En el cierre de la cuarta fecha del Seis Naciones, Irlanda se impuso por 22 a 7 ante Escocia en el estadio Murrayfield de Edimburgo y depende de sí mismo para levantar el título. El Trébol obtuvo una gran victoria, que justificó en el segundo tiempo.
En Murrayfield se vivió un verdadero partidazo. En el inicio del encuentro, a los 5 minutos, Escocia casi paga muy caro por un error. En el local, George Turner jugó rápido un line, a metros de su ingoal, este fue interceptado y Dan Sheehan apoyó. Pero, finalmente el árbitro Luke Pearce anuló la acción a instancias del TMO.
A partir de allí se jugó un rugby de alto vuelo con ida y vuelta. Jonny Sexton fue el encargado de abrir el marcador con un penal sencillo cerca de los palos. Pero el Cardo se recuperó rápidamente y lastimó. Huw Jones fue quien culminó una gran jugada colectiva y apoyó el primer try. Pero a los pocos minutos, el líder pasó al frente 8-7 tras una espectacular asistencia de Hugo Keenan hacía la punta para Mack Hasen -elegido como la figura del encuentro- llegue con lo justo. La conquista fue tan al límite, que tuvo que revisarse una vez más con la tecnología.
El complemento no fue igual que la primera etapa. Ambos equipos estuvieron erráticos y no se sacaban ventajas. Pero, la entrada de Jamison Gibson-Park en el Trébol fue clave. El medio scrum le dio más dinámica y velocidad al juego irlandés. De tal manera en una ráfaga de cinco minutos, James Lowe y Jack Conan ampliaron la ventaja de la vista y, mediante las conversiones de Sexton, sacaron una ventaja de 22 a 7.
A falta del cuatro para el cierre, Irlanda tuvo la chance de obtener el bonus ofensivo, tras una gran maniobra de Gibson-Park, pero James Ryan cometió un knock-on a metros del ingoal. De esta manera, la visita se llevó el triunfo por 22 a 7, suma 19 puntos en la tabla general y el próximo sábado buscará coronarse cuando reciba a Inglaterra.