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Historias mínimas

Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

TODOS CONTRA KYRGIOS
La semana pasada calificábamos a Nick Kyrgios como un jugador sin grises. Capaz de lo mejor y lo peor. Aunque eso pudiera costarle una final. Pero las reacciones que tuvo en los primeros días de Wimbledon no fueron nada comparado con lo que se vivió después de su partido de octavos...

La secuencia, promediando el segundo set, se viralizó de inmediato: Gasquet al servicio, Kyrgios devolviendo sin esfuerzo una pelota a la red y directamente no oponiendo resistencia en la siguiente. El partido se prolongó hasta un quinto set y un decisivo 8-6 para el francés. Pero la escena se robó el protagonismo.

"¿Qué pasó en ese game? Dio la impresión de que ni te esforzaste", le lanzaron en rueda de prensa. La respuesta, desafiante: "¿Quieres probar devolver el saque de Gasquet? Te presto una raqueta, vamos a ver cuántos puedes retornar". El intercambio siguió y el periodista terminó calificando de "ridícula" la explicación de Kyrgios. Pero era apenas el comienzo del escándalo.

En Australia, la exnadadora Dawn Fraser, dueña de cuatro oros olímpicos, fue fulminante: "Deberían ser un mejor ejemplo para las generaciones jóvenes de nuestro país. Si no les gusta, que se vuelvan al lugar de donde vinieron sus padres. No los necesitamos aquí si van a comportarse de esa manera". Kyrgios tiene padre griego y madre malasia. El plural obecede a que en su crítica incluyó a Bernard Tomic, otro con ascendencia extranjera.

Kyrgios verbalizó su descargo en Twitter, calificó a Fraser como una "racista descarada" y extendió su repudio ante la avalancha de insultos que le habían llegado también vía redes sociales. "¿Tiras una raqueta? Eres un mocoso. ¿Debates las reglas? Irrespetuoso. ¿Te frustras cuando compites? Malcriado. ¿Muestras emoción? Arrogante", ironizó.

En diálogo con la prensa australiana, se mostró sensibilizado por el asunto: "No es fácil despertarse cada día con tantos mensajes negativos. Hay mucho comentario del estilo "No debería representar a Australia. Es una deshonra". Es muy duro ver algo así. Uno es humano. La gente no tiene idea qué pasa en mi vida. Dicen cada cosa. No pido que me idolatren. Pero todos merecemos respeto". Fraser inicialmente reafirmó sus dichos, asegurando que no había nada de racismo en ellos, pero luego enunció una disculpa formal.

EL GREMIO, UNIDO
El revuelo que causó en Australia la actitud de Kyrgios contrastó fuertemente con el respaldo de sus colegas. El abanderado en la defensa fue Roger Federer, un ídolo de la infancia para el nacido en Canberra.

"¿Un game cuánto dura? ¿55 segundos? Si tu rival saca bien, ¿eso califica como entregarse también? Me parece que no deberíamos hurgar demasiado en el asunto. Si lo hubiera hecho en todo un set, bueno, sería otra cosa. Pero Nick luchó todo el resto del partido, dio el máximo por ganar. Y en mi opinión debería haberlo hecho en el quinto", afirmó Federer.

"Un game así hasta puede ser parte de la táctica. Tratar de desconcentrar al rival. Pero tranquilamente puede pasar que uno se sienta frustrado y no tenga ganas de pelear algunos puntos. Sobre todo cuando se es joven. No es nada fácil mantener la mentalidad en cada pelota, en hacer todo una vez y otra vez y otra vez. A algunos chicos los satura, los aburre. Y yo lo entiendo", completó el suizo.

El propio Gasquet salió a combatir las críticas: "Lo que hizo Nick es parte del juego. No es el primero ni el último en tener una reacción así. Le ha pasado a los mejores". Y valoró: "Nick es un chico bárbaro, se lleva bien con todos. En los partidos hasta interactúa con el público. No sé de qué debería quejarme. Conmigo no tuvo ninguna mala actitud durante el partido. Obviamente es un showman, todos lo pueden ver. Pero a mí me parece positivo que haya jugadores así en el circuito. Alguien diferente".

