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Historias mínimas

BUENOS AIRES -- Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

¿Rafael Nadal, de origen judío?
Sabida es la historia del pueblo judío. Migraciones a lo largo de casi todo el mundo y expulsiones de relevancia histórica, que dejaron distintas justificaciones según quién cuente la historia. Una de las emigraciones más conocidas fue la que vivieron en España. En 1492 los reyes católicos Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla encabezaron la expulsión del pueblo de todos los judíos que no iniciasen su conversión al cristianismo.

En lo estrictamente tenístico, por qué no recordar la pareja formada por Jonathan Erlich y Andy Ram. El primero nacido en Buenos Aires, el último en Montevideo, pero ambos se destacaron como doblistas representando a Israel. Ganaron 15 títulos, incluido Australia 2008 y tres Masters 1000.

Y, en estos tiempos, surgió una investigación sobre Rafael Nadal. Cuenta Simcha Jacobovici, cineasta y periodista canadiense-israelí, que el máximo ganador en la historia de Roland Garros, descendería de judíos mallorquines forzados a convertirse al cristianismo. En el Siglo XV, los judíos convertidos de Mallorca eran conocidos como "Chuetas" y no eran aceptados por el resto de la sociedad. "¿Es el mallorquín un Chueta? Probablemente. Su nombre es Rafael Nadal Parera. Y 'Parera' era un apellido común de 'converso'. Significa 'peral'. Es el tipo de apellido neutro que los recientemente bautizados judíos adoptaron en el siglo XV", indicó Jacobovici en el diario "Times of Israel".

Pero Jacobovici, según consigna AFP, fue más allá y afirmó que en "los archivos de la Inquisición española se habla de por lo menos tres conversos con el apellido Nadal que fueron juzgados por herejes al final del siglo XV y que alguien llamado justamente Rafael Nadal fue juzgado por herejía a fines del siglo XVII", concluyó. De esta manera, no solo afirma que su apellido es de origen judío, sino que, además, Sebastían Nadal y Ana María Parera se habrían casado sabiendo la historia de sus antepasados. Un misterio.

"Eso no es cierto", dijo un sorprendido Nadal, en conferencia de prensa posterior al partido que ganó ante el brasileño Rogerio Dutra Silva por la segunda ronda del Abierto de los Estados Unidos. "No importa si lo soy o no, pero no es el caso. No lo soy", agregó el español sin dejar de sonreír. La investigación ya inició. Quien sea curioso, tiempo de seguir indagando sobre la familia Nadal.

Martina, mi espejo
En una época en la que manda la potencia -y los gritos- en el circuito femenino, el juego táctico y estratégico se muestra como un oasis. Y Agnieszka Radwanska levanta esa bandera del tenis pensante. Ejemplos en el pasado hay muchos, aunque la polaca remarca a una jugadora por sobre el resto: Martina Hingis.

"No tenemos un juego poderoso. Creo que buscamos variantes para encontrar el camino para ganar cada punto, pero no con las bombas que tiran otras", dijo Radwanska, quien además reconoció que Hingis "era uno de mis ídolos. La vi cuando era chica y fue genial jugar contra ella cuando daba mis primeros pasos en el circuito".

La polaca, como contrapunto, no pudo imitar a su espejo Martina en el Abierto de Estados Unidos. Radwanska volvió a caer antes de cuartos de final, instancia que nunca alcanzó en Flushing Meadows, mientras que Hingis tiene en su haber seis llegadas a semifinales en Nueva York, tres finales consecutivas y un título.

El castigo de enfrentar a Serena
El camino de Francesca Schiavone en el cuadro de singles duró apenas una hora. 6-0 y 6-1 fueron los números de la tremenda victoria que Serena Williams le propinó a la N°54 del ranking y campeona en Roland Garros tres años atrás.

Por eso, en medio de semejante paliza, la italiana buscó tomárselo con humor: sirviendo 0-6, 0-2 y 30-40, se acercó a uno de los ball boys y le ofreció un abrazo como quien busca consuelo. Sorprendido, el joven primero atinó a retroceder, pero terminó sonriendo y dándole unas palmadas en la espalda a la derrotada.

"Fue un chiste, mi manera de decirle 'Es duro, esto...'. Pero más que un abrazo lo que necesitaba eran puntos, games", enmarcó Schiavone en conferencia. "Cuando vi que me tocaba con ella no pensé nada fuera de lo normal. Quiero decir, ella tiene dos piernas, yo también. Dos brazos. Somos humanos. Una tiene que ganar. Lo que sucede es que esta vez ella fue mucho, pero mucho mejor que yo", agregó. Y consideró: "Para mí Serena es una de las mejores deportistas de la historia. Y no lo digo porque me haya ganado 6-0, 6-1. Lo digo siempre. Estamos hablando de una jugadora a la altura de Steffi Graf, Billie Jean King, Martina Navratilova... una clase única".

