TORONTO -- Tras ceder en la final del Masters 1000 de Toronto, Roger Federer se concentró en lo positivo de su semana en Canadá y vio con buenos ojos lo que le depara la US Open Series: "En general estoy bastante satisfecho con haber llegado a la final en mi primer torneo de regreso en canchas duras. Me voy con buenas sensaciones".
"Tuve algunos partidos complicados que me permitieron ajustar unas cuantas cosas.
Sé en qué necesito trabajar estas próximas semanas, lo cual es positivo. No me siento desorientado", amplió Federer, que en el duelo decisivo cayó a manos de Jo-Wilfried Tsonga por 7-5 y 7-6 (3).
"Me hubiera gustado rendir mejor en la final, pero tal vez el hecho de jugar de día me complicó. Son condiciones más rápidas que en la noche, y todas mis rondas previas habían sido en ese horario. De todos modos no hay excusas. Jo jugó muy sólido y sacó en gran forma todo el partido", redondeó el suizo.
A propósito de Tsonga, Federer agregó: "Espero que pueda mantener este nivel. Ya está de nuevo en el Top 10, pero al no ser parte del Top 8 va a ser interesante ver qué genera en los torneos que vienen. Va a ser una interesante segunda mitad de temporada".
Por último, el ex N°1 del mundo atendió una curiosidad que tiene que ver con su participación en Toronto. ¿Pudo haber sido esta la última? Es que, al rotarse la sede con Montreal, la ciudad volvería a recibir el torneo en 2016, pegado a los Juegos Olímpicos de Río. Y en 2018 Roger tendría ya 37 años...
"Habrá que ver cómo me sienta [en 2016]. Obviamente, los Juegos Olímpicos van a concentrar la atención esas semanas. Pero no es algo que pueda contestar ahora. Dependerá de muchas cosas", matizó el jugador.