Murray caminó la misma senda: "Lo más importante es ser uno mismo. Creo que la gente no asimila lo difícil que es crecer en el centro de la escena. Lo que significa cargar con expectativas de perfección a los 20 años. Yo le tengo aprecio a Nick. Hemos hablado varias veces fuera de la cancha y es un chico totalmente diferente. Me imagino cómo debe sentirse en estos momentos. Hay que aprender a tomar distancia de lo que dicen los medios".

LAS DISCULPAS DEL CAMPEÓN
Otra imagen que recorrió las redes sociales fue la de Novak Djokovic gritando hacia una alcanzapelotas, en su partido ante Kevin Anderson. En medio de un decisivo quinto set, el serbio se dio vuelta luego de ganar un largo peloteo y bramó "¡Toalla!", con los brazos extendidos y enérgico reclamo.

"¡Djokovic perdió el control e hizo llorar a una chica!", titularon, palabras más, palabras menos, portales de todo tipo y color. En conferencia, el serbio no esquivó la cuestión: "Obviamente no fue nada contra contra ella. Era un momento muy tenso y simplemente me descargué de esa manera. Lamentablemente ella justo estaba cerca de mí y probablemente se haya asustado. Si hice algo mal, voy a disculparme como corresponde".

¿Asunto terminado? Difícil. La conferencia siguió con repreguntas sobre el tema y hasta se reflotó tras el cruce de cuartos con Marin Cilic: "Miren, no quiero seguir hablando sobre el asunto. Y no es por escaparle a lo que pasó. Pude hablar con ella y solucionamos las cosas. Le pedí perdón, me dijo que no había problema y listo. Pero siento que la prensa está queriendo hacer un escándalo de algo que no lo es".

"Yo mismo fui ball boy. Por ellos solo siento respeto y agradecimiento. Siempre trato de charlar con ellos, antes o después del partido. Les obsequio algún souvenir, una toalla, una muñequera. Sé lo que significa para ellos. Son todos chicos, adolescentes, en medio de un escenario gigante, donde sueñan algún día estar compitiendo", redondeó Djokovic.

Lo cierto es que no es la primera vez que el serbio se ve atrapado en un episodio como este. Hace pocos meses, en Miami, le arrebató la toalla de las manos a otro ball boy, mientras protestaba un fallo a la distancia. También ofreció sus disculpas públicas tras el torneo.

"Soy conciente de que a veces demuestro mis emociones de manera negativa. A veces uno se deja llevar y lo expresa como puede. Pero nunca me la agarraría con uno de los chicos. Entiendo que haya dado esa impresión, pero ya aclaré las cosas", insistió en Londres.

GRITOS, ORDEN Y SEXISMO
Victoria Azarenka acaba de quedar fuera de carrera de Wimbledon. Ante Serena Williams. En tres sets. Otra vez. Pero no es la insistencia sobre el domino de la N°1 lo que la altera tras el partido. Es la enésima pregunta sobre los ruidos que las jugadoras verbalizan en el circuito femenino. "¿Notaste que Serena eleva el tono en los grandes puntos?", llegaron a consultarle. Y la bielorrusa se cansó.

"La verdad... estoy tan cansada de este tipo de preguntas. Los varones también hacen esos ruidos, eh. Hace poco practiqué junto a Nadal y él grita más fuerte que yo. ¿Por qué nadie marca eso? ¿No se dan cuenta?", cuestionó.

Y desafió: "Dejen de darle rienda a estas cosas ridículas. Si dos jugadoras hacen ruidos cuando compiten es porque están dejando todo en la cancha. ¿Es un problema nuestro? Pasa en todos los deportes. ¿Por qué no nos concentramos en el juego para comparar? Veamos cuántos varones tienen el promedio de aces de Serena...".

Otra ex-N°1 que criticó el manejo dispar en la cobertura hacia ambos circuitos fue Caroline Wozniacki. Su reproche, sin embargo, tuvo como eje a la propia organización: "Me encantaría jugar en el court central, pero parece que nosotras no tenemos mucha chance. Un partido en la central, uno en Cancha 1 y eso es todo para las mujeres. Creo que nos merecemos otro trato".

"Todos los años es lo mismo", avaló el reclamo Serena Williams. "Hemos logrado muchos avances en otras cuestiones, pero esto es algo por lo que todavía seguimos luchando. Y no creo que sea algo limitado a Wimbledon. Pasa en muchos de los torneos combinados".

