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El nuevo capo

La FIA deberá afirmar o desechar esta propuesta Getty Images

PARÍS -- El francés Jean Todt fue elegido este viernes como presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) en sustitución de Max Mosley, informó la organización.

El ex patrón de Ferrari se impuso en la votación de la Asamblea General de la FIA al otro candidato, el ex piloto finlandés Ari Vatanen.

El triunfo de Todt, de 63 años, es el de la continuidad al frente de una organización que en los últimos 16 años ha estado presidida por Max Mosley, marcada por la polémica y por el enfrentamiento con las escuderías.

A lo largo de la campaña, Todt prometió reformar la FIA sin revolución, crear un sistema transparente de gobierno de una organización tradicionalmente considerada oscurantista y reducir los costes de las competiciones.

El "pequeño Napoleón" logró convencer a la mayoría de los miembros de la asamblea general gracias a sus dotes de gestor, sobradamente demostradas al frente de la escudería Ferrari, con la que entre 1993 y 2006 consiguió trece Mundiales de Fórmula Uno, seis de pilotos y siete de constructores.

A lo largo de sus 43 años en el mundo del deporte del motor, donde comenzó como copiloto de rallys, Todt se ha forjado una reputación de patrón de escuderías con las que ha logrado un impresionante palmarés.

Quince victorias y dos Mundiales de rallys, dos triunfos en las 24 horas de Le Mans o cuatro éxitos en el Dakar marcaron sus años al frente de la escudería Peugeot, que dirigió entre 1982 y 1993, antes de pasar a Ferrari.

A lo largo de la campaña, Todt se ha comprometido a nombrar un comisario que dirija cada una de las competiciones, para evitar que sea la FIA la encargada de resolver cada litigio.

También prometió crear un comité de disciplina que investigue los posibles escándalos y reforzar el desarrollo local de los deportes a través de los clubes.

En su nueva etapa al frente de la FIA, Todt irá acompañado de tres vicepresidentes anglosajones, que serán el estadounidense Nick Craw, el neozelandés Brian Gibben y el británico Graham Stoker.

Junto a ellos, formarán parte de la directiva de la Federación Internacional de Automovilismo el ecuatoriano Hernán Gallegos Banderas, el mexicano Carlos Slim Domit, el alemán Rudolf Graf von der Schulemburg, el chino Jainchang Yan y el malayo HH Tunku Mudzaffar bin Tunku Mustapha, entre otros.

PERFIL
Jean Todt, elegido este viernes presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), llega al puesto más importante del deporte del motor tras una carrera de 43 años en los que ha pasado por todos los escalones y donde se ha forjado una reputación al frente de la escudería Ferrari.

El "pequeño Napoleón" recoge el testigo del británico Max Mosley 16 años después de que éste hiciera lo propio de otro francés Jean-Marie Balestre, que dirigió la FIA entre 1985 y 1993.

El triunfo de Todt es el de la continuidad al frente de la institución, pues como había asegurado Mosley, el francés era el mejor hombre para ocupar su puesto.

"Reformar la FIA a partir de la continuidad". Ese es el objetivo de este influyente hombre cuya eficacia en la gestión ha quedado sobradamente probada.

Nacido hace 63 años en la localidad de Pierrefort, hijo de un médico judío de pueblo de origen polaco, Todt ha pasado la mayor parte de su vida ligado a los deportes de automóvil, en los que comenzó con tan sólo 20 años, cuando se lanzó a correr rallys con el Mini Cooper de su padre.

Pero pronto descubrió que su talento estaba más dirigido al copilotaje, función que desarrolló hasta 1981.

Ese año logró el Mundial de rallys junto con Guy Frequelin a los mandos de un Talbot, filial de Peugeot que, a partir del año siguiente, le ofreció la dirección del equipo deportivo.

En paralelo, Todt había logrado licenciarse en Economía y Negocios en París.

Al frente de Peugeot, entre 1981 y 1993, el "pequeño Napoleón" conquistó dos Mundiales de rallys: en 1985 con Timo Salonen y al año siguiente con su compatriota Juha Kankkunen.

En cuatro ocasiones ganó el Dakar, tres de ellos con Ari Vatanen (1987, 1989, 1990), su rival en las elecciones a la presidencia de la FIA, y otro con Kankkunen (1988). A ello sumó dos victorias en las 24 horas de Le Mans.

Pero su mayor gloria le llegó cuando en 1993 aterrizó en la escudería Ferrari, que dirigió hasta 2004 y a la que estuvo ligado hasta el año pasado.

A partir de 2000, con la llegada del alemán Michael Schumacher al equipo, Todt encadenó cinco campeonatos consecutivos, algo inédito hasta entonces en la historia de la Fórmula Uno. En 2007 logró uno más con Kimi Raikkonen como piloto.

A ello sumó siete Mundiales de constructores: 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004 y 2007.

Eso le situó como uno de los hombres más influyentes de la Fórmula Uno y, por extensión, del automovilismo.

Apoyado en una nutrida red de contactos, Todt despierta fidelidades y odia las deserciones. La última que ha sufrido la del propio Vatanen, a quien salvó la vida en dos ocasiones y cuya carrera relanzó cuando el finlandés parecía acabado para llevar un volante de competición.