nacionales, echando del mando operativo a Guillermo Cantú, quien era compadre de Decio de María y colocando ahí a uno de sus delfines, Néstor De La Torre.

Vergara, el hombre que consiguió, contrató y respaldó a Eriksson, no apareció públicamente el día de su despedida.

El ultimo tsunami que ha acompañado al futbol mexicano promete generar más cambios en las próximas horas. Los días de Justino Compean y de Decio de María están contados y se dice que Jesús Martínez aceptará, finalmente, el puesto como presidente de la Federación Mexicana. La pregunta es: ¿cómo hará para coordinarse con Néstor De La Torre que a su vez representa a Vergara? ¿Javier Aguirre le rendirá cuentas a él o a Vergara?

El fútbol mexicano es lindo, lindo en intereses, en telarañas políticas, en golpes bajos, en venganzas o en traiciones. ¿O no, señor Vergara?