Blake: la lucha continúa
Mientras James Blake preparaba el que sería su último partido como singlista profesional, en distintas partes de Estados Unidos se festejaba el 50° aniversario de la célebre marcha a Washington, aquella en la que centenares de miles de personas -en su mayoría de ascendencia afroamericana- se movilizaron a reclamar justicia e igualdad civil y donde Martin Luther King inmortalizó la frase "Tengo un sueño", como deseo de paz y armonía entre los pueblos.

"Antes de jugar el partido pensé que sería un lindo día para sumar una victoria, dado lo que la fecha representa en nuestra historia. Y si lo vemos de cierta forma, podría decirse que a la medianoche iba ganando y perdí al día siguiente", confió Blake. Y remarcó: "Me enorgullece no tener que lidiar con las cosas que él [Martin Luther King] tuvo que enfrentar, las mismas que sufrió mi padre. Pero tampoco creo que hayamos cruzado la línea de meta. Por eso entiendo que la celebración de los 50 años es una buena razón para hacerle saber a la gente que la lucha por los derechos civiles aún no se ha cerrado. Hay nuevas cosas por las que movilizarnos". Siguiendo esa línea, el ex N°4 del mundo condenó el caso de Rusia y sus políticas contra los homosexuales, celebró la existencia de la organización Athlete Ally, que busca generar conciencia y combatir la homofobia en el deporte, y subrayó: "El deporte es un gran igualador. Allí gana el mejor. No importa qué hagas de tu vida el resto del tiempo".

Además, y retomando el escenario histórico, valoró el rol que ha tomado su figura dentro la cultura afroamericana y se ilusionó con que ello le abra la puerta a otros jóvenes: "Me enorgullece que haya gente que me admira y que quizás no consume tenis, pero ve que soy como ellos o sabe que empecé a jugar en Harlem y que suelo volver y ayudar. Tal vez le da la posibilidad a algún chico que cree que su única opción es el básquet de decir 'Ey, también puedo agarrar una raqueta'. Me gustaría ayudar, de la manera que sea; y colaborar con los programas sociales para que cada vez haya más jugadores".

La decepción de Isner
¿Ventaja por ser local? Nada de eso. Cuadro de situación: el gigante de Carolina Norte dominaba en el estadio Louis Armstrong en su duelo de segunda ronda ante el francés Gael Monfils. Se quedó con los primeros dos sets, pero el galo despertó. Y ahí, la sorpresa. El público pasó a apoyar al europeo.

"Me di cuenta de eso. El es un jugador amante de la diversión y emocionante para ver, pero la verdad es que fue un poco sorprendente. Yo sé que los aficionados de Nueva York quieren ver partidos largos y en quinto set, pero es como si nadie estuviese animando por mí", apostilló Isner en la posterior conferencia de prensa. "En realidad, estoy un poco decepcionado".

El estadounidense, de todas maneras, sacó adelante su duelo ante Monfils en cuatro sets y lo festejó a lo Hulk Hogan, un sello bien norteamericano. "Escuché el USA, USA al final del partido y también me di cuenta de que tenía entre el público a un compañero de universidad que no estaba muy de acuerdo cuando cantaban por Monfils. Sé que también tenía aficionados de mi lado", dijo Isner, más diplomático.

Dos días después el estadounidense volvió al Louis Armstrong para afrontar su choque de tercera ronda ante el alemán Philipp Kohlschreiber. "Traté de involucrar al público. Es lindo jugar con el estadio lleno e hinchando por uno. Fue fantástico. Me hubiese gustado haberles hecho pasar un mejor rato", explicó Isner tras caer en cuatro sets.

La derrota, además, tuvo un resultado colateral. Con las posteriores eliminaciones de Jack Sock y Tim Smyczek, Estados Unidos no tendrá un jugador local en octavos de final del US Open por primera vez en la Era Abierta.

De Flushing Meadows al dentista
La británica Laura Robson siempre da que hablar y por eso es una abonada a esta sección. Claro que esto lo ratifica dentro de la cancha, ya que es la cara visible del resurgir del tenis femenino en su país, a partir de su título en Wimbledon Junior 2008.

Y, por otro lado, siempre luce una sonrisa. Todo el tiempo, o la mayoría de las veces, parece estar de buen humor. Divertida, simpática, fresca. Bien, ahora deberá ocuparse de ese tema y, sin perder su expresión feliz, apuntó algo de temor: tendrá que visitar a un odontólogo.

"Las otras chicas en el vestuario me contaban sus historias de terror. No parece muy bueno", explicó la británica, de 19 años, que sacará turno con el dentista por problemas con sus muelas de juicio. "Me puse una gasa en la zona y era sólo sangre", señaló Robson, minutos después de haber caído ante la china Na Li en tercera ronda.