<
>

Historias mínimas de la Copa Davis

Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

DE LA UNIVERSIDAD, A JUGAR CON NADAL
Mikael Torpegaard tiene 21 años. Es danés, pero vive en Estados Unidos, donde compite para la Universidad de Ohio. Ocasionalmente, aprovecha algunas semanas en la temporada y se prueba en el circuito Future, ganando rodaje para algún día pegar el salto decisivo hacia el profesionalismo. Y desde 2014 tiene otra preparación de lujo: la Copa Davis...

Es que la falta de jugadores en Dinamarca lo ha hecho asumir un rol impensado desde su puñado de partidos por los puntos y un ranking por debajo del puesto 900. Y si bien las experiencias previas ante Chipre y Luxemburgo en las zonas de ascenso habían estado a tono con las condiciones de su equipo, los duros reveses de España en las últimas series (y los requisitos de la ITF para ser parte de Río 2016) generaron un emparejamiento inimaginado: del otro lado de la red, un tal Rafael Nadal...

"El día del sorteo miré la placa, vi que decía Nadal vs. Torpegaard y me quedé: 'No, esto es un sueño. No puedo creer que sea real'. Estoy inmensamente agradecido que me hayan dado esta oportunidad", graficaba el jugador en la previa, según registra el periódico EkstraBladet. Un chico sin experiencia ATP. Sin partidos contra jugadores Top 300. De la nada, a la cancha contra un ganador de 14 Grand Slams. Solo en Copa Davis...

Pero la historia fue más allá de la anécdota. Porque Torpegaard no tenía interés en ser un mero testigo. Él quería ser protagonista: "Voy a salir a jugar el partido confiado en que puedo ganar. Honestamente siento que existe esa chance. Obviamente sé que eso superaría cualquier expectativa. Pero es muy motivante tener todo para ganar y nada para perder". "En juniors me ha ido muy bien contra jugadores zurdos. Mi juego se adapta fácilmente", insistía Torpegaard. El capitán, Kenneth Carlsen, respaldaba su ilusión: "Nosotros conocemos todo de Nadal. Él sabe poco y nada de con qué se encontrará".

Y Torpegaard tuvo un arranque acorde con su ambición: resguardo en el servicio, camino nivelado hasta 4-4 y triple chance de quiebre en el noveno game. Sí, tres pelotas para romper y sacar para set ante Nadal. Acaso un momento para suspender en el tiempo y repreguntarse cada día "qué hubiera pasado si". Lo cierto es que Rafa soportó la presión, fue de menor a mayor y evitó nuevas sorpresas en Odense. Para el danés, sin embargo, la vuelta a la Universidad se da con un plus: posgrado express en ATP.

EL FANTASMA ROGER FEDERER
Sin los extremos que conectaron a Torpegaard y Nadal en Odense, Jesse Huta Galung también vivió un fin de semana especial en Suiza. A los 29 años, el ex Top 100, hoy sumergido fuera del Top 400, compartió cancha por primera vez en su carrera con Roger Federer. Y graficó: "Ahora sé por qué todos dicen que es el mejor".

"Federer hace que siempre te sientas bajo presión. Sube a la red, ataca desde todos lados, hace lo que quiere con el servicio. La mayoría de los jugadores son previsibles, pero de él no sabes qué esperar. Eso es lo que lo hace tan bueno. Sencillamente juega a otra velocidad. Te descuidas un segundo y lo tienes definiendo en la red... es un fantasma".

Roger sonrió con la comparación: "No sé si será bueno o malo ser un fantasma, pero lo tomo como un elogio". De todas formas, Holanda pudo tumbarlo en el dobles, con Thiemo de Bakker y Matwe Middelkoop, que nunca antes habían jugado juntos. Y el propio De Bakker tuvo contra las cuerdas a Stan Wawrinka en el primer día de acción... ¿Balance positivo? No tanto para el capitán de la visita...

"Cuando el rival es superior, lo menos que se puede hacer es luchar. Dar todo lo que uno tiene. Y en eso fuimos exitosos. Pero no me voy contento. Thiemo estuvo 2-1 en sets el primer día. No digo que debería haber ganado, pero tuvo sus oportunidades. Y al fin y al cabo nosotros no venimos aquí de vacaciones", expuso con crudeza Jan Siemerink.

Del lado suizo, satisfacción por la permanencia y un pleno de incertidumbres hacia 2016. El propio Federer fue claro: "El año que viene es un año olímpico y habrá que establecer prioridades. No se puede jugar todo. Además, la Davis ya la ganamos y fue increíble. Pero mi plan nunca fue ganarla dos veces...".

EN LAS MALAS Y EN LAS BUENAS
Cinco años atrás, Leon Smith comenzaba su camino como capitán de Gran Bretaña en una instancia límite: repechaje para no caer al Grupo III de la Copa Davis, la última división del certamen en la zona europea, donde hoy por ejemplo compiten equipos como Macedonia, Malta o San Marino. Fue debut y alivio: 5-0 sobre Turquía y a barajar de nuevo en 2011.

