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Historias mínimas

Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

LA LEYENDA Y LOS REBELDES
Todavía no tiene ninguno a nivel ATP, pero si de títulos en los diarios se trata, Nick Kyrgios pelea bien arriba. Después del episodio con Stan Wawrinka en Montreal y la pena en suspenso de la ATP, el australiano volvió a ser noticia extradeportiva esta semana, ante nuevas advertencias por su comportamiento en Shanghai.

La enésima indisciplina de Kyrgios despertó una contundente reflexión por parte de Rod Laver, ícono del tenis australiano y dos veces ganador del Grand Slam: "Es como si todo el tiempo quisiera alardear de sus condiciones y su temperamento. Debe entender que con eso no se ganan los partidos".

"Me parece que le terminó costando caro haberle ganado a Nadal en Wimbledon, porque desde ahí lo empezaron a mirar con otros ojos y él sintió que siempre debía dar show. Lo cierto es que hacen falta muchas cosas distintas para ganar un partido. No pegar de cualquier lado como si se quisiera quemar la pelota. Nick tiene una enorme derecha y un excelente servicio, pero en este sentido se sigue mostrando vulnerable. Tiene mucho que aprender", enfatizó.

Y remató: "En el último US Open podría hasta haber ganado el torneo. Pero le toca debutar contra Murray y se pone a volear entre las piernas... Tal vez es aburrido para él estar en cancha y no hacer esos golpes, pero así no va a ser nunca un campeón. Y tiene las condiciones para serlo. Es una lástima".

Bien distinto fue el tono de Thanasi Kokkinakis, el otro actor involucrado en el escándalo de Canadá: "Nick no va a cambiar su manera de ser de un día para el otro, pero igual creo que de a poco está tratando de bajar un poco el tono. Como sea, al público le encanta verlo jugar. Y si grita o rompe raquetas eso es parte de su atractivo, con lo cual yo no veo que sea perjudicial para el circuito. Más bien todo lo contrario".

VUELTA A LAS CANCHAS... DE CRICKET
Carrera particular la de Ashleigh Barty: temprana inserción en el circuito WTA, 129ª del mundo con apenas 16 años y retiro a los 18, luego del US Open 2014. "Saturación", que le llaman, pero que parecía indicar un pequeño descanso.

Nada de eso. Pasó más de un año y la australiana sigue sin jugar. Es más: la campeona de Wimbledon Junior 2011 cambió la raqueta por el bate de cricket. "Es difícil competir en soledad, por eso el deporte de equipo es tan atractivo", se entusiasma Ashleigh, a la hora de hablar de su nueva vida.

Atraída por las buenas relaciones que se entretejen en el seleccionado femenino de su país, ingresó al Queensland Cricket, donde ya sumó anotaciones y elogios de su entrenador, que le ve futuro de nivel internacional: "Su habilidad, desde la primera vez que tomó un bate, es excepcional; de hecho, no perdió ni una bola en su primer entrenamiento".

Pero está claro que lo que gana en felicidad, lo pierde en lo económico: los 10 mil dólares anuales que podría recaudar como jugadora de liga nacional contrastan bastante con los 600 mil que embolsó en 2013, su último año completo como jugadora WTA.

"Todavía estoy muy conectada al tenis y todo lo que tiene para ofrecer. Ha sido una parte de mí desde que tenía cuatro años de edad y nunca me va a dejar". ¿Regresa al circuito? "Voy a ver cuando tenga 20".

UNA IMAGEN QUE QUEDA EN FAMILIA
En un año bárbaro, considerado por él mismo como el mejor de su carrera, Novak Djokovic también debe "luchar" con otro frente: cuidar la imagen de su bebé. Con nueve títulos, tres Grand Slam, récord de puntos en el ranking y 13 finales seguidas, el N°1 del mundo es la gran figura del circuito ATP. Pero sabe que, cuando sale de la cancha, tiene algo muy importante para disfrutar: con su esposa Jelena gozan con cada paso del crecimiento del pequeño Stefan, quien esta semana cumple un año.

En Shanghai, el serbio fue consultado del motivo por el que nadie conoce la cara de su hijo. "De a poco comenzamos mostrando fotos, pero no la cara por su propio bien, por su protección. Todo el mundo es diferente. Obviamente, nuestro punto de vista es que no queremos que él sea expuesto en esta etapa de su vida. Es sólo un bebé. También somos conscientes de que está muy cerca de empezar a caminar, va a perseguir la pelota, que ya lo está haciendo, y ya con el tiempo llegará a las canchas de tenis. De a poco él vendrá a mis partidos y la gente obviamente lo verá", explicó.

Y resumió su pensamiento y el de su mujer: "Por eso no hacemos fotos con su rostro, porque queremos protegerlo. Es así". Djokovic sabe que tiene millones de seguidores en el mundo, pero se trata de una decisión familiar y le gustaría que la gente lo entienda. Y él explica cómo se mueve cuando no está jugando o entrenando. "Cuando me convertí en padre, debí dejar cosas de lado. Cuando entro en casa, no se trata de mí ni de mi carrera, pienso en mi esposa y mi hijo. Creo que ese es el mayor ajuste que un atleta o persona de éxito tiene que hacer. Tienes que luchar con tu ego y dejarlo a un lado", contó.