En un comunicado, la respuesta oficial de Wimbledon advirtió que "el armado del orden de juego para cada jornada es una operación compleja", detallando los distintos factores intervinientes: "Probablemente sea difícil dejar a todos satisfechos, pero el objetivo principal es la ecuanimidad".

TOLERANCIA CERO
Coco Vandeweghe tuvo un Wimbledon revelador, escalando hasta cuartos de final cuando en 18 participaciones previas en Grand Slams no había superado la tercera ronda. Pero lejos de la satisfacción y el tono complacido, su conferencia tras la derrota con Sharapova recorrió el camino contrario.

"¿Sientes que los nervios te jugaron una mala pasada contra ella? Se te vio dubitativa en algunos games de servicio", le consultaron al pasar. Y fue dinamita: "En absoluto. Su figura no me intimidó para nada. En todo caso, lo que me pasó en esos momentos tuvo que ver con que ella se balanceaba de un lado a otro mientras yo armaba el saque. Y no me pareció una actitud muy leal que digamos".

"Yo trato de ser lo más justa y respetuosa que puedo dentro de la cancha. Pero esta vez sentí que no era recípoco", siguió la estadounidense. Y reveló: "Hablé con la jueza de silla para que interviniera, pero me dijo que ella no lo veía así, que no creía que lo estuviera haciendo durante mi movimiento".

"Después me volví a acercar y le pregunté si tenía algún problema para hablar con Maria, que tranquilamente yo podía hacerlo por ella. No sé realmente si a los umpires se les hace difícil advertir a esta clase de figuras, pero la verdad es que aquí no hizo nada", insistió Vandeweghe.

Y contrastó: "Hace poco en 's-Hertogenbosch me pasó exactamente lo mismo con Tatjana Maria. Hablé con el umpire y ella dejó de hacerlo". ¿La respuesta de Sharapova? Pragmática: "No hice lo que ella sugiere, pero no voy a entrar en esa discusión. Es lo que es".

Dos años atrás, Vandeweghe ya había tenido un duro altercado con Yulia Putintseva, a quien había calificado como la jugadora con "peor comportamiento dentro de una cancha". Ahora puede sumar otro nombre a su lista de rivales no gratas...

EL SALÓN DE LA VERGÜENZA
Título alternativo: todos -también- contra Tomic. Es que la inclusión gratuita en la crítica de Dawn Fraser por el caso Kyrgios no fue el único cortocircuito que atravesó el nacido en Alemania ya extinta su participación en Wimbledon.

Previo al debut del jugador en el ATP de Newport, el "Hall of Fame Championships", la organización australiana difundió una gacetilla con un error insólito: en el listado de partidos se informaba que Tomic iba en efecto a disputar el torneo, pero al mencionar el certamen, en vez de "Fame" (Fama) escribieron "Shame" (vergüenza).

"Pedimos sinceras disculpas, fue un simple error de tipeo. No hubo mala intención", argumentaron desde la Federación. Una curiosidad que hubiera quedado en anécdota, si no fuera porque los Tomic están públicamente enfrentados con Tennis Australia y hace apenas 10 días a Bernard lo suspendieron para participar en la Davis, después de una serie de críticas hacia la organización y la figura de Patrick Rafter.

"Lamentamos que esta confusión haya cobrado tanta difusión y que se debata cómo pudo haber ocurrido un error así", relativizaron las autoridades. Y ofrecieron una justificación bastante particular: "El cronograma de Newport se colocó inmediatamente después de los resultados del torneo de Sharm El Sheikh, en Egipto, donde ganó Astra Sharma. Eso debería proveer alguna explicación".

Quien capitalizó de inmediato el error fue John Tomic, el padre del jugador, quien a través de un comunicado aseguró que contempla demandar a la Federación: "La familia Tomic está profundamente decepcionada con la continua campaña de desprestigio de Tennis Australia hacia Bernard. En Wimbledon nos advirtieron que pagaríamos caro los comentarios que hicimos. Parece que están empezando a cumplir su amenaza. ¿Cuán infantil hay que ser para publicar algo así y después querer excusarse con que no hubo mala intención?".