En su segunda temporada, contó con un bálsamo inobjetable: la presencia de Andy Murray. Con su figura en cancha, Gran Bretaña se paseó por el Grupo II, quedando a tiro de la máxima categoría. Pero el escocés parecía solo cumplir los requisitos para estar en Londres 2012. Concluida su última serie en 2011, pasaron dos años sin que volviera a ser parte del equipo. "No veía el sentido de que estuviéramos en el Grupo Mundial, porque no estábamos listo para ello. Quería que los jóvenes dieran un paso adelante, tomaran experiencia", argumentaría tiempo después.

En ese período sin Murray, el que tomó la posta fue un muchacho de Birmingham, por entonces apenas pasados los 20 años y con un ranking que nunca había superado el 250°: Dan Evans, su nombre. Y dos enormes victorias contra Eslovquia (Lucas Lacko y Martin Klizan), sus cartas de presentación para sostener al equipo en el Grupo I. Pero el gran golpe llegó en 2013: tras llevar a cinco sets a Dmitry Tursunov en el primer punto de la serie ante Rusia, Evans ganó en sets corridos el quinto punto que le dio a Gran Bretaña el boleto para disputar los playoffs del Grupo Mundial. Y todo sin Murray.

Andy volvió en ese repechaje ante Croacia, donde Evans fue el single N°2, días después de tumbar a Kei Nishikori y Bernard Tomic en el US Open. Gran Bretaña logró el ascenso, Murray reasumió su rol de líder y el resto de la historia es conocida. Pero desde aquel septiembre de 2013, Evans dejó de ser parte de las convocatorias...

"Dan tiene sobrado talento. Pero uno desea verlo al máximo nivel todas las semanas. No que rinda bien una y después desaparezca del mapa por algunos meses", lo incentivaba públicamente Murray el año pasado. Evans seguía repleto de altibajos (hasta hoy, nunca llegó al Top 100) y Smith se inclinaba por James Ward. Para colmo, desde Eslovenia aparecía una nueva competencia y Evans explotaba: "James y yo hemos hecho un trabajo más que decente cubriendo a Andy. Este muchacho ni habla inglés".

Buscado o no, lo cierto es que en la previa de esta semifinal ante Australia, Evans tuvo un recorrido impecable entre Challengers y Futures, con 15 victorias en 17 partidos y un salto de casi 200 puestos en un mes, después de unas 10 semanas de parate por lesión. Y el rival le jugaba un guiño: como opción para los singles de viernes, en Australia emergía justamente Tomic, dos años después de aquel US Open. Así, la historia, con regularidad, tuvo premio. Evans entró a último momento en lugar de Kyle Edmund y volvió a integrar el equipo en la eliminatoria más importante de los últimos 35 años. Y aunque esta vez no pudo repetir el golpe (cayó en cuatro ajustados sets) y la serie llevó la firma de los Murray, él también puede contar su parte en el camino a la final.

0-6 PARA "LA MEJOR PAREJA DEL MUNDO"
En la previa, en el dobles entre Brasil y Croacia la curiosidad era el enfrentamiento entre Marcelo Melo e Ivan Dodig, habituales compañeros en el circuito ATP, que hoy los tiene como la tercera mejor pareja de la temporada y vigentes campeones de Roland Garros.

"Va a ser raro", concedía el brasileño, con récord de 9-1 en Copa Davis jugando con Bruno Soares e invictos en casa. Dodig lideraba una apuesta croata con Franko Skugor a su lado, singlista sin pasado Top 100 entrados ya los 28 años, y con derrota en su único antecedente por los puntos en la Davis. Poco importó.

En solo 27 minutos, la pareja local se chocó con una pared impensada: 0-6, la dura placa de arranque. Y la tarde terminó con otra sorpresa: derrota en cuatro parciales y ventaja para Croacia rumbo al domingo. "Arrancamos mal, pensando demasiado en qué iban a plantear ellos. A Skugor no lo conocíamos mucho. Todo ese primer set fue una cosa atípica, realmente", describió Soares.

Joao Zwetsch, capitán brasileño, fue más gráfico: "Marcelo y Bruno son una dupla tan ganadora que vivir esto es una sensación extraña. Para mí son la mejor pareja de Copa Davis del mundo. Pero el tenis es un deporte complicado y las cosas a veces no son tan simples como parecen", afirmó según rescata el portal de TenisBrasil.

Y en el cierre de la eliminatoria, otra particularidad: Thomaz Bellucci caía 2-1 en sets, 4-0 en el cuarto, pero se retiró aduciendo una lesión en la espalda. "Fue mi decisión que dejara la cancha. Él no quería salir", lo defendió Zwetsch post partido.

Del otro lado, puño apretado para Borna Coric, que sacó adelante sus dos puntos de singles en un ambiente hostil, intercambiando algunos gestos con el público en el último punto. "Me molestaron algunos gritos y reaccioné. Nada raro, tampoco", enmarcó el jugador. Su capitán lo tomó como una prueba más de su evolución: "Borna está creciendo muy rápido. Esto muestra que está listo para hacerle frente a cualquier escenario".