Para el serbio, su éxito se apoya sin dudas en el cariño y tranquilidad que le brinda su entorno. "Por suerte tengo gran apoyo de mi esposa y los que están conmigo. Por eso puedo seguir jugando al tenis en este nivel. Todos ellos disfrutan de esta vida", destacó el auténtico número uno, quien fue aprendiendo a conjugar su profesión con el crecimiento de un hijo, como ya lo vivieron otros colegas.

DE LOS COURTS A LOS FLASHES
Ya sin el uso de la raqueta, el principal talento de Gastón Gaudio sigue pasando por sus manos. Su vocación, desde hace unos años, pasó a ser una expresión más artística, aún más que ese exquisito revés que lo llevó a coronarse en Roland Garros 2004. Ahora su presente, más allá de algunas intervenciones en programas de TV y radio, lo tiene cerca de la fotografía.

Hace poco más de tres años expuso en Buenos Aires su primera producción de un fanatismo que incluso lo llevó a tener un laboratorio de copiado en su casa. "Con la fotografía empecé retratando a los homeless y después se volvió parte de mí", explicaba Gaudio en una entrevista con La Nación en 2014, en la que marcaba que le hubiese gustado haber vivido los '70 por Andy Warhol, Lou Reed y los Rolling Stones, entre otros.

Esta semana, el "Gato" dio un paso más en esta faceta de su vida y se sumó al grupo de trabajo de una tira televisiva que se verá a la brevedad por el canal estatal de la Argentina. Gaudio se calzó la cámara y disparó en la ex-cárcel de Caseros para las fotos promocionales de la serie. A cuatro años de su retiro, un nuevo tiro ganador del campeón de París.

UN DILEMA CONOCIDO
En su corta estancia en Shanghai, Roger Federer fue abordado sobre un tema que él conoce muy bien. De hecho, lo que Andy Murray puede llegar a vivir el mes próximo, ya lo vivió el suizo en 2014. Si el escocés juega las Finales ATP, tema que aún no resolvió, deberá cambiar rápidamente de superficie y pasar de una dura al clay para ser visitante la semana siguiente en la final de la Copa Davis, en Bélgica. Hace 11 meses, Roger fue finalista en Londres, donde una lesión lo privó de jugar justo la definición, y luego empezó mal la cita en Francia para revertirlo con un triunfo en dobles y otro en singles para darle a Suiza su primera ensaladera de plata.

Esa encrucijada hoy transita la mente de Murray, que siente el compromiso de jugar en la capital inglesa, pero que a la vez sabe -y no duda en afirmar en cada intervención pública- que el gran objetivo es darle a Gran Bretaña su primera Copa Davis desde 1936. "Es un buen dilema -se adentró Federer en el tema-. Yo fui practicando en arcilla después de Shanghai, hasta unos días antes de ir a Basilea. Luego jugué el programa que tenía pensado y tuve mala suerte sobre el final de Londres, como todos saben. Fueron días extraños, porque muy rápido me fui a Lille".

"La verdad es que sólo Andy sabe qué quiere hacer. Para el resto, es tema de debate. Él tiene que establecer las prioridades de qué es lo más importante para él en este momento. Y pensemos que Londres le queda bien, pero es su decisión. Para mí, por suerte, todo salió bien al final. Pensé que podía jugar tanto y me fue bien. Pero acá decide cada uno", agregó el suizo.

LOS LÍMITES DEL "HUMOR"
Después del título en Beijing, en España llovieron los elogios para Garbiñe Muguruza, ya con boleto a Singapur y en el Top 4 de la WTA. Pero entre la euforia hecha palabra, hubo extremos que se dejaron en el camino. Y no precisamente en referencia a la campeona...

"Garbiñe frente a la guardiana con rimmel", tituló una periodista del diario El Mundo su comentario sobre la final ante Timea Bacsinszky, a quien le asignó “un tenis rudo pero efectivo”, excusa formal para abrirse paso a una comparación, cuanto menos, innecesaria.

"El tenis de Bacsinszky es tan brutal que no sería difícil imaginarla -quizás también por su físico de matrona aria- como una Irma Grese, guardiana en los campos de Auschwitz y Bergen-Belsen, célebre por latigar a los prisioneros hasta la muerte", se lee luego en la nota, mientras se opone a Muguruza como "una gacela de piernas envidiables".

La insólita comparación con la criminal nazi cumplió su efecto provocador. Con creces: los diarios suizos le dedicaron varios artículos de repudio y la cuenta de Twitter de la periodista se llenó de mensajes de reprobación.

"Querida Timea, te pido disculpas por la comparación en mi artículo. Fue en un contexto humorístico, pero no fue algo apropiado. No volverá a ocurrir", atinó a responder la autora de la nota ante tanto rechazo. Poco después, el diario despublicó el texto. El daño ya estaba hecho.